La teoría y la práctica de la revolución
catalana por su altura, su dignidad, su complejidad, su humanidad
acapara la atención en España y Europa. Es el único lugar del Estado en
que se habla de autodeterminación, soberanía, legitimidad,
desobediencia, resistencia. Se habla de lo que se está viviendo.
De lo
que está viviendo una generación entusiasmada en una experiencia
colectiva única, que dejará honda huella. Por eso hay que hablar de
Cataluña, lo más importante hoy en España y en Europa.
Pero
hablar en los términos ajustados a la situación real, no en los del
poder político de la Gürtel y sus adláteres parlamentarios y mediáticos.
Estos siguen sosteniendo que el independentismo catalán es una cuestión
de orden público que se resolverá con (más, y más, y más) policías y
guardia civil y, quién sabe si con milicos. El triunvirato nacional
español y sus mil altavoces no quieren entender que se enfrentan a una
crisis constitucional sin parangón, planteada por millones de
ciudadanos.
Imposible saber cuántos porque el propio triunvirato es
capaz de cargarse la Constitución con tal de que no se sepa mediando un
sencillo referéndum. No entienden porque no quieren entender. No
importa, mientras Europa siga tutelando el proceso e impidiendo el
recurso a la brutalidad, todo irá bien. En España son habituales los
gobiernos que no entienden lo que dicen gobernar.
Algo
parecido sucede con la izquierda española, la que se encuentra (muy
incómoda, por cierto, según manifestaciones de Bescansa) fuera del
triunvirato nacional y enfrentada al independentismo sin tener ni idea
de qué hacer. Fuera del triunvirato porque, en realidad, no lo considera
verdaderamente español ni patriótico. Para español y patriótico,
Podemos, dispuesto a dejar que los indepes catalanes decidan libremente
cómo encajan en el Estado español.
Lógicamente, esto los enfrenta a los
indepes a causa de su españolismo tan (supongo) inconsciente como
patente. Ignoro si, a estas alturas, con los representantes de la
podrida burguesía neoliberal catalana en la cárcel o en busca y captura,
se sigue manteniendo que el independentismo es una cortina de humo del
3%. Tampoco importa. La historia ha pasado y ya no hay modo de subirse
al tren de la revolución ni en el furgón de cola.
Es
Cataluña en sí misma la merecedora de atención por las dimensiones,
repito, humanas, a la par que políticas que está teniendo. Y, por
descontado, también económicas y religiosas y de todo tipo. "Lo personal
es político", dice el feminismo de la tercera ola. Tal cual. Como
políticos están en prisión los dos Jordis y medio govern; como político
en el exilio el otro medio. Y también como personas, con sus vidas, sus
familias, sus proyectos cruelmente interrumpidos.
Esos hombres y mujeres
están en donde están por fidelidad a sus convicciones que han puesto en
práctica por medios pacíficos y democráticos aunque, según interpreta
el gobierno y la judicatura en sólita unidad de criterio ilegales. Y la fuerza movilizadora de estos símbolos políticos y humanos será sin duda imparable.
El
doble objetivo de alcanzar la independencia y la liberación de las
personas presas tiene una faceta de derecho, ganar unas elecciones y
otra de deber, rescatar a los rehenes que se lo han jugado todo por la
idea. (Aparte: ¿Cómo va a entender esto alguien de la Gürtel?).
Siendo así, los preparativos de las elecciones del 21D deben garantizar
el triunfo. Para ello, la decisión de una lista transversal con PDeCat,
ERC, la CUP y gente de Podem, es la mejor.
JxS
cumplió una etapa. Y con pleno éxito. Este se mide en relación
proporcional a la desproporción de la respuesta del Estado (intervención
previa del Rey), el gobierno y sus lebreles, PSOE y C's. Pero la etapa
ha concluido y hay en el horizonte una meta nueva, interpuesta, unas
elecciones ilegales e ilegítimas impuestas por las bravas pero en las
que es de sentido común participar.
Cumplida
la etapa, se inicia otra. Nuevos objetivos, nuevas circunstancias,
nuevas fuerzas e ideas. El odre viejo de JxS ya no sirve. Marcos, 2, 22,
"nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque se rompe el odre y se
derrama el vino. Hay que echar el vino nuevo en odres nuevos".
La
candidatura transversal es un odre nuevo y muy prometedor. Acoge todos
los elementos de JxS y suma otros de diversa procedencia, como la CUP
(hasta ahora aliada parlamentaria) y los sectores de Podem sensibles a
la demanda independentista. A su vez estos tienen fácil razonar su
integración: los del odre viejo han demostrado ser gente de palabra.
