MADRID.- La red de Paradores cerrará este año
con una facturación de 257 millones de euros aproximadamente y un
beneficio neto superior a los 14 millones, cifras similares a las de
2017, a pesar del cierre de varios establecimientos por obras, ha
señalado hoy la secretaria de Estado de Turismo, Isabel Oliver.
En su comparecencia ante la Comisión de Industria, Comercio y Turismo, a
petición propia y de varios grupos parlamentarios (C's, Podemos y PP),
ha adelantado que el resultado bruto de explotación, ebitda, de la
compañía hotelera pública superará los 35 millones de euros.
Según Oliver, estos datos reflejan la buena salud de
Paradores, teniendo en cuenta, además, que se alcanzan a pesar de que el
primer semestre de 2018 se comportó peor de lo presupuestado y de que
hay varios paradores cerrados por obras que se encontraban abiertos
durante 2017, como, por ejemplo, el de León, que facturó 9 millones de
euros en el pasado ejercicio.
A pesar de esos
cierres, Paradores va a estar en cifras de negocio parecidas a las del
año pasado con menos establecimientos abiertos, gracias a que la segunda
mitad del año se ha comportado mucho mejor que la primera y a que se ha
mantenido el volumen de ventas y ha incrementado los ingresos medios.
Oliver ha detallado que la cadena pública tiene varias metas, entre
ellas, relanzar su marca, reforzando su visibilidad y haciéndola más
presente en la captación de clientes extranjeros y también nacionales.
Asimismo, se pretende agilizar las obras y reformas pendientes y
relanzar la gastronomía de Paradores, volviendo a su sentido original
que es poder consumir en sus restaurantes el mejor producto local, ha
agregado.
También el objetivo es devolver a los
trabajadores parte del esfuerzo realizado con el Expediente de
Regulación de Empleo (ERE), mediante un nuevo convenio colectivo que
contempla una subida salarial del 8 % para 2018-2020 y el impulso a la
formación.
Oliver ha adelantado que se llevará al
próximo consejo asesor de la red hotelera pública el próximo 19 de
diciembre un plan de inversiones, que va a consistir en poner al día
muchos establecimientos que lo necesitan, y dar un empujón a los cuatro
paradores que se encuentran en fase de construcción.
Estos son Muxía, en La Coruña (anunciado en 2003 y firmado en 2011), que
se prevé que su construcción finalice en 2019, el mismo año que la de
Veruela, en Zaragoza (anunciado en 2005 e iniciado en 2008).
El parador de Morella, en Castellón (anunciado en 2003 y firmado en
2009) ha sufrido mucho contratiempos y se siguen los trámites necesarios
por ley, al igual que en el caso del de Ibiza (anunciado en 2004 e
iniciado en 2009), debido a la aparición de restos arqueológicos.
En cuanto a la evolución del turismo español, Oliver ha explicado que
"vivimos un momento de cambio, hasta ahora hemos basado nuestro éxito
turístico únicamente en el número de visitantes que recibíamos, lo cual
es un error. No hay que obsesionarse con batir récords, es más
importante la calidad que la cantidad".
A su juicio,
el mundo que vio crecer a España como el lugar favorito de vacaciones de
los europeos ya no es el mismo, los cambios en nuestro entorno, en la
dinámica del sector y en el comportamiento mismo de los viajeros son
"profundos, muy rápidos y muchas veces impredecibles".
Estos cambios exigen modificaciones en las políticas y es ahora, "en un
momento de prosperidad turística cuando podemos y debemos replantear el
modelo turístico español no solo para generar riqueza, sino para
convertir el turismo en una herramienta que contribuya a tener una
sociedad más próspera, igualitaria e inclusiva", ha recalcado.
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