Los
componentes de la comisión de investigación de la crisis del
sistema financiero del Congreso de los Diputados discrepan
abiertamente de cómo se están llevando a cabo los trabajos y de qué
hacer a partir de ahora.
En
la reunión de este miércoles tratarán de acordar una agenda de
comparecencias realista que pueda permitir terminar los trabajos a
mediados del año que viene y presentar unas conclusiones conjuntas que
hagan útil la constitución de esta comisión. Botín, González, Fainé, y
otros muchos profundos conocedores del sector financiero español podrían
no tener que acudir. Sería una oportunidad perdida de poder conocer su
opinión sobre la mayor crisis financiera que ha sufrido desde principios
del siglo XX.
Tras las comparecencias del Gobernador Luis María Linde, del
exgobernador, Jaime Caruana y del exsubgobernador José Viñals, toca
ahora ponerse de acuerdo sobre las próximas comparecencias. De
convocarse a las 300 personalidades que suman los listados de todos los
partidos no podrían terminarse los trabajos antes de que finalice el año
que viene. En ese momento la legislatura estaría prácticamente acabada y
resultará muy difícil alcanzar acuerdos entre los dos principales
partidos que estarán pensando en las nuevas elecciones.
Una vez que comience el debate de los presupuestos en el mes de
octubre no podrán reunirse más de una vez al mes, dado que la mayoría de
los portavoces en la Comisión de investigación de la crisis financiera
son miembros de otras comisiones. A un ritmo de 6 comparecencias
mensuales hace obligado reducir las mismas si se quiere contar con los
verdaderos conocedores de lo que ha sucedido.
Pero el pasado jueves, tras la comparecencia del ex subgobernador del
Banco de España José Viñals, el profesor Ángel Vilariño y el
expresidente del banco Hipotecario, Julio Rodríguez, los partidos
catalanes presentaron tantas propuestas que la hace imposibles.
Desde el Partido Popular consideran que los nacionalistas catalanes
de izquierdas que han hablado de convocar hasta a 150 personalidades lo
que buscan es resolver antiguos litigios y obtener rentabilidad política
a corto plazo, pero sin pretender que la comisión haga un trabajo
eficaz de cara al futuro del sistema financiero.
En este sentido explican que pese a que la comparecencia de José
Viñals en la comisión ha sido la más esclarecedora de cuantas se han
realizado hasta ahora no le han concedido la menor atención.
Fueron tres horas en las que Viñals dio una lección de cómo debe
prepararse una comparecencia. No eludió pregunta alguna. Tenía preparado
hasta el último detalle que fuera relevante para explicar su teoría
sobre la crisis. Durante las aproximadamente dos horas que duraron sus
intervenciones no vaciló ni un solo momento a la hora de señalar como
responsables fundamentales de la crisis a los gestores de las cajas que
se escudaron en su proximidad con los políticos de turno para no
gestionar bien.
Viñals no ha tenido inconveniente en deshacer algunos de los mitos
que se han creado en los últimos años respecto de la importante
advertencia que realizaron los inspectores del Banco de España en su
carta al Gobernador Jaime Caruana. Advirtieron de lo que podía suceder,
pero en otro de sus párrafos daban por hecho que el sistema financiero
estaba preparado para solventar una crisis.
Admitió que el Banco de España podría haber hecho más, pero dejó
claro que hizo y mucho dentro de los márgenes que tenía en ese momento
para actuar. No hubo ni un solo reproche de los diputados a la
intervención de Viñals. Quedaba claro que era el que más se había
preparado la comparecencia, a la vez que dejaba en evidencia a más de un
parlamentario. Salvo el portavoz del Partido Popular, Ramón Aguirre, y
en menor medida el del Partido Socialista, Pedro Saura, en general los
trabajos de los portavoces han sido muy modestos.
Alguno de ellos ha acudido a las sesiones sin tener claro qué espera
que le aclare el compareciente, lo que ha quedado reflejado en esas dos
cuartillas, escritas a mano, con preguntas improvisadas y no siempre con
mucho sentido que nos han ofrecido las cámaras de televisión.
Los ciudadanos esperábamos más y lo seguimos esperando. Está bien que
recorten el número de comparecientes, que quien acuda tenga algo que
decir, pero el Congreso debe ser capaz de hacer propuestas. Una vez que
conozcan la opinión y los datos de los principales actores del mundo
financiero español deben plantear mejoras de las medidas que tanto han
criticado algunos partidos de los decretos I y II de Luis de Guindos.
No tendría mucho sentido insistir en los defectos de esos decretos y
luego no plantear ninguna idea de reforma antes de que se consume la que
trabaja el equipo de Donald Trump en EEUU, que volverá a tratar de
legislar a favor de la menor regulación posible. La misma que facilitó
la crisis.
(*) Periodista
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