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domingo, 1 de noviembre de 2020

Pedro Baños: "Se tiene a la gente entretenida para que no se desate una revolución"


MADRID.- Pedro Baños (León, 1960). Coronel del Ejército de Tierra en la reserva y ex jefe de Contrainteligencia y Seguridad del Cuerpo del Ejército Europeo en Estrasburgo. En El dominio mental (Ariel) revela la nueva forma de hacer geopolítica. Lo ha entrevistado El Mundo.

La geopolítica actual va más allá de los límites geográficos. ¿A qué aspira? 
 
La geopolítica hoy es un verdadero geopoder que, efectivamente, ha abandonado ese constreñimiento a lo geográfico con el que nació a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Hoy en día, ya no se trata sólo de la dominación regional sino de la dominación mundial. De hecho, las campañas psicológicas que se realizan se llevan a cabo en un ámbito planetario. Y en ese ámbito, cada vez tiene menos influencia lo que antes era absolutamente determinante: el armamento convencional. Hoy la guerra se hace de forma muy diferente, es la guerra llamada irrestricta o guerra híbrida, en la que todo lo relacionado con la psicología es absolutamente clave. Tanto es así que los ejércitos, comenzando por la OTAN, a lo que antes era la guerra psicológica ahora lo llaman acciones de influencia. Porque no sólo se trata de realizar esas campañas psicológicas contra el enemigo militar sino sobre todo, y cada vez más, contra las poblaciones civiles. 
 
Pero ese objetivo de dominación mundial ya no lo impulsan sólo los Estados, sino también las empresas, ¿verdad? 
 
Efectivamente. Con la dominación mental, con la dominación psicológica, se persiguen básicamente dos fines. Por un lado, el fin político, que estaría liderado por los Estados; y por otro, el económico. Y ahí es donde entran en juego las grandes multinacionales digitales, que lo que hacen es influirnos para, entre otras cosas, obtener datos que luego son vendidos a través de data brokers y que se venden también a los propios Gobiernos, que los compran para ejercer su propia dominación política y psicológica. 
 
Para poder manipularnos, para influir sobre nuestras mentes y nuestras emociones, primero deben de conocernos bien. ¿Cómo lo consiguen? 
 
Para dominarnos, para manipular completamente nuestra mente y dirigirnos en la dirección que quieran -algo que consiguen todos los días- lo primero es saber todo de nosotros. Y ahí es donde entra en juego la vigilancia, tanto la vigilancia física (que hoy en día es la que menos importancia tiene) como la vigilancia electrónica, la vigilancia digital, que es la trascendente hoy en día. Nosotros mismos aportamos constantemente una enorme cantidad de información, tanto a través de los datos como de los metadatos, lo que permite establecer un perfil absolutamente perfecto sobre nosotros. Nos quedaríamos sorprendidos de lo que pueden llegar a conocer sobre nuestra propia vida, conocen cosas que incluso ni nuestros familiares o amigos más cercanos conocen. 
 
¿Cada vez que metemos en casa un aparato 'smart', como por ejemplo un horno o una cafetera, estamos sin saberlo dando información sobre nosotros mismos? 
 
Por supuesto. La palabra smart significa siempre espía, significa que están obteniendo datos sobre nosotros. Desde las horas que estamos en nuestro domicilio, cuando utilizamos ese electrodoméstico, cuando usamos la televisión... Cuando por ejemplo vemos en televisión películas o series a través de plataformas digitales como Netflix o HBO, estamos ofreciendo muchísima información sobre nosotros. Nosotros vemos la película, pero la película o la serie nos ve a nosotros. Y de ese modo saben nuestros gustos, el tiempo que pasamos viéndola, si repetimos sobre esa misma afinidad... Y por eso saben lo que nos tienen que recomendar para mantenernos el mayor tiempo posible enganchados a esas plataformas. Y sucede exactamente igual con cualquier aparato que esté conectado a internet, a través de él estamos aportando información. 
 
Subraya en su nuevo libro que uno de los métodos para conseguir el control mental de la población es a través del entretenimiento, que el objetivo es mantenernos distraídos para así evitar que pensemos en lo importante. 
 
Pensar se está convirtiendo en un verdadero acto subversivo. Las sociedades cada vez están más narcotizadas, más adormecidas, incluso ante los hechos más execrables que en el plano internacional se conozcan de nuestros dirigentes. Parece que ya no somos capaces de alzar la voz, o por lo menos no con la suficiente energía. Y uno de los instrumentos principales para conseguir eso es el entretenimiento. Vemos que cada vez hay más gente a la que, lamentablemente, hay que tener entretenida porque no va a encontrar un trabajo digno en el que pueda desarrollarse plenamente como persona. Y obviamente, para que no se desate una revolución social, hay que tenerla entretenida. 
 
¿Nos encaminamos a una especie de 'mundo feliz', la distopía de la que hablaba Aldous Huxley? 
 
Sí, y no sólo en el ámbito del entretenimiento sino también en el de las drogas. Esa droga que en Un mundo feliz de Huxley se llama soma y que la gente toma cuando está deprimida, también nos la tendrán que administrar, porque si no estamos abocados clarísimamente a una revolución. Sobre todo, viendo la situación en la que se encuentra en toda Europa la juventud, una juventud muy desmoralizada, muy frustrada, que ve que no puede ejercer con dignidad -y a veces incluso sin dignidad- aquello para lo que se ha formado durante años. Antes o después a la gente se le terminará agotando la paciencia y, para evitarlo, los dirigentes pretenden tenernos entretenidos y también drogados, drogados con droga digital, porque al final también nos estamos convirtiendo en yonquis digitales. 
 
Con los grandes avances que hay en la neurotecnología, ¿van a ser capaces de leer nuestro pensamiento? 
 
Sí, de leerlo y de condicionarlo. Ahora mismo sistemas como Neuralink, desarrollado por Elon Musk, permiten relacionar el cerebro con un ordenador, es decir, que a través de nuestro pensamiento se pueda manejar un ordenador. Pero también el ordenador, una máquina, va a poder relacionarse con nuestros pensamientos y cambiarlos. Esto no es ninguna fantasía, no es algo que pueda pasar dentro de muchísimos años. De esta situación nos está alertando ni más ni menos que Rafael Yuste, la persona que convenció a Barack Obama para sacar adelante el proyecto BRAIN, que inicialmente era algo maravilloso para intentar paliar enfermedades tan terribles como el Parkinson o Alzheimer. Pero el mismo Rafael Yuste se ha dado cuenta -como sucedió en su momento con los creadores de la bomba atómica- de que puede haber creado un Frankenstein. Y nos está alertando de que si no somos muy prudentes en este campo, si no tenemos unos neuroderechos perfectamente establecidos y aplicados por los gobiernos, estamos abocados a que controlen absolutamente nuestro cerebro, nuestra mente, nuestros pensamientos y a ser verdaderos zombis vivientes. 
 
¿Quiénes son ellos? ¿Quiénes son estas élites que tratan de manipularnos y controlarnos mentalmente? 
 
Siempre, a lo largo de la Historia, ha habido unas élites que han manejado el mundo. Hablamos de las grandes élites económicas de verdad, de quienes tienen el verdadero poder, y hoy eso está relacionado con las nuevas élites económicas y tecnológicas, que van a ser las que verdaderamente estén en la cúspide de la sociedad. Y curiosamente, los miembros de esas élites no permiten a sus hijos que estén involucrados en el mundo tecnológico como lo estamos el resto de la sociedad. Impiden que sus hijos se conviertan en yonquis digitales, a ellos los preparan para dominar el sistema, no para servir al sistema como hacen con los demás. Estas élites también pelean entre ellas para intentar imponernos sistemas sociales y modos de conducta. Pero, desde luego hay alguien que lo está intentando y, en cierto modo, con gran éxito. 
 
¿Sería el fin de la democracia? 
 
Ése es el gran problema. A la democracia hay que darle otra vuelta de tuerca, se nos ha quedado fría y hay que volver a calentarla, hay que darle otro hervor. Y hay que hacer un nuevo contrato social porque si no la democracia como tal, como deberíamos ser, con los ciudadanos como verdaderos soberanos de las naciones, desde luego va a desaparecer. 
 
¿Y qué sistema se impondría? 
 
Nos encaminaríamos a sistemas mucho más totalitarios que ejercerían un control pleno sobre los ciudadanos, por más que aparentemente sigan manteniendo el nombre de democracia. 
 
Habrá quien le considere un conspiranoico... 
 
Sí. Pero para evitar eso, en el libro hay ni más ni menos que 334 referencias, que se dice pronto. Y si se va a ellas y se ve la bibliografía, se observa que prácticamente todas son referencias a artículos científicos, artículos científicos además muy recientes, de los dos o tres últimos años e incluso de hace muy pocos meses. Precisamente, para que nadie tenga la tentación de pensar en paranoias y conspiraciones. Es más: antes de escribir El dominio mental yo habré leído más de 50 libros y más de 1.000 artículos, muchos de ellos artículos científicos publicados en algunas de las principales revistas. Lo que escribo en el libro está respaldado por una amplia bibliografía y por algunos de los principales científicos. De hecho, hay cuatro apéndices redactados por neurobiólogos, por psiquiatras, por psicólogos.... 
 
Como experto en geoestrategia, ¿cree posible que el coronavirus sea un arma biológica, que haya salido de un laboratorio, que fuera creado a conciencia? 
 
Eso es lo que dice la doctora Yang, esa doctora que ahora está exiliada en Estados Unidos. De momento no hay ninguna prueba en ese sentido, y lo cierto es que todo el mundo científico la ha contradicho. Lo que es verdad es que ahora mismo sigue habiendo muchas dudas sobre cómo surgió el virus, cómo se ha expandido, por qué hay cepas distintas, por qué afecta más a unos países que a otros, a unas razas que a otras.... Y cuando hay dudas, hay incertidumbre. Surgen todo tipo de teorías, pero hoy por hoy no hay nada que demuestre lo que dice la doctora Yang. 
 
Algunos creen que la esperada vacuna contra el coronavirus podría ser un medio para que nos inserten un microchip y completar así ese proceso de dominación mental. ¿Es posible? 
 
