FERROL.- Sensación de alegría en la ciudad ante la aprobación de las cinco fragatas F-110 de Navantia en el Consejo de Ministros. Ferrol se despertaba ayer estupefacta ante su inesperado golpe de
suerte. Acostumbrada a los sinsabores, la ciudad se pellizcaba mientras
el Consejo de Ministros anunciaba la contratación de las fragatas F-110, según recoge hoy El Correo Gallego.
Tal y como deja claro el Gobierno central, los cinco buques se harán
íntegramente en la ría ferrolana. Y el encargo empleará a unas 7.000
personas, entre 2019 y 2032. Serán las fragatas más modernas del mundo, y
se incluyen en un paquete de gastos de Defensa por 7.331 millones de
euros (con esas F-110, la compra de vehículos 8x8 Dragón y la
actualización del Eurofighter).
Con semejante encargo, la Armada celebra
el inicio de esta nueva edad de oro: "Necesitábamos renovar la flota,
tras años de crisis".
El Gobierno quiere iniciar ya el proyecto en el próximo año, que
tiene una inversión de 4.325 millones de euros. Coincidiría con la
incorporación de 650 nuevos trabajadores en Navantia-Ferrol y Fene a lo
largo del próximo cuatrienio. Sólo en el ámbito de las auxiliares, las
fragatas emplearán a 5.500 personas (entre puestos directos e
indirectos).
Esta inyección laboral paliará los duros efectos de la
crisis del naval en la comarca. En los últimos años, se destruyeron
4.500 puestos de trabajo en las compañías debido a la falta de grandes
contratos en los astilleros públicos: sobre todo, entre 2011 y 2014.
Actualmente, unos 1.900 operarios trabajan en las auxiliares de la ría.
Defensa recalca que estas F-110 "son fragatas oceánicas polivalentes que
incorporan un mástil integrado con sensores y antenas".
Sustituirán a
las seis fragatas de la clase Santa María, con 35 anos de
antigüedad. Según Vicente Vidal (CIG-Industria, sindicato mayoritario en
las subcontratas), "que fagamos as mellores fragatas do mundo apórtanos
unha garantía de estabilidade".
En la Armada, sólo tienen palabras de alegría. El Almirante
de Acción Marítima, Manuel de la Puente Mora-Figueroa, "estuvimos varios años
en época de crisis sin construir ni relevar unidades, por eso ahora con
las F-110 o los buques de acción marítima (BAM) ayudaremos a suplir
barcos que van viejiños".
Estas cinco fragatas no sólo tendrán un fuerte impacto laboral,
también ayudarán a subir la autoestima de la Marina. Constituyen una
vieja reclamación de la Armada, que ya desde hace cinco años indicaba
que un tercio de su flota se encontraba en condiciones muy mejorables.
Según fuentes militares, la política de austeridad adoptada durante el
Gobierno de Rajoy fue considerada "excesiva". El ejercicio de 2014 se
cerró como el de menor gasto en combustible: 20 millones de litros
frente a los 28 de 2013. Incluso buques como el Cantabria se enviaron a realizar una temporada de ejercicios costeados por la propia Armada australiana.
Según insistía ayer el Almirante de Acción Marítima, uno de los más
altos cargos militares del país, "necesitábamos rejuvenecer la Armada,
España se merece tener una Armada importante".
En su día fue el primer
comandante de una de las F-100, la Blas de Lezo: "El salto de
la F-80 a la F-100 (también construidas en Navantia y con base en
Ferrol) ya fue impresionante, nos tocó vivir un momento muy importante y
ahora daremos otro salto similar".
Calculan los sindicatos que "as F-110 aportarán traballo durante 13
ou 15 anos". Según Vicente Vidal, "será estupendo para dar estabilidade
aos traballadores das auxiliares dentro dos estaleiros, permitirá que
moitos dos que quedaron fóra durante estes anos recuperen os seus postos
de traballo".
El Almirante de Acción Marítima recalca que "las F-100 ya
eran modernas pero la tecnología avanza a una velocidad muy
interesante, estamos ante un producto necesario para la Armada y que
incrementará la capacidad de exportación de los astilleros... ayudará a
reforzar el tejido industrial español".
Mientras tanto, Navantia-Ferrol ultima encargos como el buque de acción marítima (BAM Furor)
que sustituirá a una embarcación de unos 40 años de antigüedad en
Cartagena. La Armada lamenta la falta de renovación, hasta ahora, de su
flota. Por ejemplo su buque de salvamento submarino Neptuno tiene 48 años.
Un "gasto social", según indicaba la
ministra portavoz tras el Consejo de Ministros, Isabel Celáa, "los más
de 7.300 millones para Defensa son un gasto social, porque aportan 7.000
puestos de trabajo al año durante un escenario de 15 años".
Para las
fragatas se prevé una inversión de 4.325 millones, a los que se suman la
compra de 348 vehículos 8x8 Dragón para el Ejército de Tierra con 2.100
millones de euros hasta el año 2030 y la actualización del avión de
combate Eurofighter por 906 millones de euros hasta 2023. En total,
Defensa quiere emplear a 8.500 personas.
Los sindicatos también recuerdan que coincidirán las fragatas con el
Plan Estratégico de Navantia y su convenio colectivo único (que estos
días se someten a votación en asambleas). Además, los trabajadores de
las auxiliares acaban de conseguir su propio convenio provincial del
naval tras 17 años de movilizaciones.
Según Vidal, "a transformación dos
estaleiros como 4.0 tamén beneficiará a outros sectores, en transporte
ou loxística".
Estas fragatas serán las más adelantadas del mundo en ciberseguridad,
medio ambiente y habitabilidad. Y también relanzarán las
potencialidades comerciales de Navantia. Así ocurrió con las F-100, con
las que España consiguió contratos posteriores para hacer buques
similares en Noruega y Australia.
Las inminentes F-110 serán las más
silenciosas de los mares. Tendrán la mayor planta eléctrica sobre una
fragata y una innovadora propulsión híbrida. Además, dispondrán de un
gemelo digital para supervisar desde tierra las operaciones marítimas.
Según explicaba ayer la ministra de Defensa, Margarita Robles, "se
trata de una inversión militar y social ya que, según nuestros cálculos,
los programas tendrán un importante impacto en la economía y en la
industria de defensa española". Las fragatas se consideran "uno de los
pilares del Plan Estratégico de Navantia", ya que aseguran carga de
trabajo durante 13 años en Ferrol.
Y todavía colea el caso Morenés: exministro de Defensa al que culpan
de paralizar las fragatas para tratar de instalar misiles de sus
empresas. Según el secretario xeral del PSdeG, Gonzalo Caballero, "se
gobernase agora Rajoy o proxecto seguiría estancado, e o PP seguiría
buscando intereses coas empresas dos misís".
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