Hace pocos meses, los informes de coyuntura de la Cámara de Comercio y de la CROEM eran todo loas encubiertas a la política de Valcárcel. Y los pronunciamientos de Cajamurcia y la CAM, más de lo mismo. Vivíamos en el mejor de los mundos posibles, según la propaganda del régimen tardofranquista que nos gobierna y nos domina. Pero el drama, es que los murcianos tenemos que volver a la vendimia francesa veinticinco años después de dejar de ir. ¿Qué es lo que sucede?La Región de Murcia era el país de las maravillas. Éramos los mejores de España con diferencia y si, además, nos mandaban medio Ebro, se iban a enterar vascos, catalanes y madrileños de lo que es un murciano creciendo. Cada nuevo encargo prospectivo con dinero público a supuestos científicos de la UMU, superaba al anterior. Se decía lo conveniente a modo de placebo colectivo. Y quienes decían la verdad, eran tachados de antimurcianos, resentidos, envidiosos o rojos.
Arco mediterráneo, California de Europa, tierra de promisión, en definitiva... conceptos huecos. Faltaba Ángel Martínez escribiendo volúmenes repletos de lugares comunes y cargados de un voluntarismo difícilmente superable pero entendible en un huertano que se resiste a quedar anclado en el costumbrismo del XIX, que tan bien representa su propio universo mental con ansias legítimas de superación en la escala social.
El despertar ha sido algo brusco porque la realidad es que batimos récords nacionales de desempleo, nuestra agricultura "de vanguardia" no puede competir ni en precio ni en valor agregado en sus mercados tradicionales, nuestra industria está falta de capitalización e innovación, mientras los servicios son tributarios de todo lo anterior y de un sector turístico anclado en un modelo de los años 60-70, que no puede aspirar a la calidad básicamente por un recurso humano falto de formación y destrezas.
Todo era una ficción conveniente para los intereses de algunos ventajistas y oportunistas mientras al resto se le ponía cara de bobo de Coria pensando en vivir sin trabajar después de no estudiar tampoco. Este Valcárcel era un genio y quienes le apoyaban, unos visionarios del futuro. La mentira ha durado poco. Pero suficiente para que los amigos que estaban en el secreto de la realidad se llenaran los bolsillos mientras los crédulos percibían por inducción estar de verdad en ese mejor de los mundos posibles.
El ultimo informe de la CROEM y el último de la Cámara de Comercio de Murcia ya no han podido seguir ocultando la realidad aunque Caja Murcia siga dando los mejores resultado del mundo mundial mientras los grandes bancos internacionales, a uno y otro lado del Atlántico y del Pacífico, se las ven y se la desean para poder cuadrar los balances cada mes sin que la sangría de pérdidas y la morosidad los conduzca a la quiebra. A la farsa anestesiante contribuía una acrítica prensa localizada, que no local, tributaria de sus grandes anunciantes en perjuicio de sus escasos lectores.
¿Han servido de algo los viajes tan onerosos de los responsables del INFO, de la consejera de Economía, Inmaculada Garcia, del consejero de Turismo, Ruiz Abellán, o del propio presidente Valcárcel por China, el Japón, los Estados Unidos, Méjico o Panamá? Me temo que únicamente para cobrar sustanciosas dietas y pasear en limusina por la Quinta Avenida. Para nada más porque Murcia poco o nada tiene que ofrecer que otros no tengan mejor que nosotros. Y luego, cuando tienen que ir a algo (por ejemplo, exequias del ex presidente Calvo Sotelo, casado con lorquina), ni dan el pésame estos catetos.
Mantener la ficción ha pasado por grandes proyectos tan faraónicos como irrealizables por falta de sustrato y de dinero: aeródromo de Corvera, Marina de Cope, Parque Científico, Contémpolis, AVE, trasvase del Ebro... y dos universidades públicas sobredimensionadas, que están muy cerca del fraude, por no hablar ya de la UCAM y su presunto tráfico de títulos propios por un módico precio sin necesidad de asistencia a clase. Clamor a voces.
Tres lustros de pura especulación urbanística y de blanqueo de capitales de Dios sabe qué actividades ilícitas y de dónde, con cómplices locales necesarios. Una región, al final, criminalizada y puesta en cuarentena desde bastantes centros de poder en España y la Unión Europea al saltar un caso de corrupción tras otro en la misma trastienda del presidente Valcárcel. El personal ya tiene pocas dudas a estas alturas y esperemos que los jueces también.
La crisis fiscal que amenaza gravemente a los 45 ayuntamientos murcianos y a la Comunidad Autónoma va a terminar de poner las cosas en su sitio. Ya que tengamos para evitar la quiebra del Servicio Murciano de Salud, poder abrir con normalidad en septiembre todos los colegios e institutos, y pagar sin retraso a un funcionariado hipertrofiado y con muy baja productividad por no hablar de la calidad de sus resultados y de lo oneroso que resulta a unas arcas públicas que se van a quedar en la mitad.
Vistas las cosas con cierto realismo y objetividad parece como si esta región no tuviese futuro, o si lo tiene, será dentro de mucho tiempo cuando la herencia nefasta de Valcárcel y sus secuaces, también la de sus promotores Carlos y Clemente, haya quedado absolutamente diluida.
Lo cierto, a tenor de lo que reconoce ahora la propia CROEM, es que nuestra debilidad estructural nos hace sufrir la crisis económica internacional y la propia crisis española con mucha más virulencia y estragos. Se destruye empleo, la inflación se ha disparado por encima de la media nacional y europea, ningún sector productivo escapa a la catarsis, y el desplome del modelo económico murciano ya se reconoce sin ambajes desde la patronal regional.