No va a hacer falta que nos lo inyecten a través de la vacuna. Yo estoy convencido de que antes o después todos vamos a llevar un chip. De hecho, cada vez hay más personas que llevan un chip, aunque sólo les sirva para abrir unas puertas electrónicas. Por no hablar de los transhumanos, una corriente cada vez más importante en el mundo. Yo estoy convencido de que iremos avanzando en este proceso, y todo lo que ahora tenemos en la mano lo iremos teniendo en el cerebro. Ahí están todos los avances que se están desarrollando en el mundo militar y de los que hablo en el libro, y recordemos que el mundo militar siempre ha sido pionero en estos inventos y que luego éstos se trasladan al ámbito civil. Y no, no son conspiraciones. Muchas cosas de las que hablo están extraídas de la web de DARPA, la agencia de Tecnología Disruptiva del Pentágono de Estados Unidos, donde ponen todos aquellos avances que están llevando a cabo en este campo. Avances para mejorar la visión y la audición, para conseguir verdaderos soldados transhumanos. No, no va a hacer falta que nos inyecten un chip con la vacuna del coronavirus. 
 
¿Estamos a tiempo de frenar todo esto? 
 
Lo tenemos que hacer entre todos los ciudadanos. Yo con el libro pretendo precisamente alertar de esta situación, del punto en el que ya nos encontramos y de lo que se nos viene encima. Los ciudadanos debemos exigir una política diferente. Debemos exigir una política verdaderamente transparente, con personas altísimamente capacitadas, con los mejores, y con un nuevo contrato social que nos permita recuperar la soberanía popular que es la esencia de la democracia. 
 
¿Y cree que lo lograremos? 
 
De momento no soy demasiado optimista. Lo que quiero en ese sentido es abrir muchas mentes y romper muchas conciencias para ver que todos los ciudadanos logramos imponernos verdaderamente, por supuesto de forma pacífica porque la violencia nunca lleva a buenos resultados. Tenemos que alzar la voz con la suficiente energía para que nos escuchen.

martes, 31 de marzo de 2020

Rubén Lo Vuolo, economista argentino: "Estamos frente a una crisis generalizada del capitalismo democrático mundial y del capitalismo no democrático"

LONDRES.- Rubén Lo Vuolo, economista y director del Centro Interdisciplinario de Estudios de Políticas Públicas, CIEPP, en Argentina. Lo entrevista la BBC.

¿Qué consecuencias puede tener la pandemia en América Latina y cómo afectará a la gente?
El impacto económico y social va a ser muy fuerte, aunque depende de la situación en que se encuentra cada país.
Los países con sistemas públicos más expandidos, tendrán probablemente una mayor capacidad de asistir a los sectores de bajos recursos.
Y los países que han desarrollado servicios privados que apuntan a la clase media y alta, y que tienen una infraestructura sanitaria muy débil para los sectores vulnerables, enfrentarán serios problemas.
Si en países más desarrollados estamos viendo que los sistemas no pueden dar respuesta, claramente en América Latina estamos mucho más debilitados.
Además tenemos un enorme sector informal. La paralización de las actividades económicas por las cuarentenas tiene un impacto mucho más potente en los sectores que no pueden acogerse a los beneficios que tienen los empleados formales.
Nadie les va a decir "usted permanezca en cuarentena que le seguiremos pagando el salario".
Y habrá que ver cómo reacciona la población más vulnerable. América Latina tiene serios problemas de hacinamiento en los tejidos urbanos.

¿Cómo se enfrenta una cuarentena en condiciones de hacinamiento? La idea de aislarse y mantener distancia social no es realmente efectiva en esas circunstancias...
Es muy difícil para la gente que vive en condiciones de hacinamiento.
Son personas que para proveerse de recursos básicos tienen que salir a la calle. En muchos casos no les queda otro camino.
Lo que pasa es que en América Latina hay países con un sector informal, o de trabajo precario, muy extendido, particularmente en las megalópolis.
No es solo un problema de que los informales no pueden salir a la calle. El problema es que incluso sus clientes, de sectores más acomodados, están encerrados.
Por ejemplo, está el caso de los feriantes aquí en Argentina. Antes había mucha gente vendiendo frutas y verduras en la calle. Pero hoy la gente con recursos está encerrada en su casa comprando vía internet.
Incluso los sectores que no son los más vulnerables, como aquellos que prestan servicios en el hogar, tipo plomería, electricidad, pintura, son todos trabajos que están paralizados.

En algunos sectores más acomodados están señalando con el dedo a las personas que no se quedan en la casa, aunque no tengan cómo comer...
Lo peor que podemos pensar es que la pandemia se expande porque alguien sale a la calle en una situación de necesidad.
La pandemia se expande por motivos que son ajenos a la persona que vive en un barrio marginal y sale a la calle porque necesita ir a buscar agua o a buscar su sustento.
No podemos culpar a la gente que tiene que salir a la calle para subsistir por no quedarse en casa.

¿Qué le parece la respuesta de los gobiernos de la región frente a la crisis?
Hay gobiernos que están haciendo transferencias extraordinarias de ingresos, pero no es fácil, porque los programas asistenciales requieren un buen manejo administrativo.
Y en condiciones de pandemia, se vuelven difíciles de operar.
Además, muchos de estos programas dependen de una burocracia especializada que, en muchos casos, opera con mecanismos de clientelismo político o depende del contacto directo con las personas.
Más a fondo, lo que veo es que está avanzando en distintos países de la región un debate sobre la necesidad de tener un ingreso universal incondicional de cobertura, que sea independiente de las condiciones de las personas en el mercado del empleo, en el nivel de ingresos.
Este debate se está empezando a dar acá, como también se está dando en otros países de Europa o Estados Unidos.
Frente a situaciones de este tipo no está preparado el sistema de protección social para dar las coberturas necesarias.

¿Por dónde deberían ir las medidas de los gobiernos para enfrentar esta crisis?
Honestamente no tengo respuesta. América Latina no se caracteriza por tener políticas públicas muy potentes.
La clase política va a tener que extremar mucho la imaginación, que hasta ahora no se la ve.
Lo que se ve hasta ahora es la implementación de mecanismos prohibitivos, mecanismos de aislamiento.
Incluso vemos municipios que toman medidas por su propia cuenta. Hay descoordinación de gobiernos nacionales y locales. El ejemplo de Brasil es más que evidente.
A eso se suman los mecanismos de restricción de las libertades públicas en sociedades que tienen una tendencia muy particular alautoritarismo político, que levantan otro tipo de preocupaciones.

Aunque no todos los países están tomando medidas de restricción de las libertades públicas para frenar la propagación del virus…
Hay casos extremos como el de México, donde consideran que la situación no es tan grave y el poder político está ignorando las medidas que se han tomado en otros países latinoamericanos.
Espero que los gobiernos reaccionen porque hay que salir muy rápidamente, como se pueda, sin tener mucha preocupación por cuál va a ser el impacto fiscal.
Hoy por hoy hay que salir con medidas rápidas, de transferencia de ingresos lo más amplias posibles, lo más incondicionales posibles, de acceso prácticamente universal para dar asistencia a los sectores golpeados.
En lo personal, antes de esta crisis, incluso en épocas de bonanza, creo que hay que moverse hacia sistemas de entrega de ingresos que se independicen de la situación de empleo.

Pero los presupuestos fiscales son muy distintos en países desarrollados en comparación con los países de la región...
Es que hay que juntar los dos debates. América Latina tiene un serio problema de recaudación de tributos en los sectores de mayor riqueza.
El grueso de los ingresos latinoamericanos están basados en impuestos indirectos y en algunos países, sostenidos por ingresos de las exportaciones de commodities.
Este tipo de tributos no solo soninjustos y regresivos, pero ahora se verán afectados porque se está frenando el comercio mundial.
Están cayendo los precios de las materias primas y al mismo tiempo los impuestos indirectos también se van a ver impactos, como el Impuesto al Valor Agregado (IVA), porque está cayendo seriamente la actividad económica.
No solo hay que activar la redistribución directa lo más rápido y simple posible que llegue a la mayor cantidad de gente, sino también avanzar a un sistema con impuestos sobre la riqueza, sobre la herencia, sobre los ingresos de los sectores más altos.
Estamos frente a una crisis generalizada del capitalismo democrático mundial y del capitalismo no democrático, como es el caso de China.
Y en América Latina no solo somos receptores del virus, sino también de la crisis económica y de la incapacidad del manejo de estos problemas por parte de los países centrales.

lunes, 21 de octubre de 2019

Gita Gopinath, economista jefa del FMI: “El crecimiento económico por sí solo no va a solucionar el problema de España”


WASHINGTON.- Es la primera mujer economista jefa del Fondo Monetario Internacional. Originaria de la India, creció en una cultura matriarcal que fue su inspiración para romper barreras. Doctorada en Princeton y profesora en Harvard, aborda retos de la economía global como la desigualdad, la automatización del trabajo o la guerra de aranceles, y alienta a que aumente la presencia femenina en la cúpula de las instituciones. La entrevista El País.

GITA GOPINATH, nacida en Calcuta en 1971, en plena guerra de Bangladés, se convirtió en la primera mujer economista jefa del Fondo Monetario Internacional (FMI) en enero de este año. Profesora de Económicas en Harvard, se doctoró en Princeton, previo paso por la Universidad del Estado de Washington y, antes, por Nueva Delhi. Creció en Mysore (India).

 Las heridas de la pobreza y la desigualdad, asegura, son asuntos que uno no puede dejar de ver cuando viene de un país como el suyo, sobre todo “cuando tienes una madre socialista que te recuerda todo el tiempo lo afortunada que eres”. 

En el colegio solía practicar atletismo. Un día le dijo a su padre que pensaba dejarlo. Se lo razonó así: “En deporte, en un país como la India, o eres número 1 o no sirve de nada. Sin embargo, en la universidad, si eres de los primeros, puedes hacer grandes cosas”. Tenía 12 años. Sorprende tanta racionalidad a esa edad. 

“Sí, es algo que se me suele reprochar”, ríe en su despacho del Fondo en Washington, a pocos días de que comiencen las reuniones de otoño de la institución, una especie de semana grande en la que el FMI reparte previsiones y consejos para las economías de todo el mundo

Como todos los pronósticos se hallan bajo embargo, no puede decir ni mu sobre ellos, pero las tendencias son de sobra conocidas. Sí entrará en variedad de temas, de Donald Trump a la globalización, pasando por el matriarcado de Kerala, de donde procede su familia.

Ben Bernanke, que le asesoró en su tesis doctoral, me dijo en una entrevista que uno de los grandes legados de la crisis era la desconfianza en los economistas. ¿Eso se ha recuperado? 

