sábado, 15 de diciembre de 2018

¿Es el gato un ser iluminado? / Guillermo Herrera *

Los monjes budistas de Tailandia creen que su gato siamés es un ser iluminado, lo utilizan como guardián de sus templos, y creen que toda alma humana que se libera del ciclo de reencarnaciones tiene su última vida en forma de gato. Por eso lo respetan como a un animal sagrado, igual que en el antiguo Egipto.

 En Tailandia hay monasterios que se dedican a cuidar gatos y hasta tigres mansos, porque todos los animales tienen un fondo de bondad y dejan de ser salvajes cuando se les trata con amor y respeto.
 
Actualmente los animales huyen del ser humano porque han sufrido todo tipo de vejaciones y crueldades sin límite. Ya es hora de acabar con este genocidio. Por eso pido a Dios todos los días la liberación de la humanidad, de los animales y de la amada Madre Tierra Gaia, la Pachamama.
En general, los budistas veneran a los gatos porque los consideran ejemplo de seres puros y meditativos, más iluminados que los seres humanos porque no tienen ego, y esto se hallan también en otras tradiciones espirituales. Pero cada gato tiene su carácter, igual que cada ser humano. 
Otros esoteristas creen justo lo contrario, que el último eslabón de un alma antes de reencarnar como ser humano es el gato. Gerardo Amaro dice que nuestros ángeles de la guarda reencarnan en forma de gatos y perros para estar más cerca de nosotros y regalarnos su amor incondicional. Otros dicen que los extraterrestres de raza felina nos trajeron los gatos como un regalo a la humanidad.
No sé quién lleva razón, pero de lo que sí estoy seguro es de que considero a estos felinos como seres mágicos, prodigiosos, maravillosos y benéficos para el ser humano. No hace falta decir que amo a los gatos, pero también amo a los perros, a los elefantes, a los delfines y a las ballenas, entre otros muchos, porque todos ellos son seres muy evolucionados y aliados de la humanidad y de la Madre Tierra Gaia.

AMOR INCONDICIONAL
Para mí no son animales, sino angelitos que irradian amor incondicional constantemente. Cuando miro a los ojos a un gato me pregunto cómo alguien podría ser capaz hacer daño a un ser tan lindo. El gato es mucho más que un animal, es un ser mágico con mucha evolución espiritual, que protege contra el mal.
El perro es guardián físico y el gato es guardián espiritual, que protege de seres y energías negativas del mundo astral. Hay perros que han dado la vida por sus amos, pero también hay gatos que han hecho lo mismo al sobrecargarse de energía negativa para proteger a sus amos enfermos. El perro se sienta siempre en un lugar de energía positiva del hogar, y el gato en un lugar de energía negativa para transformarla. Cuando enfermamos, el gato y el perro se colocan por instinto en la parte del cuerpo que nos duele para acelerar la curación. Son sanadores prodigiosos. En el antiguo Egipto se utilizaba el olfato del perro para diagnosticar enfermedades.
Por algo los egipcios adoraban a los gatos, porque los consideraban guardianes de las puertas del inframundo y protectores contra los demonios, al tiempo que atraen bendiciones y buena suerte a cualquier hogar, hasta el extremo que matar a un gato estaba penado con la muerte. También las civilizaciones precolombinas tenían dioses felinos y gatunos.
La supuesta extraterrestre pleyadiana Swaruu de Erra, cuya sabiduría es prodigiosa, dice que ellos también tienen gatos caseros pero no perros, porque -según ella- el perro es una creación artificial humana hecha a través de cruces genéticos del lobo.

COMPAÑÍA DIVINA
Cualquier artista, escritor o intelectual que se precie suele tener un gato de compañía, y yo no soy una excepción, porque tengo dos gatitas preciosas a las que considero mis hijas. Cuentan que Jesús de Nazaret tenía dos gatos, y que el profeta Mahoma tenía varios, y que siempre daba sus sermones abrazado a su gata Muesa, que era su favorita, y hasta el Dalai Lama tiene varios gatos.
Muy pocos saben que la civilización no habría sobrevivido sin la presencia de los gatos, ya que protegían los graneros que guardaban la cosecha, al tiempo que evitaban la proliferación incontrolada de ratas y ratones. Por eso el gato doméstico siempre ha sido un gran aliado de la humanidad, igual que el perro.
La falta de este conocimiento produjo el exterminio de los gatos en la edad media, y lo pagaron muy caro, ya que una epidemia de ratas trajo consigo la peste negra, que casi acaba con toda la humanidad. En todas las tradiciones se considera que matar a un gato trae mal karma, mala suerte y desgracia para la persona.
Los gatos negros no tienen nada de malignos, como creen algunos. Precisamente son los que tienen una energía más poderosa que el resto de sus congéneres, y por supuesto son encantadores. No dan mala suerte, sino buena suerte, como me han testificado algunas personas.

