viernes, 3 de agosto de 2018

La promesa de 2.019 / Guillermo Herrera *

Aunque desconfío de los profetas modernos, porque es muy difícil acertar el futuro, hay algunos casos que se han ganado un prestigio merecido como Edgar Cayce en EE.UU. o Benjamín Solari Parravicini en Argentina, pero el que más me ha llamado la atención es el caso del brasileño Chico Xavier, autor de diez mil cartas y 468 libros de los que se vendieron cincuenta millones de ejemplares, y dedicó todo el dinero ganado a obras de caridad.

Su revelación más importante fue que el 20 de julio de 1.969, cuando el hombre pisó la Luna, tuvo lugar, un cónclave de las estrellas, una reunión de Potencias Angélicas del Sistema Solar, para verificar y discutir el avance moral de la sociedad, en la que el propio Cristo abogó por nuestra causa en favor de la humanidad, y pidió una prórroga de cincuenta años para evolucionar y convivir en paz, que finalizaría el 20 de julio de 2.019, es decir, dentro de un año exactamente.

La promesa es, que si hasta entonces no se produce una tercera guerra mundial, la humanidad entraría en una nueva era de regeneración planetaria, que produciría la entrada oficial en la comunidad galáctica, lo que, a su vez, generaría un contacto directo con los visitantes de las estrellas y traería una ayuda extraordinaria de nuestros hermanitos mayores, así como un progreso social, espiritual y tecnológico más allá de toda imaginación, entrando así en la tan ansiada Era de Luz. 

Ellos no pueden interferir en nuestro libre albedrío a menos que lo pidamos, y yo lo deseo con toda mi alma. Sería un proceso gradual para evitar el trauma, en la medida de lo posible, y hay quien habla de cuarenta años para completar la transición, pero yo espero que dure menos, y sobre todo que tenga la oportunidad de contemplar la tierra prometida como Moisés. 

De hecho, cada vez hay más gente que han conseguido un contacto personal con su familia cósmica, pero falta todavía un primer contacto público con intercambio oficial de embajadores. Creo que todo comenzará con la revelación de enigmas y misterios, que se han mantenido en secreto, lo cual cambiará radicalmente nuestro sistema de creencias ignorante.

Curiosamente, esta profecía coincide aproximadamente con la del investigador hispano-alemán Alberto Canosa, de que en septiembre de 2.019 terminará la purga de demonios que comenzó en junio de 2.018. La coincidencia entre dos fuentes de información tan dispares da un viso de veracidad a la promesa de 2.019, y es probable que haya más gente que diga lo mismo. 

Claro que esto sería lo más maravilloso que le podría pasar a toda la humanidad, la tierra prometida, el paraíso soñado por todas las semillas estelares y trabajadores de la Luz, y el Reino de Dios que se pide en la oración del Padre Nuestro, pero también sería una catástrofe para las élites actuales y para su “nuevo orden mundial” de pesadilla. Por eso no cesan de fabricar ataques de bandera falsa, para provocar la tercera guerra mundial, pero fracasan en todos sus intentos, porque estamos protegidos por ángeles.

No somos capaces de imaginar todas las consecuencias que traería un cambio de paradigma de tal magnitud, pero la primera de ellas sería demostrar que todo nuestro sistema y modo de vida está totalmente equivocado, desarmonizado con el orden cósmico y alejado de las leyes universales divinas y de la creación. Por lo tanto, recibiríamos una lección de humildad, acompañada de beneficios sin límites y de prosperidad mundial. No se trata de que haya ganadores y perdedores, sino de que ganemos todos, es decir, de obtener el mayor beneficio para el mayor número de personas, y de acabar con una ‘matrix’ de pesadilla, proyectada desde la Luna, que ha durado 12.500 años.

Según Chico Xavier, en el caso (improbable porque estamos protegidos) de que estallara la tercera guerra mundial, ésta sería empezada por el hombre pero terminada por las fuerzas telúricas de la naturaleza,como una rebelión de la Madre Tierra Gaia ante tal abuso y destrucción. En tal caso, se produciría tal cantidad de terremotos, tormentas, deshielos y explosión de volcanes extinguidos que acabaría dejando inhabitable el norte del planeta y produciría la emigración de los supervivientes hacia el hemisferio meridional mediante una invasión militar, pero estoy seguro que no llegaremos a esto, y no deseo equivocarme en este caso.

Se han publicado muchos vídeos de este tema en Youtube con distintas interpretaciones, pero yo recomiendo el llamado “Data límite”, porque lo considero el más fideligno en información. Está en portugués-brasileño, pero se pueden poner subtítulos en español.

Esta información nos da mucha esperanza, pero también hay que cultivar la fe en que podemos conseguirlo, y ejercer presión para alcanzar tales metas, que no son otras que el triunfo de toda la humanidad, la victoria definitiva del bien sobre el mal. Todos tenemos que poner de nuestra parte, hacer nuestro trabajo y cumplir nuestra misión, porque no lo van a hacer todo los de arriba. Es un trabajo conjunto para salvar al planeta y a la humanidad. Estoy seguro de que lo lograremos, con la ayuda de nuestro Creador.



(*) Periodista

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