Bueno, antes de decir cosas negativas sobre mi oficio me gustaría citar las buenas, y es que durante muchas décadas ha ayudado a crear empleo, ha ayudado a la convergencia territorial en el mundo, a sacar a gente de la pobreza. Pero, es cierto, ahora hay un gran nivel de escepticismo respecto a los economistas, sobre si son capaces de entender bien los problemas. Y, desde luego, también hay un desplazamiento del pensamiento intelectual, que se aleja de los expertos y se va hacia puntos de vista populistas. No es tan raro que haya pasado después de la mayor crisis financiera en 70 años. Pero no lo veo irreversible, soy optimista.

Durante aquella crisis estaba usted enseñando en Harvard, pero, como economista, ¿qué aprendió que le pueda servir en la siguiente? 

La próxima crisis, por supuesto, será por algo que no hemos aprendido. Suele ser así, desgraciadamente. Pero creo que lo que todos, como profesión, hemos asumido mejor es la importancia de las finanzas en la economía global. La mayoría de los macroeconomistas no prestaron suficiente atención a las posibles disrupciones financieras. Y ahora entendemos mejor esas interacciones. Además, conocemos mejor cómo afectan los shocks de economías como la de Estados Unidos o la Unión Europea a los mercados emergentes, y estamos más centrados en cómo pueden responder estos. También hemos aprendido la importancia de la desigualdad. Esa ha sido una gran lección, no dar por hecho que van a hacerse políticas para repartir la riqueza de la globalización.

¿Por qué la desigualdad es un problema? Como el difunto Martin Feldstein, algunos economistas arguyen que el problema no es la brecha entre los extremos, sino la pobreza, y que, si reduces esta última, no debería importar la distancia respecto a los más ricos. 

La desigualdad es un problema desde el punto de vista macroeconómico y desde el punto de vista social. Dentro de un país, si el dinero se concentra en una parte de la población, provoca un problema de falta de generación de demanda. Y muchos problemas que estamos viendo de bajo crecimiento en países, que se prolongan durante tanto tiempo, pueden ser un reflejo de esto. Hay otros tipos de desigualdad, como la de género. Una escasa participación de mujeres en el mercado de trabajo también es un problema económico, ya que no contribuyen en la producción o en la demanda. No solo es un problema social.

Pero, si mejora la posición de los más pobres, su capacidad de demanda también aumenta, independientemente de la brecha. 

 La desigualdad creciente refleja graves distorsiones de la economía. Esto no va de que la gente cobre cantidades diferentes por sus distintas habilidades, lo que muchos puede ver bien, sino que vivimos en un sistema en el que las empresas han aumentado su poder de mercado, no pagan los impuestos que deben, y nada de eso es bueno para la economía global. La gran preocupación es que quizá no tenemos el nivel de competencia que debería haber, y ese es un problema económico.

La directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, dijo hace unos días que una generación entera está amenazada por la ola proteccionista. 

No hemos tenido una escalada de las tensiones comerciales de este tipo en mucho tiempo. Son más que palabras, se han levantado barreras comerciales en todo el mundo y eso tendrá un impacto significativo en la economía global, pero lo que hay que tener en cuenta sobre todo es el riesgo real de que esto se mantenga así mucho tiempo. Puede provocar unos cambios importantes en la producción y la distribución que no se habrán decidido por criterios de eficiencia de recursos, sino pensando en los aranceles que impongan los países.

Cuando ve un conflicto laboral como el de General Motors y todo lo que ha pasado con ese gigante de la industria estadounidense en los últimos años, es difícil no pensar que la globalización ha sido bastante mala para esos trabajadores

Nadie niega eso. El traslado de la producción de un país a otro forma parte del sistema de comercio global. Aunque, en el caso particular de la industria automovilística, la automatización desempeña un papel decisivo. Uno de los capítulos del informe de otoño aborda el asunto de la desigualdad entre regiones y las posibles soluciones. Muchos economistas consideran que la automatización ha afectado a los trabajadores más que la globalización. 

De hecho, casi no ha habido declive en la producción industrial en EE UU, el declive ha tenido lugar en el empleo. E igual que nadie diría que deben frenarse los desarrollos tecnológicos, es difícil argumentar que debemos retroceder en la globalización. Eso no significa que debamos ignorar a los perjudicados, pero esto debe abordarse a través de políticas domésticas, a través de impuestos u oportunidades en formación.

Esa preocupación no ocupaba precisamente el centro de instituciones como esta hace algunos años. Parece que ha hecho falta el auge del populismo y otros riesgos… 

Creo que eso es cierto, no solo en instituciones como esta, sino, en general, en la profesión económica. Fuimos complacientes sobre las consecuencias negativas de la globalización. Ni siquiera en la teoría se supone que el comercio debe mejorar la situación de cada persona. Beneficia a algunos, a otros no. Así que la forma en la que favoreces a todos es a través de una redistribución, reciclando a la gente, dando igualdad de oportunidades en salud, en educación.

Si comparásemos todo lo que usted dice con el discurso anterior del Fondo, parecería una socialista. 

Oh, Dios, no [ríe]. Pero tiene razón , esta institución ha cambiado. Quiero reconocerle el mérito de que esta institución reacciona a los nuevos datos, a las nuevas evidencias, y se ha movido en la dirección correcta.

Mencionaba la brecha de género. ¿Cómo la observa en su gremio? 

No ha habido mucha mejora en los últimos 10 años si mira el número de mujeres en la cúpula de las instituciones. No tener a mujeres en posiciones de liderazgo disuade a otras mujeres de entrar en ello. No cuentan con suficiente mentoría ni con una buena red de economistas con la que trabajar, y cuando eres estudiante y lees opiniones sobre problemas económicos globales, casi siempre ves solo a hombres.

¿Le pasó eso cuando estudiaba? 

Claro, si en aquel momento me hubiese preguntado por economistas que influían en el debate económico, o que entonces me viniesen a la cabeza, le hubiera respondido Larry Summers, Ben Bernanke, Martin Feldstein, Kenneth Rogoff. Ahora tenemos a Janet Yellen, pero son muy pocas las mujeres.

Y usted también fue durante años una de las 2 o 3 profesoras permanentes del departamento de Económicas en Harvard entre 40. ¿Por qué? 

Por una combinación de motivos. Para empezar, solo el 30% de los nuevos economistas con doctorado son mujeres. Ahora creo que las universidades están haciendo el esfuerzo de salir a buscar a las mejores mujeres y animarlas a ir a Harvard, en este caso. Y nadie hace un favor a nadie, se trata de dar las mismas oportunidades. Gracias a eso, el año pasado en Harvard pasamos de 2 a 5 profesoras senior.

¿Cinco entre 40? 

Entre 43. No es un salto enorme, pero es una mejora. Y siento que las cosas están cambiando, que la gente se da cuenta de que es importante tener a mujeres hablando de todos los asuntos que hay sobre la mesa, pero no porque tengan una sensibilidad distinta. Odio eso de que, como mujer, necesariamente vas a preocuparte por cosas distintas que los hombres. Simplemente todos tenemos diferentes orígenes y contextos que afectan al modo en que vemos las cosas.

Muchas veces se oye que las mujeres son necesarias en los consejos o en las cúpulas porque son más sensibles a ciertos temas, lo cual es bastante sexista

Exacto, no entiendo ese argumento. Todas somos profesionales experimentadas con los mismos doctorados que ellos. A las mujeres siempre les dicen qué debería preocuparles o a qué se deberían dedicar. Sencillamente, es molesto.

Y una vez que llega a posiciones como la suya en Harvard o ahora en el FMI, ¿el sexismo desaparece o sigue por ahí flotando en el ambiente? 

Conforme eres más senior, simplemente te llegan menos cosas que dice la gente. En mis primeros años como economista, yo sí tuve la sensación de que mis opiniones eran ignoradas en muchas ocasiones, de que en una conversación se está escuchando a los hombres pero no a las mujeres. Eso ocurre. Ahora, claro, ya no siento eso. Las mujeres merecen lo que han conseguido, el problema lo tiene el resto del mundo en no reconocer su valor. Yo soy la primera mujer en ocupar el puesto de economista jefa aquí, pero antes de mí hubo otras muy valiosas que hubiesen podido ocuparlo y fueron ignoradas para este tipo de puestos.

Su familia procede de un Estado llamado Kerala, supuestamente un antiguo matriarcado. ¿Es un mito? 

En absoluto, y es muy importante. Según las normas de la comunidad, las propiedades pasan a la mujer y los niños toman el apellido de la familia materna. Recuerdo algunas familias teniendo más hijos para lograr una niña si había tenido solo niños, cuando en buena parte del resto de la India es al revés. Las cosas, obviamente, han cambiado en todo el país por las leyes que exigen igualdad, pero criarme en ese ambiente, sintiéndome valorada, fue crucial para mí.

Entonces, ¿Gopinath es su apellido materno? 

No, mi familia rompió la tradición y yo llevo el apellido de mi padre.

Oh, después de todo.… ¿Y su hijo? 

Es que yo no me casé con un malayali. Mi hijo tiene el apellido de mi marido, Iqbal Singh Dhaliwal, que es el director ejecutivo del Abdul Latif Jameel Poverty Action Lab en el MIT.

El problema de la pobreza y la desigualdad está completamente presente en su vida. ¿Ha influido crecer en la India? ¿Una hija de directora de escuela y de pequeño empresario es clase media? 

Sí, siempre nos hemos definido así. Yo crecí en una pequeña ciudad sin colegios caros, nadie ha oído hablar de mi escuela. Hay una gran clase media en la India, aunque la desigualdad, por supuesto, es un problema muy importante. Si vienes de la India, es algo imposible de ignorar.

¿Cree que la tecnocracia pura, sin ideología, es posible en la política económica y en la ciencia económica? 

Los economistas son humanos y todos nos vemos influidos por el país, la educación y las circunstancias en las que crecemos. Tenemos pruebas de que entre la gente que a los 20 años fue al mercado laboral en plena recesión hay más aversión hacia el riesgo. Todas esas experiencias determinan cómo piensas en la economía.

La redistribución tiene que ver con los impuestos. ¿Cómo debe ser un sistema fiscal? 

En algunos países podría ser más progresivo. Muchos necesitan asegurarse de que hay una igualdad de oportunidades en educación y salud, pero, desgraciadamente, eso no es así, ni siquiera en las economías más desarrolladas del mundo.

¿Como Estados Unidos? 

Sí, es aplicable a este país. Debe hacer más por asegurarse de que más gente tiene acceso a la salud y de que las escuelas dan buena educación independientemente del lugar de Estados Unidos en el que vivas.

La última gran rebaja fiscal de Donald Trump ha sido considerada poco progresiva. 

