MADRID.- El inicio del
nuevo curso ha venido marcado por la política como consecuencia
de todo lo que ocurre en Cataluña y el desafío independentista. En
el sector bancario, las espadas están también en todo lo alto para
acometer una nueva ronda de fusiones. Al margen de las
integraciones en marcha (Santander-Popular y Bankia -BMN), el
proteccionismo del CNMV sobre Liberbank deja a este banco en el punto
de mira de ser comprado, mientras que Deustche Bank se queda casi sin
beneficio en España a juicio de www.capitalmadrid.com
Más
allá de toda la tensión política de los últimos días, la banca española
afronta la recta final del ejercicio y el arranque del nuevo ejercicio
con una asignatura pendiente: una nueva ronda de fusiones, como se exige
por parte del Banco de España y de algunos organismos internacionales
como el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Bankia y BMN están en vísperas de aprobar su fusión en las
respectivas juntas de accionistas convocadas desde hace tiempo. La
integración de las entidades nacionalizadas y controladas de manera
mayoritaria por el Estado se ha considerado como la mejor vía para
recuperar una parte de las ayudas públicas destinadas al rescate de la
banca con problemas (principalmente cajas de ahorros).
El Popular no era una caja de ahorros, pero sus problemas eran tanto o
más graves que el de algunas de esas entidades casi extinguidas con las
distintas reformas del sector bancario español. El Santander ya ha
registrado su oferta a los accionistas y preferentistas minoritarios del
banco gestionado en los últimos por Ángel Ron y en los últimos meses
por Emilio Saracho.
Estas dos operaciones ya estaban en curso desde hace algunos meses y
una buena parte del sector mira con atención las oportunidades que
quedan sobre el tablero. La decisión de la Comisión Nacional del Mercado
de Valores (CNMV) de prologar la prohibición de las posiciones cortas
en Liberbank hasta finales de noviembre, sitúa al grupo gestionado por
Manuel Menéndez en el punto de mira.
La tutela de la CNMV sobre Liberbank cubrirá todo el proceso de
ampliación de capital anunciado y con el que se pretende una reducción
más que significativa de los activos tóxicos en sus balances. Como
algunos sostienen, todo un maquillaje de la entidad para que resulte más
atractiva ante potenciales compradores.
Unicaja, con los últimos movimientos (como la devolución de los bonos
convertibles de España-Duero) y su buena acogida en Bolsa, parece
distanciarse del grupo de bancos que puedan estar abocados a integrarse
en grupos de menor tamaño para poder encarar su viabilidad.
Desplome de beneficios
La filial de Deutsche Bank en España lleva ya tiempo con el cartel de
venta colgado. Según los datos recién publicados por la Asociación
Española de Banca (AEB), la entidad del grupo germano tan sólo habría
alcanzado un beneficio de 6,65 millones de euros al cierre de junio, lo
que supone un desplome del 73% respecto a los 24,65 millones logrados en
el primer semestre de 2016.
Eso sí, y pese a todas las informaciones sobre su venta, Deutsche
Bank en España ha logrado capear su negocio de una manera bastante más
digna, ya que los depósitos de los clientes se elevan un 4,72%, hasta
los 8.423,77 millones de euros hasta junio, mientras que la evolución
del crédito a la clientela se muestra plano, con una mínima reducción
(0,81%) en el primer semestre del ejercicio.
Tanto el avance del Santander con la adjudicación del Popular como la
integración de Bankia y BMN ya hacía presagiar nuevos movimientos en el
actual mapa bancario español, sobre todo de algunos de los grandes para
recuperar terreno en algunos negocios o mantenerse en aquellos en los
que ya tenían el liderazgo.
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