martes, 9 de abril de 2019

Alarma por la falta de albañiles

MADRID.- Hace justo 10 años, en España sobraban albañiles, peones, yeseros y encofradores. La burbuja acababa de estallar y la construcción era de repente un sector muerto. Hoy, las empresas vuelven a necesitar con urgencia a estos profesionales, incluso más que entonces porque ahora, a diferencia de los años del 'boom', escasea la mano de obra. Un albañil competente en una capital de provincia tiene casi un 100% de posibilidades de encontrar un empleo, y además con un buen sueldo si ejerce en Madrid, Barcelona o la costa mediterránea, las zonas que están volviendo a tirar del ladrillo, relata hoy El Confidencial.

Lo dice muy claro Enrique Corral, director general de la Fundación Laboral de la Construcción (FLC): "Yo a los desempleados les recomendaría sin dudar que se formen en el sector de la construcción. Incluso a trabajadores de otros sectores que necesiten una mejora laboral. Encontrarán trabajo seguro y los salarios están aumentando. En el futuro, vamos a necesitar a estos profesionales porque los pocos que quedan se están jubilando".
Hace ya un par de años que los constructores y los promotores inmobiliarios alzan la voz de alarma, pero la situación va de mal en peor. No es raro que un proyecto se paralice o se retrase en los plazos de entrega porque no hay profesionales disponibles para ciertas tareas. "En Salamanca, ya estamos en la fase de robarnos los profesionales entre empresarios. Les dan 200 euros más y te los quitan. Ese es el primer síntoma de que la situación se está complicando. Y hablamos de Salamanca, una ciudad que no tiene nada que ver con el crecimiento de Madrid o Barcelona", avisa Juan Manuel Gómez, presidente de la Asociación de Empresarios Salmantinos de la Construcción (Aescon).
"Estamos ante una crisis estructural. Muchos profesionales se han jubilado, los jóvenes se han ido a otros sectores tras una década en la que se nos ha demonizado, y no hay cursos de formación suficientes. Si no incorporamos ahora a los jóvenes, en 10 o 15 años no habrá profesionales. El que sea albañil o fontanero dentro de 10 años será un privilegiado, podrá pedir lo que quiera por su trabajo", prosigue Gómez.
Dos ejemplos: rehabilitar viviendas y adaptarlas a los criterios de eficiencia energética son dos especialidades muy bien remuneradas que necesitan gente con urgencia y no la encuentran. También se necesitan operadores de grúa torre en las obras, especialistas en revestimiento o expertos en aislamiento técnico en los edificios. Las ofertas de empleo del portal de la Fundación Laboral de la Construcción duplican en tan solo unos meses las de hace un año y medio.