Algunas reformas fiscales se hacen sobre la idea de que puedes estimular la inversión a través de una rebaja del impuesto que pagan las empresas. Lo que hemos visto es que el efecto de la rebaja fiscal en inversión no ha sido tan significativo. Estados Unidos, en general, se halla inmerso en una política fiscal expansiva y, como consecuencia de ello, la demanda global ha sido más elevada, lo que ha ayudado a la inversión.

El crecimiento previsto para este año es el más bajo de la última década. ¿Quién va a sufrir más? 

El 90% de la economía global está creciendo menos este año que el anterior. Dicho esto, a algunas regiones les va peor. En Latinoamérica el crecimiento ha sido particularmente peor. La Asia emergente, que incluye a China y a la India, se ralentiza, pero crece más del 5%. Y hay mercados emergentes en fuerte contracción como Argentina, Venezuela o Irán.

¿Hay riesgo de una recesión global? 

No vemos un riesgo inminente, por ahora, ya que el sector servicios y los datos de empleo siguen bastante bien a pesar incluso de la debilidad del comercio y el sector manufacturero. No obstante, nos preocupan los riesgos, como las tensiones comerciales y geopolíticas, y eso podría cambiar las perspectivas de la economía global en el futuro.

En España, pese a los años de crecimiento, el empleo creado es aún temporal y mal pagado. 

España tiene un problema de paro estructural, de dualidad del mercado laboral, y eso se debe abordar con reformas estructurales. El crecimiento por sí solo no lo va a solucionar. Además, su economía se va a ver perjudicada por un crecimiento global más bajo y esos niveles de crecimiento altos no los va a poder sostener.

¿Qué reformas estructurales? 

Para lograr niveles apropiados de flexibilidad en el mercado laboral. El equilibrio en la protección de los trabajadores no puede ser tan alto como para que la empresa no quiera contratar.

Trump dice que Estados Unidos puede ganar una guerra comercial. ¿Es así? 

En el corto plazo Estados Unidos está perdiendo menos que China, pero todos pierden.

¿Gana el que menos pierde?
 
No puede ser así. Hay claramente una necesidad de resolver problemas con el sistema de comercio global. Debe haber mejoras y las pedimos. Debería hacerse de una forma cooperativa. 


domingo, 20 de octubre de 2019

José Manuel Naredo: "Se ha generado un sistema de adquisición de riqueza sin utilidad social"


MADRID.- José Manuel Naredo (Madrid, 1942) lleva toda una vida de estudios económicos al más alto nivel. Ya retirado de la docencia rutinaria, sigue acudiendo a dar clase de forma puntual a la universidad, participa en algunos tribunales de tesis doctorales e imparte conferencias. Y, sobre todo, sigue estudiando. Fruto de ello es Taxonomía del lucro (Editorial Siglo XXI, 2019), un libro en el que disecciona la evolución de la adquisición de la riqueza a lo largo de la Historia, su concepción social, y cómo ha sido desligada de la producción, que suele ocupar los debates económicos centrales.

Doctor en Ciencias Económicas y Estadístico Facultativo, fue uno de los pioneros en el estudio de la economía ecológica en España, lo que le ha merecido reconocimientos como el Premio Nacional de Medio Ambiente (2000) o el Premio Internacional Geocrítica (2008). Entre sus publicaciones, también destacan las relacionadas con cuestiones urbanísticas, burbujas inmobiliarias mediante. De hecho, es profesor ad honorem de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura, en la Universidad Politécnica de Madrid.

Naredo recibe a eldiario.es en su domicilio particular en el norte de Madrid. Irónicamente, cerca de los terrenos públicos en los que BBVA y la Constructora San José llevará acabo la ‘operación Chamartín’, aunque también de otros megaproyectos urbanísticos. “Mira, desde aquí se ven las torres del Real Madrid”, bromea antes de la entrevista, señalando el complejo empresarial que se edificó sobre la antigua ciudad deportiva del equipo de fútbol.

¿Por qué una taxonomía del lucro?
Hay formas de adquirir dinero que no están ni siquiera clasificadas ni ordenadas. Caí en la cuenta del efecto encubridor tan potente de la ideología económica dominante. Desde Aristóteles se ve un divorcio entre la gestión de las cosas públicas y el dinero. Eso cerró en falso el enfoque económico ordinario, al dar por bueno sin más todo el lucro que figura en el agregado de producción, el famoso PIB, ignorando plusvalías que no figuran en él. Además, en el PIB igual se suman aeropuertos sin aviones que los sobrecostes de la M30. Había que hacer una taxonomía para ver de qué estamos hablando: todo el lucro cuela como bueno, pero es para el que lo saca, no para el conjunto de la sociedad, que es la que paga los platos rotos de todo eso.
La idea de producción surge como producción de riquezas renacientes sin menoscabo de los bienes fondo, y de eso ya no queda prácticamente nada. Es pura extracción. Por eso hablo de la metáfora absoluta de la producción, en tanto que sobre una cuestión relevante añade juicios de valor sin respaldo empírico ni racional alguno. Vale, aumenta la producción, ¡qué bien! ¿pero de qué estamos hablando? ¿Qué hay dentro? Es un cajón de sastre de valor, revender con beneficio, que no tiene por qué ser bueno para la sociedad.

En el libro hace una crítica tanto al liberalismo como al marxismo por estar muy centrados en la producción, mientras obvian la adquisición o la mera extracción que mencionaba.
Hay una deriva de financiarización y una multiplicación del valor de los activos patrimoniales, ya sean financieros o inmobiliarios, a unos ritmos muy superiores a las tasas a las que crece el famoso PIB o la renta. Hay una separación total del lucro que se obtiene emitiendo dinero bancario o, también, financiero, con el canje de acciones, la retribución a directivos con stock options... Esto suple las funciones del dinero ordinario. Todo eso va creciendo y, si haces proyecciones siguiendo las tasas, dentro del siglo actual el PIB se queda como algo enano en los gráficos. Y siguen oficiando como si lo otro no existiera, cuando se está promoviendo esa inflación de activos patrimoniales, que es capacidad de compra sobre el mundo. Quienes tienen la propiedad y pueden crear dinero se llevan el gato al agua mientras se genera una polarización social muy fuerte. Es un régimen clientelar en el que los que están fuera se quedan marginados.

También explica que ha cambiado la concepción social de ese lucro en las últimas décadas. “Los antiguos vicios se convirtieron en virtudes”. ¿Cómo ha sido?
Las formas de enriquecimiento, que no tienen nada que ver con la competencia o la capacidad, tienen un efecto social, cultural y educacional. Ves gente que se promueve porque ha conseguido dar un pelotazo inmobiliario, cosas en las que cuentan mucho más las relaciones o la pillería que el conocimiento o el saber hacer respecto a cosas más de fondo, como la educación o la creación. Eso genera una cultura del ‘sálvese quien pueda’ individual. Es un sistema de adquisición de riqueza para nada, como si tuviera detrás bienes y servicios que tienen utilidad para todo el mundo.

¿Qué papel juegan las fuerzas del trabajo en todo esto?
Ha habido cambios importantes que han alterado la función del trabajo. Se ha roto por completo con ese proletariado que, en el enfoque marxista, se pensaba que podía ser la chispa para conseguir la movilización social. El propio sistema ha ido cambiando y devaluando cada vez más, con paro y con miedo a pérdida de trabajo. Si para vivir se necesita trabajar y obtener un salario, ahí hay un poder desigual. Con la mejora de principios de siglo y el sindicalismo hubo importantes mejoras, pero estamos en otra fase, que es al revés.

"El lucro sin contrapartida es un privilegio"

De cualquier modo, el lucro siempre ha existido, ¿qué ocurrió con la llegada de la Modernidad para que se transformara de esta forma?
La clave está en cómo se impuso la ideología económica dominante. Entró por la metáfora de la producción, que poco a poco fue derivando hasta cortar el cordón umbilical que unía esa idea de sistema económica al mundo físico y dejar que siguiera ya en el mundo de los valores monetarios sin más. Al mismo tiempo, se liquidaron las críticas al interés y a la noción de lucro cesante.
En la Revolución francesa, los privilegios de la nobleza por condiciones sin contrapartida alguna fueron los que motivaron la protesta. El lucro sin contrapartida es un privilegio de los propietarios. Ahora se confunde la libertad de hacer lo que quieran los propietarios, que es algo más del Antiguo Régimen que de la utopía liberal. Es libertad de explotación y hacer lo que quieran.

Una de las cuestiones que destacan Taxonomía del lucro es la ecológica, que ha tomado gran relevancia en el último año. ¿Cómo actúa el lucro sobre la naturaleza?
Es lo que con Antonio Valero hemos llamado la ‘regla del notario’: inversamente proporcional al coste físico, empiezan los procesos de extracción a precio cero, nadie piensa reponer nada, el mineral, el petróleo… Nada. Eso se toma a precio cero, se acepta implícitamente. En el trabajo ocurre lo mismo: las actividades humanas con más coste físico son las peor retribuidas.
La noción de desarrollo es posicional: los que se colocan en la parte más valorada de la ‘regla del notario’ son los países que ejercen como extractores de capitales del resto del mundo, básicamente. En ese sentido, la propia taxonomía que establezco afina cuál es el origen, si son riquezas renacientes sin menoscabo de los bienes fondos o son renacientes pero con menoscabo de los bienes fondo. También si meramente es extracción, es decir, no son renacientes, o elaboración utilizando energía y materiales.

Hay quien comienza a criticar ya la aparición de una suerte de "capitalismo verde".
Lo que están haciendo es propaganda de imagen verde pura y simplemente. No es una cuestión de capitalismo o no, sino de sociedad industrial, donde está esa metáfora de la producción que mencionaba antes. Mira la Unión Soviética, que colapsó desde dentro. Lo que ha funcionado es el clientelismo político, que no es de derechas ni de izquierdas, ha funcionado en todos los sistemas. Los que antes cortaban el bacalao estando en la cúspide, la Nomenklatura, han pasado a ser ahora los propietarios de las cosas sin cortapisas.

