sábado, 15 de diciembre de 2018

El vuelco en Andalucía confunde al PSOE / Pablo Sebastián *

En las próximas semanas se va a producir en Andalucía un cambio histórico de Gobierno en favor de una coalición de PP y C's que presidirá Juanma Moreno y contará con el apoyo parlamentario de Vox, poniendo fin a 36 años de gobierno socialista y sus graves casos de corrupción, nepotismo administrativo y deterioro económico y social de la región más poblada de España. 

Lo que dañará y mucho las expectativas electorales del PSOE en el ámbito nacional (de los 84 diputados que tiene Sánchez en el Congreso, 20, casi el 25 %, son andaluces). Porque Andalucía ha sido el cuartel de invierno del PSOE y su principal granero de votos. 

Y este batacazo andaluz socialista, solo tienen la culpa la política catalana de su secretario general Pedro Sánchez y la presidenta en funciones de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, que temerariamente adelantó los comicios del Sur, convencida que lograría mantenerse el poder. 

Pero su fracaso electoral (y el de Podemos) ha provocado preocupación entre todos los dirigentes regionales del PSOE que ven en el acercamiento de Sánchez a los golpistas catalanes y en sus pactos con Podemos una amenaza real para el conjunto del Partido Socialista en toda España. 

Pero en vez de reconocer sus errores en España y Andalucía algunos de los dirigentes socialistas y podemitas tratan de ocultar su fracaso y enorme  responsabilidad paseando a Vox como un espantajo anti constitucional. Y todo ello para ‘implorar’ al PP y C's que no tomen el poder en Andalucía y no abran las ventanas ni levanten las alfombras bajo las que se ocultan las miserias de 36 años de un absoluto y autocrático poder del PSOE andaluz. 

Un cambio político en cuya causa principal está el pacto de Sánchez en la moción de censura contra Rajoy con partidos anticonstitucionales como Podemos, ERC y PDeCAT. Los que además están inmersos en el golpe de Estado catalán del 27-O, y reniegan de la legalidad y el Estado de Derecho en España como hace Pablo Iglesias cuando dice que en nuestro país hay ‘presos y exiliados políticos’, como reniegan de la Transición y de Europa.

De lo que se deduce que el programa de extrema derecha de Vox es hoy una presunta amenaza constitucional, mientras que el apoyo de Sánchez al soberanismo, amparando la violencia de Torra y sus CDR y sus ataques a la Constitución y la legalidad es una realidad. Y son hechos probados y en casos perpetrados incluso con violencia y delitos, por parte de quienes aprobaron la moción de censura y la investidura de Sánchez el 1 de junio. 

Como bien lo reconoció en el Grupo Socialista del Congreso la diputada Soraya Rodríguez y como también lo consideran importantes dirigentes de la vieja guardia del PSOE (Gonzalez, Guerra, Bono, Rubalcaba, Vazquez, Rodríguez Ybarra, etcétera). 

De manera que mucho cuidado con buscar la paja en el ojo de Vox y no ver, como ha hecho Eduardo Madina en un artículo en El País, la viga que está cegando al PSOE hasta poner en peligro su unidad y supervivencia. Porque si ‘se trata es de Democracia’ nadie puede dar clases cuando se camina por la política española de la mano de Iglesias, Junqueras, Puigdemont y Torra. 

O de Maduro en Venezuela como continúa haciéndolo Zapatero incluso cuando el propio Pablo Iglesias ahora reconoce que la situación política y económica de ese país es ‘nefasta’, y por lo tanto se arrepiente de lo que dijo años atrás. 


(*) Periodista




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