El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont ha iniciado su
personal campaña a las elecciones europeas como candidato de Junts per
Catalunya (JXCat), anunciando que está dispuesto a venir a Madrid al
Congreso de los Diputados a recoger el Acta y a jurar la Constitución,
en caso de ser elegido el próximo 26 de Mayo como europarlamentario.
Con ese anuncio que, probablemente no cumplirá (como no lo cumplió
cuando lo prometió en Diciembre de 2017 al ser elegido diputado tras la
aplicación del artículo 155 de la Constitución) porque sus propios
abogados le han aconsejado que ni lo intente, el expresidente de la
Generalitat ha iniciado su campaña electoral, intentando frenar el
ascenso, desde hace semanas, de la candidatura de Oriol Junqueras como
cabeza de lista de Esquerra Republicana de Catalunya.
La presentación de
dos candidaturas del independentismo para el Parlamento Europeo, es la
definitiva ruptura del independentismo. Los que rechazan la vía
unilateral, y Puigdemont que pretende volver a recorrer el mismo camino
que le ha llevado a huir de España y de la Justicia.
Puigdemont, según destacan hoy numerosos periódicos europeos, intenta
situar el problema catalán “en el mismo corazón de Europa”,
“Internacionalizando el derecho de autotodeterminación desde el
Parlamento europeo” y procurando situar la independencia de Cataluña en
las Instituciones europeas, después de comprobar que esa lucha por el
derecho de autodeterminación, no reconocido en ninguna Constitución, ha
sido ignorada en toda Europa”, a pesar de los numerosos intentos del
independentismo, a través de sus embajadas y sus lobby.
La lectura que
hacen otros medios es que estamos ante un nuevo desafío del líder
independentista que ha convertido la lucha por la independencia catalana
como un problema personal que es el único que lo puede resolver.
Cuando ayer este cronista (ver republica.com “Pedro Sánchez con Puigdemont en los talones”)
adelantaba que el exiliado de Waterloo no sabía todavía a lo que se
enfrentaba, se estaba refiriendo a la firme decisión del Gobierno de
cumplir la orden de detención contra el expresidente que está plenamente
vigente en España, aunque se haya retirado la euro orden tras la
sentencia del tribunal alemán de Schleswig-Holstein, por la cual solo se
entregaba a Puigdemont a España por malversación de caudales, pero no
por rebelión y sedición.
De este modo el magistrado Pablo Llarena rechazaba la entrega del
expresidente catalán solo por el delito de malversación. Además, en un
gesto que indicaba que, en cierto modo, asumía la derrota jurídica
porque rechazaba la posibilidad de acudir al Tribunal de Justicia de la
Union Europea, retirando las órdenes europeas de detención dictadas
contra el expresidente y otros cinco huidos, los ex consejeros Toni
Comín, Lluís Puig y Meritxell Serret (huidos a Bélgica), Clara Ponsatí
(Escocia) y la secretaria general de ERC, Marta Rovira (Suiza). Pero
sigue vigente la orden de detención en España por delitos de rebelión,
sedición, desobediencia y malversación de fondos públicos.
Hoy, dentro de una auténtica ceremonia de la confusión, (¡Vamos a
contar mentiras¡, muy propio del personaje, el expresidente ha
manifestado que podría recoger el acta de eurodiputado sin necesidad de
pisar territorio español y que una vez asumido el escaño en el
Parlamento europeo, podría regresar a Cataluña sin riesgo de ser
detenido porque gozaría de inmunidad parlamentaria, algo que es falso (fakes news)
ya que ser eurodiputado pleno, no depende de Europa, sino de la Junta
electoral de cada país que tiene que comunicar la lista de diputados
electos que han recogido personalmente el Acta y que han jurado o
prometido la Constitución.
La inmunidad parlamentaria no se adquiere automáticamente cuando eres
elegido, sino cuando se cumplen los trámites, presencialmente ante la
Junta Electoral Central en el Congreso de los Diputados, en el plazo de
cinco días. Si no se cumplen esos trámites, la Junta declara vacante el
escaño y corre la lista.
Si creyendo que tiene ya la inmunidad se
presenta en Madrid a hacer los trámites obligatorios que le habilita
para ser eurodiputado, el señor Puigdemont será detenido, según la orden
en vigor… Pero el expresidente no correrá ese riesgo, ni lo tiene
decidido, ni cumplirá esa promesa que ha hecho solo a efectos
electorales.
(*) Periodista y economista
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