Una de las finalidades de esta taxonomía es la nueva tipificación de delitos económicos. ¿Cómo se podría llevar a cabo?
La taxonomía del lucro busca que se clasifique, se jerarquice, para orientar a la legislación, que es la que tipifica luego los delitos económicos. Clasifico el lucro de dos formas: las actividades que lo generan y sus beneficiarios. La clasificación de las actividades, con alguna contrapartida más o menos utilitaria, y luego los que no tienen contrapartida social alguna. En cuanto a delitos económicos, el grueso no sale en la foto porque son legales.
En el franquismo ya había pelotazos inmobiliarios, que entonces se llamaban escándalos, pero ahora se ponen como ejemplo de buen hacer político y profesional, y lo aguanta la legislación. Los poderosos se creen indemnes, capaces de hacer lo que sea. Entonces meten la pata, que es lo que pasa con los paraísos fiscales, por ejemplo.
En España hay distintos casos respecto a la ley del suelo. El caso de Valencia, donde se dio carta blanca, contrasta con el de Lanzarote, que allí ha sido pionero en cuanto a contención inmobiliaria. En el segundo caso, ha reventado el caciquismo local inmobiliario, que ha respondido con la ilegalidad, pero si lo hubieran hecho en otro territorio con otra legislación estaría admitido. En este país, aquello de que ‘quien hizo la ley hizo la trampa’ ha ido bastante bien encaminado.

Respecto al resto de Europa, ¿también existe la excepción española en esta materia?
El concepto ‘pelotazo inmobiliario’ no tiene ni una expresión similar en alemán, francés o inglés. Es algo muy carpetovetónico. Ahí ves que, efectivamente, hay modelos inmobiliarios distintos. El alquiler -también el alquiler social- predomina en Alemania o Suiza y allí se rentabiliza pero pausadamente, cobrando alquileres compatibles con la renta disponible de la gente. En Suiza y Alemania, qué casualidad, no han tenido la burbuja inmobiliaria, ni una crisis como la de aquí. Claro, es que tienen otro modelo, con el suelo más regulado.
También está el caso de Francia, donde hay mancomunidades de municipios, donde consideran que, si hace falta, destinan el suelo para algún fin. Es algo más consensuado, con una participación social. Hay una cultura que no admite que uno venga, sin encomendarse a dios ni al diablo, y haga estos megaproyectos y operaciones. No se concibe que una alcaldesa saliera en prensa, como hacía aquí, diciendo que iba a multiplicar por cinco la población. Por favor, se multiplicarán las viviendas si acaso, que somos casi el país menos prolífico demográficamente del mundo, ¿cómo va a multiplicarse?

"No se discute la reconversión del modelo inmobiliario"

Hay también cuestiones normalizadas en Europa, como la regulación de precios del alquiler, que aquí generan controversia.
España era un país de alquiler en el censo del año 50, más de la mitad del stock estaba en alquiler. En Madrid era el 97% y prácticamente en todas las ciudades era más del 80%. En ese momento, el primer ministro de la Vivienda, José Luis Arrese [1957-1960] hace un esfuerzo para invertir la situación por razones políticas: trataba de hacer un país de propietarios, no de proletarios, que estuvieran sujetos a pagos de crédito. De paso, buscaba generar lo que se llamaba gente de orden, claro. Hubo un entusiasmo digno de la mejor causa.
Ese modelo se terminó acentuando con la democracia, hasta que culminó con la última burbuja. Así, España ha sido predominantemente un modelo de vivienda en propiedad, mientras el mercado de alquiler era raquítico y ha colapsado. El grueso de los jóvenes no pueden comprar la vivienda, aparte de que sigue disminuyendo el conjunto de deuda de los hogares para ello. No es que no haya repuntado, es que sigue cayendo y han tenido que ir al alquiler, con una presión inusual. Pese a todo, no se discute una reconversión del modelo. Es lo que llevo diciendo todo mi vida, pero parece que los políticos se entretienen en otras cosas.

Hablando de este tema, y ya que estamos tan cerca del terreno,¿cómo valora la operación Chamartín?
Es una más. El urbanismo de Madrid no se ha hecho por planeamiento, sino a golpe de operaciones inmobiliarias. Solo hay que observar las divisiones al ver el skyline de la ciudad, que ahora se va a remarcar aún más. La operación Chamartín tiene su origen en dar el pelotazo con unos terrenos, igual que ocurrió con las torres en los terrenos del Real Madrid. ¿Qué sentido tiene cuando hay una sobredosis impresionante de oficinas? ¿Se va a vaciar la Castellana para irse allí? ¿Se van a quedar vacías? Sin ir más lejos, las torres de Florentino [Pérez] están en un 18% vacías y están enfrente. Habría que haberlo puesto en cuestión con transparencia y ver cómo se podía reconducir. Si el desequilibrio de la ciudad ya se ve en el tráfico, la gente que va del sur al norte a trabajar, eso se va a agravar.
Es la idea de los activos inmobiliarios con esa liquidez creciente en el mundo. Luego son capaces de venderlo o traspasar los derechos. La cuestión es que no les quiten la edificabilidad, que es lo que tenían ahí como una rúbrica importante que le da solvencia al BBVA en el balance. ¿Qué sentido tenía la torre Picasso o las torres Kyo? Se pueden poner muchos ejemplos. Todo va en esa línea y se justifica siempre que hace falta, aunque demográficamente este país construyera más viviendas que Francia y Alemania juntas, que tienen tres veces más población... Es increíble.

Por último, cada vez suena más fuerte la llegada de una nueva crisis económica, ¿por dónde vendrá esta vez?
Parte de la crisis se cerró en falso, ha sido una huida hacia delante aumentando esa liquidez sobre el mundo. Por ejemplo, en el libro explico que la Reserva Federal aumentó casi por cinco su tamaño en esos años, y en el Banco Central Europeo ha sido algo menor porque adoptó esas políticas más tarde. Eso lo que ha generado es la inflación de los activos patrimoniales, ni siquiera ha favorecido un repunte de la actividad económica en general, que ha sido bastante tenue, ni la masa salarial ha repuntado, no ha habido inflación de los precios al consumo.
Se está confundiendo una nueva burbuja con lo que es un reajuste. Lanzan datos sesgados de que repunta, pero tendrán que esperar sentados, si han devorado el ahorro del país, ahora tocará desendeudarse y que la banca reduzca su riesgo y exposición al ladrillo. Hay operaciones de reajuste, no burbuja, que si no viene amparada por el crédito, no puede venir, nunca se ha viso. Es absurdo.


miércoles, 29 de mayo de 2019

David Jiménez: "Sabía que 'El director' me iba a crear enemigos"


BARCELONA.- David Jiménez ha sacudido el mundo del periodismo español con la publicación de 'El director' (Libros del K.O., próximamente en catalán en Navona), un texto en el que repasa el año que pasó al frente del periódico 'El Mundo' entre el 2015 y el 2016. Jiménez, que entró en el diario como becario y fue corresponsal en Asia desde 1998 hasta el 2014, dibuja un panorama desalentador en el que la prensa madrileña vive en estado de permanente soborno por parte de los poderes político y empresarial, a los que paga sus favores con tratos informativos de favor. Lo entrevista El Periódico.

Es evidente que su experiencia dirigiendo 'El Mundo' lo ha hecho cuestionarse sobre la libertad de prensa.
El nivel y la calidad de la libertad de expresión en España no se corresponden con un país moderno, europeo y occidental. Estamos por detrás. Probablemente algo arrastramos del hecho de ser una democracia todavía joven.

Si me pidieran a mí un diagnóstico solo a partir de su libro, haría uno mucho peor.
En los años que se relatan en el libro la situación era más grave. Fueron los años de Mariano Rajoy, en los que se ejerció una presión brutal sobre los medios porque aquel Gobierno tenía un poder abrumador. En un momento en que el Gobierno temía perder ese poder, se organizó una campaña brutal sobre los medios, castigando a los críticos y premiando a los que seguían la línea.

¿Aprovechando una debilidad acentuada por la crisis?
Sin duda el poder olió la crisis, olió la debilidad de la prensa y llegó a la conclusión de que tenía una grandísima oportunidad de apretarnos las tuercas, más incluso de lo que había hecho en el pasado.

Entonces, ¿esto no comienza con la crisis?
No podemos poner la crisis como excusa de muchas cosas que se han hecho mal en la prensa. Las ataduras de la prensa tradicional con el poder político y empresarial vienen de muy atrás. Muchas de las cosas que cuento ya sucedían en la época del 'boom', cuando los periódicos eran rentables y ganaban dinero. Lo que pasa es que con la crisis rompemos todavía más algunos de esos códigos éticos que deberíamos tener como periodistas.

Cuando habla del poder, ¿de qué poder habla?
Del económico, el político y el mediático. Los periódicos estaban despidiendo gente, en algunos casos había dificultades para pagar las nóminas, y la dependencia de los favores, tanto de empresas del Ibex como del Gobierno era mucho mayor. Y lo utilizaron todo.

¿Qué es todo?
Desde la publicidad institucional hasta la presión sobre los medios públicos, que fueron tomados por asalto. Pero también algunos privados. En ese ambiente es que yo llego a ocupar el puesto de director, y me encuentro en mitad de esa batalla por el control de la prensa.

Todo esto que denuncia en su libro, ¿cree que ocurre solo en España?
Si queremos compararnos con países con una tradición de prensa como la del Reino Unido, Alemania o Francia, estamos claramente muy atrás. Los políticos y los grandes empresarios de este país no entienden el papel de una prensa libre en democracia, tratan de condicionarla de diferentes formas, y después de la crisis la han condicionado todavía más.

En el libro no salen nada bien parados los empresarios de su antiguo diario.
Es que no podemos olvidar nunca que cuando hablamos de los poderes que han dañado la libertad de prensa en este país, hablamos de los políticos, de los empresarios y también de los grandes capos de los medios. Hemos tenido al enemigo en casa. Desde dentro ha habido empresarios y directivos que en lugar de hacer una defensa de la independencia de sus medios la han comprometido.

Hablando de empresarios, le cito una frase del que en su libro identifica como El Cardenal: “Tu periódico solo puede contar la verdad si sobrevive”. ¿La supervivencia de 'El Mundo' dependía de los acuerdos con el poder?
La mayoría de los medios tradicionales, sobre todo de prensa escrita, no habrían sobrevivido a la crisis sin los favores del Ibex y los Gobiernos. Todavía hoy son dependientes de esos acuerdos. La circulación se ha desplomado, los ingresos se han desplomado y hemos ganado mucha audiencia en los soportes digitales, pero no ha compensado la caída del impreso. En ese desequilibrio hemos tenido que buscar los favores de gobiernos y empresas. Ahí es donde nos vimos atrapados, y seguimos atrapados.

Esta no deja de ser una entrevista con un periodista que forma parte de ese sistema que denuncia. ¿Síntoma de asimilación o de libertad de prensa?
Bueno, que El Periódico me esté entrevistando a mí es excepcional. No todos los medios tradicionales me están entrevistando. Algunos han ignorado completamente el libro. El libro está en su quinta edición, es claramente un éxito editorial, es difícil de ignorar, pero algunos lo consiguen. Pero, efectivamente, si dieran publicidad al libro tampoco les afectaría. Los acuerdos son tan parte del sistema que difícilmente pueden ser alterados por un libro.

