CARTAGENA.- ANSE y la Universidad de Lisboa han realizado hoy la suelta de 30 ejemplares de anguila para monitorizar y estudiar su comportamiento.
Se trata de la anguila europea, especie de la que poco se conoce, y
esta inciiativa sirve para ahondar en la situación de la especie y
debatir sobre la gestión de sus pesquerías.
ANSE ha liberado en el Mar Menor anguilas marcadas para investigar su comportamiento, ya que sigue habiendo muchas lagunas sobre la especie que aún están sin resolver. Pedro García, director de ANSE,
explica que se marca el ejemplar con los datos de un número de
teléfono, para saber si los pescadores lo capturan y puedan comunicar
que la ha encontrado. De ese modo, conocen sus movimientos migratorios.
Esta especie además se vio especialmente afectada por el episodio de anoxia que se dió el pasado mes de octubre
a la laguna costera y que causó una mortandad masiva de peces y
crustáceos, incluyendo este especie. Este proyecto trata de averiguar cuales son las fechas en las que se produce el tránsito del Mar Menor al Mediterráneo para establecer los períodos de veda.
En peligro crítico de extinción a escala mundial, las anguilas siguen siendo grandes desconocidas para la ciencia.
De hecho, la información disponible aún es escasa.
En los últimos 30
años las anguilas juveniles pueden haber disminuido hasta el 90% y las
maduras hasta más de la mitad y sus poblaciones están cayendo de forma
alarmante, sobre todo por amenazas como la pérdida de hábitat, la
sobrepesca y la construcción de grandes infraestructuras en los ríos que
impiden su migración.
La pesca ilegal y tráfico de angulas se ha
demostrado en los últimos años como un grave problema, aunque no en el
Sureste ibérico.
Aunque la especie sigue siendo en parte un misterio, se trata de un pez migratorio que puede superar el metro de longitud y los 20 años de edad. Su ciclo de vida es muy complejo, pasando por diferentes fases desde la etapa larvaria hasta la madurez.
Este animal se reproduce en un único punto del Planeta, el
mar de los Sargazos, en el Atlántico norte, frente a las costas de EEUU.
Tras cruzar el océano en un viaje de más de 6.000 km que dura 2 o 3
años, llega a estuarios y desembocaduras de ríos europeos empujado por
las corrientes marinas.
Allí se convierten en angulas capaces de nadar y ascender por
los cauces de los ríos para distribuirse por lagunas y humedales donde
alcanzan la madurez transcurridos entre 6 y 12 años. Las
anguilas plateadas inician luego el viaje de vuelta hasta su lugar de
nacimiento, donde mueren.
El Mar Menor ha tenido lugar una de las mayores pesquerías europeas de la especie, y se pretende incentivar su conservación. Se ha llegado a un volumen anual de capturas de unos 24.000 kg.
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