sábado, 15 de diciembre de 2018

Las F-110 relanzan la posición mundial de 'Navantia' en el mercado de fragatas

FERROL.- La Armada de Australia fue la última que contrató un programa de fragatas a los astilleros públicos españoles. Lo hizo en el año 2007, y ese encargo llegó para ejecutar el diseño de los que serían los destructores más modernos de su Marina, los AWD, junto a la construcción de dos megabuques. 

Mientras que los colosos anfibios se construyeron en Ferrol, los barcos basados en las F-100 españolas se fabrican en Adelaida, bajo la gestión de Navantia. Con anterioridad, en el año 2000, la entonces llamada Bazán ganó un concurso internacional abierto por la Armada de Noruega para construir cinco buques, también basados en las F-100 españolas, recuerda hoy La Voz de Galicia.
Fueron los grandes hitos para la exportación de ese modelo, que ahora Navantia prevé reeditar con las futuras F-110 autorizadas ayer por el Consejo de Ministros, con una inversión de 4.300 millones y una previsión de crear 7.000 puestos de trabajo.
Este año, la compañía que preside Susana de Sarriá ha sufrido dos varapalos en otras tantas licitaciones, en Australia y Canadá, en donde aspiraba a construir una veintena de fragatas. Pero la apuesta del Ministerio de Defensa español por desarrollar junto a Navantia su fragata más avanzada (esas nuevas F-110) supone un salto cualitativo en el diseño y los procesos y mejora el posicionamiento de la compañía a nivel internacional. 
En concreto, el foco lo tiene puesto, en cuanto al mercado de fragatas se refiere, en Estados Unidos.
Navantia participa en este concurso en alianza con General Dynamics y compite con otras cuatro compañías por hacerse con ese pedido, que implica la construcción en el país de 20 buques. Se mide a las americanas Huntington Ingalls, Lockheed Martin, Austal USA y General Dynamics, y a la italiana Fincantieri. El proceso continuará el próximo año con la petición de ofertas y la elaboración de la lista corta de los contendientes, y será en torno al 2020 cuando se adjudique el encargo.
Para impulsar las posibilidades en esta licitación, Navantia ha abierto una delegación en Washington a cuyo frente se encuentra el ferrolano Francisco Barón.
Las últimas fases de ese concurso coincidirán con las primeras del desarrollo del programa de las cinco F-110 aprobado por el Consejo de Ministros. El Gobierno validó la propuesta del Ministerio de Hacienda para modificar el techo de gasto para tres programas en vigor, con lo que se destinará de forma íntegra a la renovación y actualización de material de las Fuerzas Armadas
En conjunto, se ha autorizado una inversión de 7.331 millones de euros en programas de seguridad y defensa, en un plan plurianual hasta el año 2032; eso incluye las fragatas para Ferrol.
«Las F-110 son fragatas oceánicas polivalentes que incorporan un mástil integrado con sensores y antenas y en cuyos programas tecnológicos ya se han invertido 174 millones de euros. Sustituirán a seis fragatas de la clase Santa María, con 35 años de antigüedad, para mantener las capacidades actuales», explica el Gobierno.
La construcción de estas cinco fragatas es uno de los pilares del plan estratégico de Navantia que garantiza carga de trabajo para la viabilidad del astillero. Este programa sostendrá esos 7.000 empleos durante diez años: 1.300 directos en la empresa pública, 2.000 en la industria auxiliar y otros 3.500 de forma indirecta.
Javier Galán, presidente del comité de empresa de Navantia Ferrol, dio la bienvenida al nuevo encargo para Ferrol, por cuanto abre nuevas expectativas de empleo en la comarca. Recordó además que, si el plan estratégico sale adelante, la empresa se colocará en una nueva posición «para ser un referente para muchos de los que hoy no tienen empleo».
También se refirió al encargo la ministra de Defensa, Margarita Robles, que defendió la inversión en los programas de armamento porque implican «gasto social» al sustentar puestos de trabajo y favorecen la industria y la tecnología españolas.
«El salto de las F-80 a las F-100 ya fue impresionante y lo vimos, y lo vivimos, como el momento importante que fue. Este va a ser un salto similar. Aunque la F-100 es un barco todavía muy moderno y muy capaz, el salto tecnológico va ser notable». 
El almirante de la Fuerza de Acción Marítima, Manuel de la Puente Mora-Figueroa, entiende que «será un buen producto, necesario para la Armada, y con capacidad de exportación para los astilleros, algo importante para reforzar el tejido industrial español».
El senador socialista Ángel Mato también manifestó su satisfacción por la concreción de un encargo de gran trascendencia para los astilleros de la ría. «Esto no es el final de nada, aunque es una magnífica noticia para la ciudad, para Navantia y también para el país. Es justo felicitar a toda la gente que intervino, la que está ahora y la que estuvo antes, a los trabajadores y a las distintas direcciones». 
En su valoración, afirmó que este contrato «es el contrapunto adecuado y que completa la aprobación del plan industrial» que espera que se produzca en los próximos días. El senador ferrolano entiende que, «a partir de ahora, empieza un futuro distinto para Navantia», ya que en la ría ferrolana «se van a incorporar casi 700 trabajadores y se van a acometer las obras de modernización del astillero público».
El presidente de la Confederación de Empresarios de Ferrolterra, Eume y Ortegal, Cristóbal Dobarro, incidió en la unanimidad existente en la comarca en torno a la necesidad de poner en marcha este programa. «Había una gran sintonía desde todos los puntos de vista, desde los partidos políticos, los agentes sociales y la Armada, y esa unidad ha sido también muy importante», afirmó.

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