Hay nombres propios en el libro, y denuncias graves. ¿Está blindado contra posibles demandas?
Nunca estás blindado contra las consecuencias de escribir un libro así. Yo sabía que podría tener problemas, que me iba a crear enemigos, que podía haber empresas mediáticas que me vetarían probablemente de por vida. Y sin embargo, habiendo conocido desde dentro ese lado oscuro del periodismo, habría sido un acto de cobardía no haberlo contado. Mi deber como periodista es: si tengo una buena historia, contarla. Y si afecta a mi propio oficio, no puedo decir: es que son de los míos, vamos a guardar esto en el cajón para que nadie se entere.

En otras entrevistas ha hablado de una ley del silencio en el periodismo.
Sí. Yo quería romper la ley del silencio que ha existido en torno a la prensa durante décadas. Una ley por la cual los periodistas se atribuían legítimamente el derecho de criticar, desvelar e informar sobre todo el mundo, menos sobre sí mismos. De ahí la reacción de una parte de la prensa tan negativa hacia el libro.

De la prensa, de sus antiguos compañeros… Están molestos entre otras cosas porque usted airea las intimidades de la redacción.
Claro, porque en las redacciones tenemos una responsabilidad sobre muchas de las cosas que han ido mal. ¿Qué ley, qué reglamento o normativa existe que impide que se pueda criticar a los periodistas?

Hay gente del oficio que dice que esas partes aportan poco al contenido principal del libro.
Uno de los errores que han cometido algunas personas es pensar que yo he escrito un libro para periodistas. Yo he escrito un libro para periodistas, para bomberos, para doctores, para abogados y para taxistas. No está dirigido solo a periodistas, pero los periodistas lo leen como una cosa personal y emocional. Es solo un libro. Es simplemente mi verdad. Dentro de esa verdad, de lo que yo viví, una parte importante fueron mis relaciones con la redacción, las lealtades y deslealtades que viví, las peleas que se producen en una empresa donde hay cientos de empleados, la manera en que las castas privilegiadas tratan de proteger sus puestos, sus salarios, sus promociones.

También, que falta autocrítica.
En el libro creo que también hay autocrítica, y se puede decir, tenía que haber habido más, tenía que haber habido menos, pero hay autocrítica hacia decisiones que uno toma en esa posición de director que no eran las adecuadas.

¿De qué pecaron los directivos de 'El Mundo' al darle el puesto?
Yo creo que se produjo un malentendido entre nosotros. Ni yo era el director que ellos buscaban ni ellos eran los directivos que yo necesitaba para hacer el proyecto en el que creía.

No se nombra a un director sin una reflexión previa, sin un análisis, sin…
En esa empresa es muy posible. Sin haber hecho siquiera el ejercicio de poner mi nombre en Google, porque si hubieran hecho eso y se hubieran leído el blog que llevaba años escribiendo, habrían visto que era un blog en el que criticaba a la monarquía, a los gobiernos, a los partidos, incluso, curiosamente, a la prensa.

Cuando se dio cuenta de cómo funcionaba el periódico, ¿no se planteó dimitir?
No, porque yo tenía un vínculo emocional con 'El Mundo'. Había entrado de becario, había estado de corresponsal muchos años, me había jugado la vida por informar a los lectores en lugares como Afganistán, Timor, Cachemira o Sri Lanka. Yo realmente creía que podía ayudar a sacar adelante ese proyecto. Al darme cuenta de cómo funcionaba el sistema, interioricé que debía defender el periódico de quienes trataban de entregárselo a intereses económicos o políticos.

¿Ha perdido amigos por el libro?
Digamos que tengo amigos que ahora llevan nuestra amistad con mucha más discreción. Los que han podido dejar de llamar después de la publicación del libro no eran amigos de verdad, y los que lo eran han entendido el libro, lo han apoyado y a veces lo han criticado. Ahora bien, si alguien deja de ser tu amigo porque has ejercido tu derecho a la libertad de expresión publicando tu verdad sobre un periodo importante de tu vida, entonces no merecía la pena.

Se ha referido a su decisión de publicar el libro como una inmolación profesional.
Sí, pero con la ventaja de que me puedo permitir esa inmolación. Por eso no termino de aceptar ese piropo de que es un libro muy valiente. Me lo puedo permitir porque trabajo para medios extranjeros, porque tengo una situación económica holgada, porque no dependo de una tertulia para llegar a fin de mes. Sería injusto exigirle a un periodista en precario que gana 1.000 euros en una redacción de provincias que denunciara el sistema, porque eso probablemente le excluiría para siempre de este mundo.

Es un libro de denuncia. ¿Qué le gustaría que pasara?
Lo importante para mí es que el libro ya ha abierto un debate sobre el estado del periodismo en España. Me encantaría que llevara a la autocrítica y a la conclusión de que también necesitamos esa regeneración que le hemos exigido a la empresa y a la política. Lo ideal sería que los compañeros que me escriben contándome las manipulaciones en sus medios, y que lo hacen solo por privado, también se animaran a contar lo que va mal.

¿Le escriben mucho?
Se podrían escribir tres libros más con la información que me ha llegado desde que he publicado el libro: de televisiones, radios, grandes periódicos, de pequeños diarios de provincias donde muchas veces las presiones y los intereses son incluso mayores.

¿Por qué cree que ha tenido éxito más allá de las redacciones?
La gente tenía ganas de conocer un mundo que había permanecido en el armario. Que se había protegido de las miradas exteriores. La gente ve la contradicción, pues son precisamente aquellos que se dedican a contar cosas sobre los demás. Con el boca oreja, el libro está creciendo a pesar de que tiene un veto por una parte de la prensa. Y eso solo puede ocurrir si la gente cree que la historia es auténtica y lo que se está contando ahí es verdad.

Aún no tiene que llevar guardaespaldas, ¿no?
Je, je. No, todavía no. Afortunadamente no estamos en países como México, donde los periodistas que revelan verdades incómodas mueren en atentados. Aunque hay amigos que me dicen que mire en los bajos del coche antes de cogerlo. En broma.


miércoles, 22 de mayo de 2019

María Giménez (Podemos-Equo): "El trasvase es una infraestructura necesaria, pero su gestión actual es inviable en un escenario de cambio climático"


MURCIA.- La candidata de Podemos-Equo a la Asamblea Regional en las próximas elecciones del 26 de mayo, la lorquina María Giménez Casalduero, responde a las preguntas de 'Agrodiario.com' sobre temas actuales relacionados con agricultura, agua, ganadería y pesca.

¿Qué medidas tomaría usted si llega a la Asamblea Regional para afrontar la puesta en marcha de la nueva Política Agraria Común?

La reforma de la PAC no está ni mucho menos cerrada. Queda un largo camino en el que se tienen que poner de acuerdo el futuro Parlamento Europeo que salga de las elecciones, la Futura Comisión Europea, y el Consejo de Ministros, en el cual el Ministerio de Agricultura de España tendrá que pelear un presupuesto adecuado para España sin recortes y las reformas que necesita la PAC. En este sentido, necesitamos una buena articulación de intereses entre el Gobierno de la Región de Murcia, el Gobierno de España y nuestros futuros representantes en el Parlamento Europeo. Todo ello será mucho fácil si Podemos entra en el gobierno autonómico después del próximo 26 de mayo.

A lo largo de la próxima legislatura hay que elaborar el Plan Estratégico Nacional de la PAC que responda a las necesidades de cada territorio y nuestra región tendrá que defender bien nuestros intereses. Desde Podemos-Equo apostamos por construir un frente coordinado desde la Región de Murcia junto con otras CC.AA como la C. Valenciana, o Baleares, para conseguir reformas en la PAC sobre aspectos que nos son comunes. La agricultura murciana se ha visto castigada históricamente por una PAC diseñada para las producciones continentales. La agricultura mediterránea apenas se beneficia de la PAC. 

En Murcia, más del 45% de los perceptores de pago básico reciben menos de 1.250 euros al año, y, sin embargo, mantienen producciones hortícolas que generan empleo y riqueza. Además, tenemos que trabajar para eliminar el sistema de reparto basado en derechos históricos y que es lo que genera una distribución injusta de la PAC. Hace unos meses, 14 de las 17 CCAA apoyaron la propuesta de eliminación de los derechos históricos. Tan solo Andalucía la defiende claramente. En este asunto no podemos flaquear. Si las ayudas directas de la PAC tienen como principal objetivo compensar las rentas agrarias, ya es hora de que abordemos este tema con seriedad. 

Deberíamos darnos igual que la ayuda compensara a un agricultor que produce, fruta, hortalizas, o carne o cereal. Hay marco suficiente en los reglamentos de la PAC para pelear la eliminación de este sistema de derechos históricos y sustituirlo por un sistema de derechos que se actualice con la producción real. Es posible hacerlo, insisto, si nos ponemos de acuerdo en el plano nacional y en coordinación con las CCAA.

Nos preocupa mucho el Régimen de Frutas y Hortalizas, una nueva regulación de las OPFHs y que haya una dotación suficiente para los Programas Operativos. Además, nosotros estamos reclamando la necesidad de fortalecer los instrumentos de regulación de mercados, sobre todo de gestión de la oferta y los instrumentos anticrisis y es evidente que lo que hay ahora no es suficiente, ni es eficaz. Para nosotros y sabemos que también para las organizaciones agrarias, es esencial ser más exigente con la constitución de las OPFHs. Es necesario aumentar el número de socios necesarios y el volumen de producción que aglutinan, precisamente para evitar falsas organizaciones cazasubvenciones, y que estas acaben en manos de almacenistas o de empresas sin base social productiva.

Por otra parte, vamos a pelear por unas ayudas asociadas que incluyan los sectores productivos que para nosotros son importantes y queremos revisar esto con el propio sector. Es importante una ayuda asociada justa para el caprino y el ovino, así como para los frutos de cáscara.

Si hay una prioridad para Podemos-Equo en la Región de Murcia es toda la parte verde de la PAC. Tenemos que aprovechar la futura PAC para apoyar la transición ecológica de nuestro modelo de producción agraria. Debemos buscar la manera de que la condicionalidad ambiental sirva a los objetivos ambientales básicos y debería ser obligatoria, pero además, tenemos la oportunidad de utilizar los EcoEsquemas, un instrumento que tiene que seguir siendo voluntario, pero tenemos que pensar que Ecoesquemas son importantes para nuestra región, y evidentemente podrían estar relacionados con tres cuestiones; ahorro y eficiencia en el uso del agua, economía circular, y porqué no, pensar un Ecoesquema a nivel nacional de apoyo al secano.