Crea empleo por encima de la media

Las cifras son claras. Según el 'Informe sobre el sector de la construcción 2018', publicado este lunes por el Observatorio Industrial de la Construcción, la tasa de ocupación creció un 8,3% respecto al año anterior, situando el número de ocupados en 1.221.800 personas, según datos del Instituto Nacional de Estadística. Es la mayor cifra desde el año 2011. La construcción crea empleo por encima de la media desde el año 2016. 
Pero tiene un punto negro, el que denuncian precisamente los empresarios: hace 10 años, el porcentaje de jóvenes menores de 34 años que trabajaban en el sector era del 42%, mientras que en 2018 ese porcentaje fue del 19%. Solo un 9% de los trabajadores tiene menos de 30 años. En el otro extremo, los mayores de 55 años representan el 60% del total de ocupados.
Suena extraño que cientos de miles de desempleados no sepan que en la construcción hay una gran salida laboral. En parte es así, dicen los expertos, mucha gente no sabe que las empresas vuelven a contratar masivamente. Pero la explicación real es el desequilibrio entre la mano de obra existente y la que realmente se necesita. Hay muchos obreros poco cualificados y muy pocos especialistas en las nuevas necesidades del sector. 
"La aparición de nuevas formas de trabajo asociadas al avance tecnológico, el uso de nuevos materiales y la optimización de los procesos productivos requieren una fuerza de trabajo cada vez más formada y profesionalizada. Existe una fuerte polaridad de los ocupados hacia los niveles formativos básicos y superiores, con una deficiencia de niveles intermedios. Es urgente una mejora de la oferta en la formación profesional reglada, con ciclos formativos conectados con el mercado laboral", señala dicho informe.
"Los jóvenes no entran porque no encuentran oportunidades de formación. Es vergonzoso que en la FP reglada no haya ni 7.000 alumnos en los ciclos de construcción. Eso hace complicadísimo incorporar a trabajadores titulados en empleos de tipo intermedio como fontaneros, instaladores, albañiles, encofradores, ferrallistas…", critica el director de la FLC. Y prosigue: "Los que hace 10 años eran profesionales jóvenes se fueron a otros sectores con la crisis y ahora no vuelven porque los salarios son muy inferiores a los de la burbuja, y los que sí quieren volver no pueden acreditar sus conocimientos. No hay suficientes cursos para aprender o reciclarse. Hay un bloqueo en la formación justo cuando el sector más la necesita".
"Se perdió la Formación Profesional en su día porque se demonizó, y esa era una cosa que funcionaba. Ahora lo estamos pagando, no solo en la construcción sino también en la hostelería y en talleres. Nadie enseña a los jóvenes empleos intermedios que siguen siendo muy necesarios", añade por su parte el presidente de Aescon. 
Mientras el sector tiembla, el monstruo del ladrillo no para: en 2018, se consumió un 8% más de cemento (13,4 millones de toneladas) respecto al año anterior, un volumen de demanda similar al que se contabilizaba en la década de los sesenta.
Antonio Salazar, responsable del sector en la Federación de Construcción y Servicios de Comisiones Obreras (CCOO) en Andalucía, asegura que los empresarios no están dando la fotografía completa. Falta mano de obra, cierto, pero no porque no esté cualificada sino porque las condiciones laborales son muy precarias. 
"En Andalucía, en los mejores momentos de la construcción, se empleaba a 500.000 personas. Ahora se emplea a algo más de 200.000. Los empresarios tienen parte de razón, se han perdido 10 años para formar a una generación que tome el relevo de los que hoy se jubilan, pero esos mismos empresarios no están haciendo que la construcción sea un sector ilusionante. Se incumplen las condiciones laborales de los convenios, hoy a duras penas se ganan 1.000 euros por un trabajo exigente, que además se prolonga por proyectos cortos de varios meses. A mismo salario, un trabajador prefiere un empleo menos duro y que le garantice cobrar todo el año a estar cobrando un euro y pico por metro trabajando a destajo”.
CCOO pone como ejemplo de la precariedad del sector el aumento de los accidentes laborales. En el año 2018, el desempleo en el sector bajó un 14% en Andalucía, y sin embargo los accidentes laborales con baja médica subieron un 22%. El sindicato advierte de que muchos empresarios incumplen la Ley de Prevención de Riesgos Laborales.
En efecto, el recorte drástico de los salarios en la nueva economía poscrisis es la cruz de la moneda. Hoy es casi imposible cobrar los salarios de la burbuja, cuando jóvenes de 18 y 20 años dejaban los estudios para ganar 3.000 euros clavando juntas. Sí empiezan a verse salarios de 2.500 euros en adelante en las zonas calientes de Madrid, Barcelona y el Mediterráneo, pero nadie espera que se vuelva a desatar la locura de hace 15 años. 
"Aquellos sueldos no volverán, pero que tampoco nadie crea que esto es cíclico y habrá otra crisis que arruinará el sector durante una década. Quien hoy esté bien formado tendrá trabajo también dentro de 15 o 20 años, porque, aunque la construcción se ralentice, habrá que cubrir todas las jubilaciones de los que hoy tienen 50 años", anima el responsable de la patronal del sector en Salamanca.

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