Ignacio
González, expresidente de la Comunidad de Madrid, se halla en libertad
provisional tras haber depositado una fianza de 400.000 euros. La
investigación principal que le concierne lleva el nombre de operación
Lezo y apunta al desvío de fondos del Canal de Isabel II para la
adquisición de empresas filiales en Latinoamérica con precios superiores
a su valor de mercado, con el consiguiente reparto de comisiones. (La
etimología se refiere al apellido del almirante español Blas de Lezo,
que defendió en 1741 la plaza de Cartagena de Indias, ciudad colombiana
en la que se cerró una de las operaciones investigadas).
Todos los
caminos conducen al agua. Más de veinticinco años de férrea hegemonía
del Partido Popular en Madrid no se acaban de entender sin los
ambiciosos planes de actuación urbanística y los copiosos caudales del
Canal de Isabell II, empresa impulsada por el primer ministro Juan
Bravo Murillo a mediados del siglo XIX para saciar la sed de Madrid con
abastecimientos del río Lozoya. La capital necesitaba crecer y ya no le
bastaban los tradicionales viajes del agua, red de canalizaciones
subterráneas construidas por los árabes para aprovechar los acuíferos.
El exconsejero de la Presidencia, Francisco Granados, se
halla a la espera de juicio después de tres años de prisión preventiva
por la operación Púnica: una vasta trama de corrupción municipal en la
región de Madrid que conectaba con acuíferos de León, Murcia y Valencia.
Más de cincuenta implicados, entre políticos, funcionarios y
empresarios. (En este caso, la etimología se refiere al nombre en latín
del árbol del granado: Punica granatum).
La expresidenta Cristina Cifuentes, sucesora de González,
se halla procesada como presunta inductora de una falsa puntuación
académica para la obtención de un máster en la Universidad Juan Carlos
I. Cifuentes dimitió de manera fulminante tras divulgarse un vídeo en el
que aparecía hurtando productos de escaso valor en un supermercado.
Cifuentes se había convertido en un peligro para el Partido Popular a un
año de las elecciones locales. Siempre hay munición guardada en los
acuíferos de Madrid para casos de emergencia.
Esperanza Aguirre, madrina de González y Granados, se halla
en el dique seco. Personaje políticamente abrasado, después de haber
demostrado un notable instinto de poder como presidenta de la comunidad
autónoma.
Caídas las principales piezas, la presidencia regional fue
ejercida unos meses por Ángel Garrido, personaje gris que en plena
campaña de las elecciones generales se pasó a Ciudadanos. Fue el acto de
transfuguismo político más comentado en España en los últimos años.
Pablo Casado quedó lívido. La candidata del PP a la presidencia de la
comunidad, Isabel Díaz Ayuso, presenta notables limitaciones.
Si la izquierda (PSOE, Unidas Podemos y el afluente
de Íñigo Errejón) no gana ahora las elecciones en Madrid, no las ganará
nunca.
(*) Periodista y director adjunto de La Vanguardia
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