No quiero dejar de citar otra de las cuestiones más importantes para Murcia, el II Pilar de la PAC de Desarrollo Rural. A nuestra región le interesa poder destinar un porcentaje mayor al Desarrollo Rural, porque con ello se financia la incorporación de jóvenes, la mejora de estructuras agrarias, la eficiencia en el riego, las industrias agroalimentarias, el Programa Leader. El problema es que hasta ahora la cofinanciación para nuestra región con los gobiernos del PP ha sido muy costosa. Tenemos que buscar fórmulas para poder actuar e invertir los fondos de desarrollo rural con agilidad, y volver a una relación de cofinanciación de 50%-50%. Actualmente el 70% lo pone la Comunidad Autónoma y el 30% el Estado, y ni siquiera cumple y este cambio fue decidido sin más por el gobierno de Rajoy.

Por último, desde Podemos-Equo estamos planteando introducir la condicionalidad también social de las ayudas. Un empresario agrícola que incumpla la normativa laboral, no puede cobrar ayudas públicas. Las condiciones laborales en el campo son dramáticas, hay que acabar con los abusos y entender que el eslabón del trabajador agrícola también forma parte de la cadena alimentaria, que sus derechos deben ser respetados para que el conjunto de la cadena funcione de manera transparente.

  • Desde su punto de vista, ¿cómo cree que afectará la economía agropecuaria la posible entrada en vigor del Brexit?

El sector agropecuario de todo el país, pero especialmente de nuestra región está muy expuesto al Brexit. El Reino Unido es un cliente importantísimo para nuestros agricultores y agricultoras y nuestras empresas. El mercado británico representa aproximadamente el 16,1% de nuestras ventas de hortalizas al exterior (815,96 millones de euros) y el 12,9% del total de las frutas exportadas (951,50 millones de euros) Por lo tanto, comprendemos perfectamente la preocupación de nuestros productores, y nuestra región debería estar muy ocupada en este tema, para en la medida de lo posible, poder parar los efectos.

En el corto plazo, la devaluación de la libra frente al euro representará seguro la reducción de las exportaciones procedentes de la zona euro. La devaluación de la libra significa una disminución del poder adquisitivo de los británicos y, por lo tanto, buscarán presionar a la baja los precios de los productos que importen buscando mercados más baratos. En el medio plazo, las normas británicas sobre ciertos aspectos de alimentación son más exigentes que las de la UE, por lo tanto, nuestras exportaciones se verán obligadas a adaptarse a cuestiones como el rechazo a los organismos genéticamente modificados y también a los productos tratados con ciertos fitosanitarios no permitidos. Esto lo saben bien las grandes empresas agroexportadoras ubicadas en el Campo de Cartagena por ejemplo, el consumidor europeo exige respeto a la normativa ambiental y es minucioso buscando productos ecológicos.

¿Qué hacer? Crear un servicio de apoyo a las empresas y cooperativas agrarias que exportan para poder hacer frente a la adaptación que van a necesitar a nivel de controles y documentación.

Para su partido político, ¿qué importancia tiene el modelo productivo agroalimentario y ganadero como peso específico en la balanza comercial?

Fundamental. Al margen del enorme peso en el conjunto de la economía de la Región, es un sector cuya extensión beneficia a todo el conjunto del territorio. Debemos mirar al sector agroalimentario en su conjunto, en el que hay trabajadores por cuenta ajena, productores y productoras, pequeñas empresas agroalimentarias artesanales, cooperativas agroalimentarias, almacenes, industrias, comercio, etc. Es decir, una de las cosas positivas del sector agroalimentario es la potencialidad que tiene para extender los beneficios a toda la sociedad. 

Para ello lo fundamental es que la cadena alimentaria funcione de manera justa y transparente para todos. Los productores deben recibir un precio justo que cubra los costes de producción y la rentabilidad, los trabajadores un salario digno, la industria debe tener sus márgenes, y así sucesivamente. Ahí es donde tenemos que poner el foco. Existen sectores con el de las hortalizas con un alto grado de articulación, pero en el cual se producen desequilibrios graves en perjuicio de trabajadores, agricultores y consumidores, y habrá que reequilibrar, pero tenemos otros sectores como el de los frutos secos, donde casi está todo por hacer, al igual que el sector del caprino. 

Estamos en condiciones de apoyar la articulación de la agricultura ecológica que tiene mucho futuro en nuestra región, y que necesita apoyo para estructurar mercados de proximidad y cercanía o para promocionar sus productos. Finalmente, sin duda otros sectores como por ejemplo el del porcino, deberán someterse a una evaluación seria para planificar el sector y determinar si es necesario aplicar una moratoria en su expansión.

Por otra parte, somos firmes defensores del modelo de las cooperativas agroalimentarias. Por su papel evidente en la vertebración y activación económica del medio rural, se trata de un sector empresarial nacional, de corte social, que da soporte al modelo de agricultura familiar y social que reivindicamos, y que es el que mejor puede apoyar a la modernización y viabilidad de la explotación agraria. 

La consolidación del modelo cooperativo, debe hacerse sobre la base de un mayor empoderamiento de los agricultores y agricultoras socios de las cooperativas, garantizando la democracia en las estructuras, mayor participación de las mujeres, relevo generacional en las cooperativas, y desde luego, y gestión económica y comercial de las cooperativas que garanticen su viabilidad. La competencia autonómica nos permite revisar la legislación para favorecer la integración comercial entre las cooperativas, y también para desarrollar otras fórmulas como las cooperativas rurales multiservicio o las micro cooperativas.

¿Cómo ve su partido los asaltos a transportistas durante sus viajes a los mercados internacionales y, como consecuencia, la pérdida de millones de euros para las empresas? ¿Cuál podría ser la solución?

Este tipo de acciones no son tolerables. Pero, me va a permitir decirle que hay un error en la pregunta que es muy importante para abordar este tema. El mercado europeo es el mercado interior. Si apostamos por Europa, el mercado interior de referencia, y que debe funcionar es el mercado europeo. No podemos seguir confundiendo este asunto. Para que funcione el mercado interior, las normas fitosanitarias, medioambientales, laborales, etc., deben ser similares, si no, se producen desequilibrios internos que pueden generar incluso competencias desleales dentro de la Unión Europea. Lo grave es que sabemos que existen y es difícil de solucionar de un día para otro. 

Nosotros tenemos claro que el sector agropecuario no es un sector cualquiera, sino que tienen ciertas características que hacen que sea más vulnerable que otros, y que, por lo tanto, las normas de competencia se apliquen de manera especial. A mi me gustaría saber que percepción tienen los agricultores franceses, o italianos cuando vuelcan nuestros camiones en frontera. Yo me imagino que deben pensar que tenemos menos controles en los productos fitosanitarios, o que los salarios de los trabajadores son más bajos, y por ahí, y ante la frustración de no poder vender sus productos acaban cometiendo tropelías de este tipo. No estoy justificando, solo estoy explicando lo que sucede. 

Por ejemplo, hay una cuestión formal muy concreta. La “venta a resultas” Es decir, un productor vende sus ciruelas sin precio prefijado, y recibirá el precio final, en función del precio que logre conseguir una vez coloque el producto. Esto es ilegal. Va contra la Ley 12/2013 de la cadena alimentaria, pero se sigue produciendo y de forma masiva en algunas producciones y es muy difícil perseguirlo, salvo que alguien en destino o en frontera pidiera el contrato. Como esto ya no es posible hacerlo en las fronteras europeas, pues se pueden generar todo tipo de situaciones.

¿Soluciones? Más Europa, pero de la buena. La Unión Europea debería poner más empeño en fortalecer la acción de la Comisión de Mercado Interior. Debería haber mucho mayor esfuerzo en establecer las condiciones comunes, una forma más sencilla de demostrar la trazabilidad de toda la producción, generalizar los contratos por escrito en el comercio agrario, y perseguir la ausencia de estos contratos.

Los agricultores murcianos, al igual que los de otras zonas del Levante mediterráneo, se están viendo afectados ante las restricciones al uso de fitosanitarios en los cultivos menores para el control de enfermedades mientras que en otros países esto no ocurre. ¿Cuál es su opinión al respecto?

Es claro que la competencia para evaluar y autorizar los productos fitosanitarios es del Estado, quien, a su vez, la aplica en función de las normas europeas. Tiene que ver con la cuestión anterior, para nosotros es importante fortalecer los estándares ambientales y de salud en la producción – no solo agraria sino en todos los sectores. Por lo tanto, la solución no está en rebajar las exigencias fitosanitarias. Esta es una tendencia del conjunto de la sociedad que quiere cada vez más, alimentos sanos y nutritivos, y con un menor impacto ambiental. Es evidente que necesitamos mayor inversión en investigación para que vayamos buscando sustitutivos de principios activos que en este momento ya sabemos que están en el punto de mira y que en breve tocará prohibir.

Para nosotros la intervención más coherente con nuestra posición política tienen que venir en las negociaciones comerciales internacionales. En esta campaña del pimiento, llevamos ya 42 alertas en partidas procedentes de diversos países por encontrar diversos componentes prohibidos en la UE. Las dos últimas que se interceptaron en Bulgaria, contenían Fostiazato y de Formetanato. En nada empezará la campaña del pimiento nuestra y los productores de aquí a los que, si se les controla lo que echan a sus producciones, van a verse amenazados por este pimiento mucho más barato.


Nosotros consideramos que los acuerdos comerciales en los cuales entre en negociación el sector agrario, deben cumplir cuanto menos tres normas; La primera una evaluación previa del impacto en nuestra producción. En segundo lugar, y muy importante a este efecto, la reciprocidad en las normas sanitarias, ambientales y sociales. La tercera cuestión, controles en fronteras recíprocos y con garantías y en último lugar, un mecanismo de salvaguarda que sea eficaz y ágil para que se pueda para las importaciones en el momento en el que se detecten impactos negativos.

Por último, es claro que necesitamos fortalecer nuestros controles en fronteras. Los servicios en frontera están saturados y apenas llegan a poder controlar una mínima parte de lo que entra en producciones agroalimentarias. Nosotros llevamos toda la legislatura anterior insistiendo sobre ello cada vez que se ha producido una crisis como la de los cítricos, o tantas otras.

A su juicio, ¿qué medidas se deberían de tomar para evitar el robo de maquinaria e instalaciones en el campo y la inseguridad que esto provoca?

