Unidas Podemos ha presentado al PSOE una propuesta para reactivar la
negociación que se rompió en la votación de investidura del pasado 25 de
julio con vista a un ‘Gobierno de coalición’, sobre la base de las que
fueron las últimas propuestas de Carmen Calvo programáticas y de reparto
de los ministerios y de las competencias.
Pero Pablo Iglesias, que sí prometió lealtad a Pedro Sánchez, no
promete lealtad a España y no ha rectificado su afirmación de que ‘en
España hay presos y exiliados políticos’, negando con ello el Estado de
Derecho. Y ello sigue siendo un lastre insuperable, máxime cuando se
acerca la sentencia del Tribunal Supremo sobre el golpe de Estado
catalán.
Pablo Iglesias hace una nueva oferta a Pedro Sánchez quien, de manera
inmediata, recuperó su ‘no es no’ y ha descartado el Gobierno de
coalición diciendo que es ‘inviable’. Y lo hizo con una alusión
explícita y expresa a las diferencias de ambos partidos en la crisis de
Cataluña.
Sánchez pide a Iglesias que explore otras vías y le propone a Podemos
un pacto ‘a la portuguesa’ con un Gobierno en solitario del PSOE con
apoyo parlamentario externo de Podemos sobre la base de un programa
común de gestión progresista.
Para lograr sus objetivos Sánchez se ha reunido con los sindicatos y
con organizaciones de colectivos sociales con el fin de presionar a
Podemos para que acepte la solución portuguesa, advirtiendo a Iglesias
de que en caso de rechazar su propuesta el PSOE apostaría por la
repetición electoral.
Asimismo, Sánchez ha comenzado a tomar contacto con los nacionalistas
del PNV Y ERC antes de volverse a sentar con Iglesias y le recordará al
líder de Podemos que fueron ellos quienes derribaron el gobierno de
coalición a finales de julio.
Y añade Sánchez sus discrepancias sobre las llamadas ‘cuestiones de
Estado’ como la crisis de Cataluña sobre la que Iglesias debería hacer
una pública rectificación de sus posiciones lo que le costaría muy caro a
su partido -hoy sumido en varias crisis regionales- en territorio
catalán.
Además, ocurre que en el vigente momento político español y europeo,
con riesgo de otra recesión en la UE (como se avisa desde Alemania e
Italia) no parece recomendable para España y Europa la presencia de un
partido ‘populista’ y de extrema izquierda en el Gobierno de España, por
los efectos negativos que ello podría producir en las instituciones
europeas y entre los inversores internacionales.
En todo caso ya estamos a solo un mes de que se acabe el plazo para
un segundo intento de Investidura y Sánchez ha perdido mucho tiempo con
la estrategia de presionar a Iglesias con su plan del pacto en ‘el
último minuto’.
Y sobre todo con la amenaza de una repetición electoral, convencidos
como parecen estar en La Moncloa de que el PSOE saldría beneficiado y
Podemos dañado si, por tercera vez (la primera fue en 2016) Iglesias
derriba el intento de investidura de Pedro Sánchez.
Sin embargo el horizonte de la recesión en la UE y el programa de
aumento del déficit y la deuda por el mayor gasto social que parecen
poder acordar Sánchez e Iglesias podría favorecer las expectativas
electorales de Cs y PP.
Lo que rebajaría la esperanza de mejora electoral del PSOE. Y eso lo
sabe Iglesias quien no se acaba de creer la amenaza electoral de Sánchez
y por ello insiste en el ‘Gobierno de coalición’.
El que se le escapó
de las manos el 25 de julio y que desea recuperar pero Sánchez ya ha
respondido que de coalición ni hablar. Sobre todo ahora que se acerca el
día ‘D’ de la sentencia del golpe catalán de la que sin duda Podemos
discrepará.
(*) Periodista
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