¿POR QUÉ ODIAN A LOS GATOS?
Toda la vida me he preguntado cómo puede haber personas que sientan una aversión instintiva hacia un animalito tan inofensivo como el gato doméstico, sin ningún motivo racional, y creo haber hallado una respuesta:
A nivel cósmico, los felinos son enemigos naturales de los reptiles, por lo que las personas con una fuerte genética reptiliana los sienten como enemigos, e incluso ejercen violencia contra ellos. ¿O será que tienen genes ratoniles?
Si les molestan que los gatos se coloquen en un lugar, pulvericen vinagre como repelente, pero nunca lejía porque les atrae el olor a cloro. La limpieza la pueden hacer con amoníaco.
Las personas que desprecian a los gatos, ignoran el valor que tienen estas criaturas. ¿Se han fijado en la elegancia que tienen al caminar o al hacerse una rosca, y en la pulcritud que tienen cuando se lavan con su saliva bactericida y antibiótica?

TENGAN COMPASIÓN POR FAVOR
Un gato puede ser callejero, pero es mucho más feliz cuando está integrado en un hogar, porque son muy caseros. Las actuales comunidades de vecinos no son conscientes del bien que hacen los mininos al mantener bajo control la proliferación de ratas y ratones, y muchos gatitos se hallan famélicos porque nadie les da de comer.
Yo lo hago cada vez que puedo, y ello me produce una gran satisfacción espiritual, a pesar de que mis vecinos británicos me llama un “cat-man” u hombre-gato. Muchos olvidan que el ser humano fue creado para cuidar de los animales y de la naturaleza y no para dañarlos.
Todos los pueblos y ciudades están llenos de animales famélicos y abandonados ante la indiferencia de los vecinos y la única solución que ofrecen los ayuntamientos es envenenarlos o meterlos en cámaras de gas. ¿Quién les endureció el corazón hasta tal extremo? En los países más avanzados se preocupan de buscarles adopción, o de protegerlos en refugios de animales en lugar de sacrificarlos.
En realidad no son animales sino personas, mucho mejores personas que la mayoría de la gente, porque lo dan todo a cambio de nada, pero la mayoría de los ciudadanos viven indiferentes con el corazón apagado, pendientes del fútbol o del teléfono móvil.
Si quieren acelerar su evolución espiritual ayuden a las personas y a los animales, que también son personas, y les aseguro que se sentirán muy bien de hacer una buena obra, y además se honrarán a sí mismos, porque todos somos hijos del mismo Creador y por lo tanto hermanos. San Francisco de Asís transmitió este mismo mensaje, pero casi nadie lo entendió.

SATANISMO INFAME
Lo que considero horrible y satánico es disfrutar con la muerte de un animal, como en la caza deportiva o en los toros. ¡Qué ser tan hermoso, el toro, tan lleno de energía! ¡Y qué muerte más infame le dan en las corridas! Las tribus indígenas cazaban, pero sólo para alimentar a su familia, y no disfrutaban con ello. Incluso pedían permiso al alma del animal antes de sacrificarlo.
Soy un ‘animalista’, como dicen algunos, y trato de no comer carne, porque me duele el sufrimiento de seres inocentes, igual que la desaparición de niños. ¿Qué delito han cometido los animales o los niños secuestrados, para que los condenemos sin juicio a la pena de muerte? Estoy seguro de que los mataderos desaparecerán en la nueva era de la humanidad, como corresponde a civilizaciones avanzadas, y de que aprenderemos a alimentarnos del reino vegetal.
Toda creación divina es perfecta, y Dios creó al ser humano para cuidar de los animales y de la naturaleza, no para matar a los animales ni para destruir a la naturaleza. Por ejemplo, cazar a un elefante es un crimen de lesa humanidad, y la caza del zorro, tradicional de Inglaterra, era pura crueldad, como la caza del tigre de Bengala en la India. ¡Qué ser tan hermoso el tigre!
¡Cuiden de los gatos por favor! No hacen daño a nadie y son seres benéficos y amorosos que están más conectados que nosotros con los ángeles y con la Fuente Universal de la Creación Original. Son criaturas de Dios.



(*) Periodista

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