Para Podemos la Seguridad es un derecho y un servicio público. En países donde los sistemas democráticos son débiles, la seguridad es un privilegio de las clases pudientes, pero en sociedades democráticas y desarrolladas, cambia radicalmente la perspectiva. Tenemos derecho a la seguridad, y esta además debe ser un servicio público y ejercida con garantías. Fíjese, lo que llevamos viviendo desde hace aproximadamente 7 u 8 años, es un deterioro en la seguridad respecto a este tipo de delitos, pero precisamente en el medio rural, en el campo. Las razones son claras, el abandono del medio rural, la despoblación de muchas zonas de nuestro país, el hecho de que sea un sector el agrario disperso en el territorio, todo eso, hace que justo se haya disparado este tipo de delitos en el campo y en la agricultura. Parece mentira que una de las grietas en nuestro sistema de seguridad ciudadana esté siendo precisamente lo que sucede en el campo. Por ello, nosotros planteamos en el programa electoral de las generales una medida que situábamos entre las medidas de lucha contra la despoblación y que tenía que ver con la reordenación de los cuarteles y puestos de la Guardia Civil para garantizar que se atendía en condiciones a la zona rural y que el tiempo de desplazamiento no superara los 15 minutos. Pero, no obstante, además, los robos de este tipo de cuestiones en las explotaciones agrarias suelen estar orquestados y una misma cuadrilla es la que comete varios, por lo tanto, lo efectivos en la zona rural, deben de poder tener recursos para investigar esto.

Trasvase Tajo-Segura, ¿SÍ o NO?

El TTS es una infraestructura que a día de hoy es necesaria, pero su gestión actual es inviable en un escenario de cambio climático. El avance de la desertización y las sequías, cada vez más intensas en toda España, no pueden tratarse desde el negacionismo apostando a la única carta de los trasvases. Hay que ser responsables y gobernar para dar certidumbres y seguridad a los agricultores, y eso no se consigue prometiendo trasvases de un agua que no garantiza la sostenibilidad de las cuencas cedentes. Pensemos que el TTS en sus inicios se proyectó para trasvasar 1000 Hm3, pero nunca se ejecutó ese volumen porque no había agua para ello. Aunque después se redujo a 600Hm3, en la práctica no se ha llegado a trasvasar más de 300 Hm3 al año. Actualmente, el “Memorándum” exige por ley trasvasar 400Hm3 cuando la cabecera del Tajo lo permita, pero la reciente STS deja claro que hay que respetar los caudales ecológicos de las cuencas cedentes.

En la reciente reforma del Estatuto de Autonomía de la Región de Murcia hemos apoyado defender la seguridad jurídica del TTS, lo que significa cumplir con la planificación hidrológica, la ley de aguas estatal y la DMA. Creemos firmemente que hay que avanzar hacia un horizonte menos dependiente de recursos hídricos externos, porque tenemos que estar preparados y adelantarnos a escenarios complicados cuando lleguen. 

Desde Podemos-Equo pensamos que la solución pasa por: eliminar el regadío ilegal; contabilizar los recursos disponibles para tener una información fiable que incluya los recursos procedentes del TTS, mientras se respeten los caudales ecológicos, y las aguas subterráneas; gestionar las demandas de manera adecuada; apostar por la reutilización de aguas residuales y la desalación marina, buscando las fórmulas que sean necesarias para abaratar su precio; impulsar la energía fotovoltaica en la agricultura; y sobre todo construir una nueva gobernanza del agua que establezca reglas adecuadas de participación y control institucional entre los principales actores responsables de la gestión del agua en la región y los ciudadanos, desde las comunidades de regantes a los usuarios en general. Todas ellas constituyen piezas clave en esta hoja de ruta de transición hídrica que se debe poner en marcha sin demora.
¿Qué medidas piensa tomar para conciliar la recuperación del Mar Menor con un modelo de agricultura y ganadería sostenible?

Actuar sobre el origen del problema, sea cual sea. Si en este momento determinadas prácticas agrarias, entre otras causas, han provocado el colapso del Mar Menor, hay que actuar directamente sobre ellas como ya alertó la Fiscalía que sigue investigando. Es cierto que la catástrofe ambiental del Mar Menor, a punto de ser señalada como delito ecológico por la justicia, no es responsabilidad exclusiva de la agricultura, pero también es cierto que las organizaciones agrarias no pueden obviar que ni Europa va a permitir que se siga vulnerando la directiva de nitratos como hasta ahora, ni la Fiscalía va a permitir más regadíos ilegales ni vertidos contaminantes, ni la sociedad civil va a seguir haciendo oídos sordos.

La medida más urgente para conciliar la actividad agraria con la recuperación de la laguna es tan sencilla como aplicar y hacer cumplir la ley. La Ley de medidas urgentes del Mar Menor, aprobada hace dos años por mayoría en la Asamblea Regional, incluye una serie de medidas pactadas por la oposición que representan el primer paso para atajar el problema desde su origen. La sopa verde del Mar Menor tiene unas causas bien definidas, los científicos lo llevan diciendo décadas. 

Por eso, siguiendo las recomendaciones del Comité científico del Mar Menor y de las organizaciones que llevan trabajando durante décadas en su protección, se incluye la obligación controlar el regadío ilegal, sustituir nitratos contaminantes o levantar setos y barreras naturales. Asimismo, hay que aprobar de manera urgente los instrumentos de planificación que llevan escondidos durante años en algún cajón, como el Plan de Gestión Integral de los espacios protegidos del Mar Menor. 

En la siguiente legislatura aprobaremos una ley integral del Mar Menor, que el Gobierno se ha negado a hacer hasta ahora, donde todas las actividades que intervienen de una manera u otra en el deterioro del Mar Menor también estarán reguladas. Cambiar determinadas prácticas agrarias, planificar todos los usos, aplicar la ley y perseguir la ilegalidad es la única salida para salvar el Mar Menor.

¿Qué decisiones piensa tomar para lograr una mayor eficiencia energética para el uso de las energías renovables?

La economía basada en las energías renovables en la Región de Murcia tiene un enorme potencial de desarrollo en el ámbito industrial, de servicios, transportes y agrícola, en cuanto a dinamizador económico, generador de empleo y recuperador-preservador del medio ambiente (con lo que ello tiene también de garante de la capacidad productiva de la Región en el futuro). Por ello, éste es uno de los principales frentes en los que se centra el nuestro proyecto político en la Región de Murcia para un nuevo modelo económico en nuestro territorio.

Contamos con una ventaja comparativa de enorme valor competitivo. Siendo una de las regiones de Europa con mayor irradiación solar y, teniendo en cuenta que los costes de instalación de capacidad de generación de energía fotovoltaica se han visto reducidos en un 85% en los últimos años, no cabe duda de que no podemos demorar más la puesta en marcha de una revolución energética renovable, con la energía solar fotovoltaica como pilar estratégico, en la transformación hacia la nueva economía regional.

El ahorro y la eficiencia energética es un pilar en el que debe basarse una política energética moderna. Es urgente el desarrollo de un plan regional de rehabilitación de edificios e instalaciones y adaptación del sector de la construcción con el objetivo de mejorar la eficiencia energética de los edificios ya construidos (rehabilitación) y aquellos que se vayan a construir con los máximos requisitos de certificación energética (al menos nivel A). Este esfuerzo serviría además para la reactivación económica en un sector muy dañado durante la crisis y que no da signos claros de recuperación. Esta política combina dos de las premisas fundamentales de un nuevo modelo económico para la Región, generación de empleo de calidad y estable, y preservación del medio ambiente para el objetivo de consumo energético cero.

Este horizonte va a requerir de un importante apoyo desde las administraciones públicas, por ello, el nuevo modelo productivo precisará de una política de apoyo estable al sector fotovoltaico e instalaciones de energías renovables, tanto para la industria productora de materiales y productos para instalaciones generadoras de electricidad, como para la industria de generación de energía a partir de renovables.

Una planificación pública del sistema energético deberá dirigirse hacia una reducción drástica del consumo a través de la eficiencia y hacia una electrificación generalizada de la economía (transporte, industria).

Un sistema impositivo sobre la energía, efectivo, con regulaciones específicas, una tributación singular para compensar los costes climáticos, de manera que las externalidades de la actividad industrial se integren en el modelo económico.
Por otra parte, hay que eliminar aquellos impuestos y tasas a la generación de energía, autonómicas y locales, que estén produciendo distorsiones y que normalmente sirven para afianzar el oligopolio de las grandes compañías eléctricas.

Finalmente, es necesario desarrollar en la Región de Murcia el sector del reciclaje (China está restringiendo su importación de residuos generados en el resto de mundo); las plantas de reciclado en diversas tecnologías es otro segmento con gran potencial de creación de tejido industrial con indudables y necesarias perspectivas de futuro, dentro de una apuesta clara por la economía circular.

Para una necesaria planificación en este ámbito en el territorio, es imprescindible el análisis de la capacidad de producción potencial de energías renovables, considerar los recursos naturales existentes y potenciales, y las condiciones climatológicas del territorio actuales y futuras.

Desde su partido, ¿consideran que la agricultura sostenible supone un modelo a seguir en los productores agroalimentarios?

Por supuesto, como decía antes en relación con la problemática del estado del Mar Menor, solamente un modelo de agricultura sostenible, respetuosa con el medio ambiente y adaptada al uso responsable de los recursos naturales, especialmente el agua y el suelo, podrá ser verdaderamente competitiva. La Región de Murcia es puntera en tecnología, pero para que nuestra agricultura sea vanguardia debe ser sostenible.

¿Cómo puede ayudar la tecnología y el I+D+i al desarrollo de un modelo más eficiente y menos contaminante y que suponga dar un salto de calidad en cuanto a competitividad?

Esta es la clave. No podemos escatimar en inversión para tecnología e investigación. El problema es la falta de financiación. Los presupuestos regionales deben afrontar este reto aumentando claramente las partidas destinadas a invertir en centros de investigación públicos, que en la Región de Murcia son excelentes. Pongamos como ejemplo el Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Alimentario (IMIDA), organismo público de investigación que tiene como objetivo prioritario la atención de las necesidades de investigación que demande el sector agrario de la Región de Murcia. 

Actualmente los trabajadores del IMIDA llevan un año movilizándose reclamando mejoras para este centro y su personal y por ende para la investigación agroalimentaria en la Región de Murcia. Es intolerable que una Región que depende de una manera tan directa del sector agroalimentario no apoye la investigación en esta materia. Las dos universidades públicas de la Región y organismos como el IMIDA deberían ser tratados y financiados como centros de referencia a nivel internacional y europeo.