viernes, 17 de abril de 2020

Crecen el caos sanitario y las mentiras oficiales / Pablo Sebastián *

Como lo veníamos anunciando las cifras oficiales del Gobierno sobre los enfermos contagiados y las muertes producidos por el coronavirus no son ciertas sino superiores a las que se anuncia en la contabilidad oficial. Desde donde ahora se reconoce que no todas las Comunidades Autónomas han utilizado el mismo sistema para contabilizar los muertos y los enfermos.

Y lo que nos lleva a la conclusión que el Gobierno mintió de una manera deliberada para aparentar una buena gestión de la crisis sanitaria y para ganar tiempo, en pos de evitar el colapso de los hospitales y también para ver si entre tanto España conseguía provisiones suficientes de material de protección sanitaria.

Por todo ello los discursos del ministerio de Sanidad sobre ‘el pico de la crisis y la caída de la curva infecciosa’ carecen de credibilidad. Y por tanto las decisiones del Gobierno -que imaginamos que si conoce la verdad que se oculta a la población- sobre el calendario del confinamiento y el retorno a la actividad económica podrían estar basadas en análisis erróneos de unos expertos que nadie conoce y cuyos informes no se han hecho públicos.

Por ejemplo, en los últimos días el ministerio de Sanidad no incluyó las cifras de muertos en Cataluña, y ahora se sabe que son muchas las Comunidades Autónomas que aseguran que el número de fallecidos por el virus es muy superior al oficial, porque a muchas de las personas muertas no se les hizo el test a pesar de los claros síntomas que padecían.

Lo que quiere decir que el número de muertos por la epidemia en España no son los 20.000 que anuncian las cifras del Gobierno sino que probablemente sean más de ¡30.000! Lo que son datos de espanto, máxime si sabemos que un 40 % podrían haber sido personas mayores que estaban en residencias de la tercera edad.

Las que han sido focos mortales de infección contra los que el Gobierno de izquierdas, de Sánchez e Iglesias, no lanzó un plan de choque sanitario con la excusa de que dichas residencias eran competencia de las CC.AA., para lavarse así las manos ante tan dramáticas y mortíferas situaciones.

Las cifras de contagios de personal sanitario también están bajo sospecha, y no digamos la de los contagios nacionales que ya están en los 200.000 y que como las de fallecidos están sufriendo un repunte a medida que ya se están haciendo test en las autonomías.

Las CC.AA. cuya contradictoria gestión también se utiliza como excusa para justificar el caos de la compra y distribución del material sanitario con timos incluidos (ahora descubren que 300.000 mascarillas que fueron distribuidas por el Gobierno no sirven), ante la ausencia más que imprescindible mando único sanitario nacional y por los errores continuos del ministro Salvador Illa.

Y para distraer la atención y que los ciudadanos no se alarmen con el nuevo repunte de la crisis sanitaria, el presidente Sánchez -mientras continúa sus peleas con Iglesias sobre ‘la renta básica’- ha montado el espectáculo de los Pactos de La Moncloa a los que de momento se resisten los nacionalistas, Vox y PP.

Partido este último que ha aplazado hasta el lunes la conversación de Pablo Casado con Pedro Sánchez, de la que no se esperan resultados positivos porque el PP sólo quiere hablar de medidas sanitarias y no de unos pactos nacionales, mientras el Gobierno está alterando, aprovechando la crisis, las reglas del juego democrático y constitucional del país.


(*) Periodista


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