Mírese en dónde están. Además, el ataque del Estado es en todos los
frentes. La respuesta solo puede ser una candidatura única de país.
El 21D manda.
Mi artículo del Diario16 sobre la deriva franquista de un Estado que no tiene nada de Estado de derecho y sí de dictadura de una mafia corrupta en su ilegal ocupación de Catalunya, publicado ayer.
Queda
claro: no es un proceso judicial. Es un proceso político e ideológico,
movido por instancias judiciales (un fiscal y una jueza afines al PP)
por debajo de toda sospecha. Muy por debajo.
Es
un proceso político sin garantías jurídicas algunas, una persecución
ideológica al independentismo. Una causa general contra el
independentismo montada según lo acrisolados cánones franquistas de
responsabilizar a las víctimas de los delitos del poder. El 1/10 no fue
un "levantamiento violento", como mendazmente sostiene el fiscal. La
violencia -y una violencia vandálica- la llevaron la policía y la
guardia civil a las órdenes de una gobierno corrupto.
Porque,
además, toda esta farsa judicial que ocasiona víctimas inocentes entre
personas dignas (como los presos políticos actuales rehenes de este
gobierno sin escrúpulos) se hace en parte para tapar el saqueo
sistemático a que esta banda de ladrones, presidida por un tipo cobrador
de sobresueldos en B, tiene sometido al país.
Este escándalo tiene que terminar cuanto antes con los verdaderos responsables en la cárcel.
Aquí la breve entrevista que me hicieron
el día 3 de noviembre en La 4 y en la que se extrañaron de que dijera
lo obvio: que en España la ultraderecha está en el gobierno. Y no solo
en el gobierno. También en la empresa (¿qué es Juan Rosell sino un
franquista de afición?), en los tribunales (¿qué son Maza, De los Cobos,
"nuestra Concha", sino ultraderechistas al servicio del PP?) y en la
Iglesia (¿qué es Rouco Varela sino un pío fascista?). En todas partes.
Lo sabemos todos. ¿Por qué tanta hipocresía?
Por más que los medios (generalmente vendidos) afirmen que se trata del centro-derecha, es imposible ocultar:
1) Que el PP lo fundó un ministro falangista de Franco.
2) Que a él se sumaron seis ministros más del mismo dictador genocida.
3) Que Aznar dijo, siendo presidente, que "a mi derecha no hay nadie"
4) Que el PP no ha condenado el franquismo.
5) Que el gobierno del PP ha derogado de hecho la ley de la Memoria Histórica
5) Que el mismo gobierno se niega a colaborar con la justicia argentina para castigar el franquismo.
6)
Que son innumerables los "casos aislados" de concejales y alcaldes del
PP haciendo saludos fascistas, justificando a Franco y rindiéndole
honores.
7) Que el gobierno está repleto de franquistas.
8)
Que el presidente es el hijo de un magistrado pontevedrés que hizo su
fortuna favoreciendo a Franco de una forma que avergüenza a cualquiera
que conozca el caso.
9) Que los
ministros del gobierno que no son nacionalcatólicos o del Opus, son de
proclividades falangistas y fascistas (como Ruiz Gallardón)
Así que el asunto es claro: la ultraderecha que sale a la calle es la que el gobierno pone en la calle.
¿Por
qué sabían los nazis a qué hora llegaban los políticos catalanes para
ir a insultarlos? Porque los que tenían la información se la filtraron.
¿Cuántos de estos energúmenos son agentes de paisano?
¿Cuántos de los fascistas que campan con impunidad por las calles son agentes de paisano?
¿Qué
se va a hacer con la gentuza de uniforme que humilló, insultó, vejó y
menospreció a los consellers catalanes que trasladaban a la prisión y
por cuya seguridad estaban obligados a velar?
¿Que medidas se van a tomar contra esta canalla?
¿Es
que alguien espera de esta gente -en el gobierno o en las comisarías-
algún tipo de seguridad jurídica y respeto a los derechos de los
ciudadanos?
Los publicistas à la page,
los tertulianos, los plumillas y los periodistas "sobrecogedores" (que
cogen sobres) seguirán mintiendo y hablando del "centro derecha" en el
gobierno. Les pagan por ello.
Pero
en el gobierno no hay nadie de centro derecha. Solo hay franquistas más
o menos hipócritas y disimulados que, con el 155 se proponen
restablecer la dictadura.
Mientras los medios vendidos aplauden.
De democracia, aquí, ya no queda nada.
(*) Catedrático emérito de Ciencia Política en la UNED
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