LORCA.- Un equipo del Grupo Especial de Rescate en Altura (GERA) del
cuerpo de Bomberos de la Comunidad de Madrid trabaja esta semana en
condiciones extremas en la Sima del Vapor, la falla que causó el terremoto de Lorca en 2011, para instalar un nuevo sistema de sensores de temperatura y gases tóxicos.
Ubicada en la falla murciana de Alhama, esta sima se considera la más caliente del mundo
y los especialistas del GERA van a encontrar temperaturas de 40 grados,
un nivel de humedad cercano al 100%, un bajo porcentaje de oxígeno y
presencia de gases como el radón.
Estas características
convierten la sima en un perfecto laboratorio, prácticamente único en
Europa, para analizar la actividad sísmica, según una nota de la
Comunidad de Madrid.
Los seis miembros del equipo
realizaron hasta este miércoles diversas entradas a la sima para
instalar un sistema de canalización de tubos a lo largo de las paredes
de este espacio natural, y estarán equipados con dispositivos de
respiración autónomos y protección especial.
Los tiempos máximos de exposición no podrán superar los 50 minutos,
según estipula un estudio de la Universidad de Almería con tablas de
permanencia en la sima en función de los diferentes niveles de gases
tóxicos presentes en el interior.
Los tubos se instalarán
desde la entrada de la sima hasta los 80 metros de profundidad y se
colocarán sensores en los extremos de cada tramo de tubo para controlar
los gases tóxicos del interior de la sima, para recoger nuevas
mediciones.
El objetivo es analizar el nivel de gas radón,
descubierto en la anterior visita de un equipo del GERA a la sima en
marzo del año pasado, que proporcionará datos sobre el comportamiento
subterráneo y su influencia en los terremotos.
La
iniciativa forma parte del proyecto SismoSima, dirigido por el geólogo
Raúl Pérez López, del Instituto Geológico y Minero de España,
perteneciente al Ministerio de Economía, Industria y Competitividad, y
en el que colabora la Comunidad de Madrid.
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