viernes, 3 de agosto de 2018

Suspensos generalizados en toda España / Rosa Roda *

“Oleada de cates en las oposiciones de lengua en Murcia por las faltas de ortografía”. Así tituló el diario digital 20 Minutos una noticia de julio de 2006. De 656 presentados solo 120 aprobaron el primer examen, para 126 plazas. La Consejería de Educación alegó que no se habían preparado las pruebas. 

Nada nuevo bajo el sol. Puede que esta sea, también, una de las causas del alto porcentaje de suspensos en las oposiciones a Secundaria y FP de 2018 en la Región de Murcia, y en el resto de regiones convocantes, donde los aspirantes suspensos también hablan de “escabechina” con las notas porque han sido bajas en todas partes. 

En la Región de Murcia han quedado vacantes 45 plazas. Se han cubierto el 90% de las 506 plazas ofertadas y uno de cada 10,7 aspirantes ha conseguido plaza, de los que el 75% son interinos y un 25% son de nuevo ingreso. 
 
En la Comunidad de Madrid, de 2.200 plazas ofertadas, 450 han quedado vacantes con una gran cantidad de notas muy bajas; muchos ceros, unos y doses. En Extremadura, las plazas vacantes han sido 135. En Castilla La Mancha no se han cubierto 117 de 923 ofertadas. En Asturias, 57 vacantes de 459. En Baleares, las plazas desiertas han sido 88 de 1.008 ofertadas. En Aragón, un tercio de las especialidades de Secundaria y FP tienen plazas desiertas, aunque destaca Matemáticas con 16 plazas sin cubrir. Los porcentajes de plazas no cubiertas por el elevado número de suspensos es similar en Castilla y León donde la prensa local habla igualmente de “desastre”. 
 
Me niego a creer que los tribunales de oposición de todas esas regiones puedan haber cometido irregularidades dirigidas por el comisario político de turno. Me resisto a pensar que los gobiernos regionales convoquen oposiciones con el anhelo de que muchas de las plazas queden desiertas para ahorrar presupuesto. Y no imagino a la consejera Adela Martínez Cachá dando secretas instrucciones a miembros de los tribunales de oposición porque, tal y como está el patio político, en cuestión de nanosegundos lo sabría la prensa.

No se trata solamente de faltas de ortografía, que por supuesto deben restar puntos en cualquier examen porque ningún padre quiere para sus hijos un docente que no sepa escribir correctamente, se trata también de clamorosos fallos de contenido según relatan los examinadores. En matemáticas no restaban tantos puntos las faltas de ortografía y el porcentaje de suspensos también ha sido elevado en varias regiones de España. 
 
Entiendo perfectamente que los 375 integrantes de los 75 tribunales de oposición en la Región de Murcia estén indignados con lo que están leyendo en redes sociales y defiendan su corrección, como es comprensible el disgusto y las tristeza de muchos de los que se han quedado a las puertas de lograr un empleo seguro y bien remunerado.

Cualquier oposición es un proceso largo y muy duro. El desgaste físico, mental y emocional es tremendo, agotador. Se trata de procesos selectivos muy exigentes, pero así debe ser y más tratándose de educación ¿No queremos ser como los finlandeses? Pues eso conlleva seleccionar a los mejores y para eso los tribunales deben ser exigentes. La solución no es rebajar el nivel. Y no se me ocurre otra forma de selección más objetiva que una oposición, aunque la nota muchas veces no seleccione a los más motivados o con mayor vocación docente. Es verdad que en la Región de Murcia han suspendido muchos, pero no es menos cierto que 455 opositores han logrado plaza demostrando con ello que no es imposible.

A los maestros y docentes no solo hay que exigirles que no cometan faltas de ortografía. También deben tener fondo cultural y eso, cuentan muchos de los maestros y docentes que se están jubilando, ha empeorado. Puede que la LOGSE haya hecho más daño de lo que parece. Baste recordar que en noviembre de 2011, 14.110 aspirantes se presentaron a las oposiciones de maestro en la comunidad de Madrid, que ofertaba 489 plazas. 
 
Por primera vez hubo una prueba tipo test con preguntas de conocimiento general de un nivel equivalente a sexto de primaria y el 86% de los aspirantes, suspendió. Solo aprobaron 1.913 personas. Los sindicatos dijeron que la Consejería de Educación de Madrid quería “someter a escarnio público a los docentes” en pleno debate sobre si debía primar la nota por encima del tiempo de servicio y experiencia en la lista de interinos porque, como ocurría en la Región de Murcia, interinos con reiterados suspensos en convocatorias de oposiciones eran llamados para dar clase, mientras que aspirantes con un 10 en la oposición quedaban fuera.

Muy probablemente, la inmensa mayoría de los dirigentes políticos de este país también habría suspendido ese test con preguntas que debía responder un alumno de 12 años. Con ese argumento se defendieron muchos de los que se dieron por aludidos y se sintieron atacados, pero se ha rebajado tanto el nivel de la clase política en este país, que no es significativo y, además, la mera comparación degrada la profesión de maestro que es, y debe ser, una de las más nobles y prestigiosas de cualquier país. 
 
 
 
(*) Periodista y Jefa de Informativos en Murcia de Onda Cero
 
 

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