Ya ni invertimos, ni innovamos, ni vendemos y, en consecuencia, exportamos menos. Nuestra balanza exterior la salva la petroquímica de Escombreras, que no es computable a nuestros efectos. De ahí que también pueda despistar la actividad en el puerto energético de Cartagena por unas cifras que son más españolas que murcianas.
Nuestra distribución comercial no vende ni en rebajas. Coches, vestido y viajes, la mitad de la mitad de hace un año. Y hasta la obra licitada ha caído aún antes de que los presupuestos públicos lleven a situaciones de nula inversión por falta de liquidez, tal como ya ha sucedido en Molina de Segura.
Por eso se explica menos que empresas como "Polaris" digan sin rubor que siguen vendiendo casas a unos extranjeros tan en crisis como nosotros. Algo no cuadra pero el que la lleva la sabe después de esa refinanciación de 40.000 millones de pesetas por los mismos acreedores.
¿Una región sin futuro? Cuando no sopla el viento e hincha la vela, resulta obligado remar.
El ultimo informe de la CROEM y el último de la Cámara de Comercio de Murcia ya no han podido seguir ocultando la realidad aunque Caja Murcia siga dando los mejores resultado del mundo mundial mientras los grandes bancos internacionales, a uno y otro lado del Atlántico y del Pacífico, se las ven y se la desean para poder cuadrar los balances cada mes sin que la sangría de pérdidas y la morosidad los conduzca a la quiebra. A la farsa anestesiante contribuía una acrítica prensa localizada, que no local, tributaria de sus grandes anunciantes en perjuicio de sus escasos lectores.
¿Han servido de algo los viajes tan onerosos de los responsables del INFO, de la consejera de Economía, Inmaculada Garcia, del consejero de Turismo, Ruiz Abellán, o del propio presidente Valcárcel por China, el Japón, los Estados Unidos, Méjico o Panamá? Me temo que únicamente para cobrar sustanciosas dietas y pasear en limusina por la Quinta Avenida. Para nada más porque Murcia poco o nada tiene que ofrecer que otros no tengan mejor que nosotros. Y luego, cuando tienen que ir a algo (por ejemplo, exequias del ex presidente Calvo Sotelo, casado con lorquina), ni dan el pésame estos catetos.
Mantener la ficción ha pasado por grandes proyectos tan faraónicos como irrealizables por falta de sustrato y de dinero: aeródromo de Corvera, Marina de Cope, Parque Científico, Contémpolis, AVE, trasvase del Ebro... y dos universidades públicas sobredimensionadas, que están muy cerca del fraude, por no hablar ya de la UCAM y su presunto tráfico de títulos propios por un módico precio sin necesidad de asistencia a clase. Clamor a voces.
Tres lustros de pura especulación urbanística y de blanqueo de capitales de Dios sabe qué actividades ilícitas y de dónde, con cómplices locales necesarios. Una región, al final, criminalizada y puesta en cuarentena desde bastantes centros de poder en España y la Unión Europea al saltar un caso de corrupción tras otro en la misma trastienda del presidente Valcárcel. El personal ya tiene pocas dudas a estas alturas y esperemos que los jueces también.
La crisis fiscal que amenaza gravemente a los 45 ayuntamientos murcianos y a la Comunidad Autónoma va a terminar de poner las cosas en su sitio. Ya que tengamos para evitar la quiebra del Servicio Murciano de Salud, poder abrir con normalidad en septiembre todos los colegios e institutos, y pagar sin retraso a un funcionariado hipertrofiado y con muy baja productividad por no hablar de la calidad de sus resultados y de lo oneroso que resulta a unas arcas públicas que se van a quedar en la mitad.
Vistas las cosas con cierto realismo y objetividad parece como si esta región no tuviese futuro, o si lo tiene, será dentro de mucho tiempo cuando la herencia nefasta de Valcárcel y sus secuaces, también la de sus promotores Carlos y Clemente, haya quedado absolutamente diluida.
Lo cierto, a tenor de lo que reconoce ahora la propia CROEM, es que nuestra debilidad estructural nos hace sufrir la crisis económica internacional y la propia crisis española con mucha más virulencia y estragos. Se destruye empleo, la inflación se ha disparado por encima de la media nacional y europea, ningún sector productivo escapa a la catarsis, y el desplome del modelo económico murciano ya se reconoce sin ambajes desde la patronal regional.
Ya ni invertimos, ni innovamos, ni vendemos y, en consecuencia, exportamos menos. Nuestra balanza exterior la salva la petroquímica de Escombreras, que no es computable a nuestros efectos. De ahí que también pueda despistar la actividad en el puerto energético de Cartagena por unas cifras que son más españolas que murcianas.
Nuestra distribución comercial no vende ni en rebajas. Coches, vestido y viajes, la mitad de la mitad de hace un año. Y hasta la obra licitada ha caído aún antes de que los presupuestos públicos lleven a situaciones de nula inversión por falta de liquidez, tal como ya ha sucedido en Molina de Segura.
Por eso se explica menos que empresas como "Polaris" digan sin rubor que siguen vendiendo casas a unos extranjeros tan en crisis como nosotros. Algo no cuadra pero el que la lleva la sabe después de esa refinanciación de 40.000 millones de pesetas por los mismos acreedores.
¿Una región sin futuro? Cuando no sopla el viento e hincha la vela, resulta obligado remar.
