viernes, 25 de agosto de 2017

'Greenpeace' destapa la "trampa" hídrica de Murcia y asegura que el trasvase Tajo-Segura no es necesario


TOLEDO/ALICANTE.- Greenpeace ha dado a conocer ayer jueves un informe según el cual la Región de Murcia "puede ser perfectamente autosuficiente" con el agua subterránea que "oculta" el Plan Hidrológico del Segura, lo que permitiría "desenganchar" a esta cuenca del trasvase Tajo-Segura en tres años.

Así se recoge en el informe "La trama del agua en la cuenca del Segura, diez años después", presentado en Toledo por el responsable de la campaña de Aguas de Greenpeace, Julio Barea, y por el hidrogeólogo experto en la cuenca del Segura, Francisco Turrión.

Barea ha explicado que este informe es una revisión del publicado hace diez por Greenpeace, en el que ya se decía que "la cuenca del Segura no era deficitaria", mientras que en este periodo no han dejado de abrirse nuevas hectáreas de regadío ilegales, concretamente 60.000.

"Nos hicieron creer que la única agua accesible es la fluvial y como es poca vemos que hay un déficit, pero es un déficit ficticio", ha argumentado el experto de Greenpeace, quien ha asegurado que se trata de "una trampa contable", porque el plan hidrológico del Segura no incluye la mitad de los recursos naturales de agua subterránea que tiene, entre 500 y 800 hectómetros, que van al mar.

Además, contando con el volumen de agua desalada que prevé su Plan Hidrológico, la cuenca del Segura no es deficitaria, sino que tiene un superávit de unos 200 hectómetros cúbicos al año incluso sin contar con el agua procedente del Tajo y dando por buenos los cálculos de demandas actuales y futuras, ha argumentado Barea.

Y ha agregado que esto hace posible "un escenario donde la economía de la Región de Murcia, del sur de Alicante y de la costa norte de Almería sigan creciendo sin sobreexplotar los recursos naturales de la cabecera del río Tajo".

Una enorme riqueza bajo el suelo
En el mismo argumento ha insistido el hidrogeólogo Turrión, quien ha remarcado que, según el Instituto Geológico y Minero, la cuenca del Segura acumula 100.000 hectáreas de aguas subterráneas, "cien veces la que hay en los embalses superficiales", y sus recursos renovables y desalados ascienden a 1.900 hectómetros cúbicos.

Dicho esto, ha apuntado que lograr un balance hídrico en el Segura es el paso previo y decisivo para acabar con la "falsa idea de vivir en un déficit de agua continuo", lo que se aprovecha para alimentar proyectos urbanísticos y campos de golf y "para dar más agua a miles de nuevas hectáreas de regadíos intensivos e ilegales a grandes agroindustrias, mientras pequeños agricultores ven sistemáticamente como se les niega el acceso al agua".

Así lo ha constatado en la rueda de prensa el ex agricultor de Lorca (Murcia), Pedro Morales, quien ha señalado que en la zona de Almendricos se ha concedido una nueva zona inundable para grandes empresas agroexportadoras, lo que contrasta con el hecho de que, en la provincia de Guadalajara, 30 pueblos se estén abasteciendo de agua con cisternas", ha aseverado.

Amenazas de muerte
Morales ha denunciado también que el mismo fue objeto de amenazas de muerte por denunciar la mala gestión del agua y las irregularidades en la cuenca del Segura, cuando tuvo que dejar sus tierras arrendadas porque en ellas estaban haciendo pozos ilegales.

Por último, el responsable de la campaña de aguas de Greenpeace se ha pronunciado a preguntas de los periodistas sobre la valoración que ha hecho el Gobierno de Castilla-La Mancha de que este informe no debe de verse como una amenaza desde Levante y Murcia, sino como una posible solución a los problemas de la cuenca del Segura.

En este sentido, Barea ha indicado que el informe "La trama del agua en la cuenca del Segura, diez años después", es "una denuncia para que las cosas cambien" y no siga cometiéndose "la injusticia de agua para unos pocos y no agua para muchos".

Y ha adelantado la intención de Greenpeace de llevar este informe al Congreso de los Diputados, para "poner solución a una situación insostenible, que además se va a ver agravada con el cambio climático", ha sentenciado.

Cierre del trasvase en tres años
Greenpace afirma que el trasvase Tajo-Segura podría cerrarse en el plazo de tres años, dado que, según sostiene, la cuenca es autosuficiente y tiene capacidad para abastecerse de sus propios recursos.

La organización ecologista asegura que el continuo déficit de agua que se muestra es «ficticio», pero se utiliza para tratar de «justificar la necesidad de megaconstrucciones y grandes plantas de desalación», además de «seguir alimentando proyectos urbanísticos de la burbuja inmobiliaria» y «dar más agua miles de nuevas hectáreas de regadíos intensivos e ilegales a grandes agroindustrias».

Al mismo tiempo, según la entidad, pequeños agricultores, ganaderos y empresarios «ven sistemáticamente cómo se les niega el acceso al agua».

Ese informe llamado «La trama del agua en la cuenca del Segura, 10 años después» sostiene que en la última década los mecanismos de «expolio hídrico» que ellos mismos denunciaron en 2007 se han «sofisticado», a la vez que los nuevos regadíos no han dejado de crecer en la cuenca, según recoge hoy el diario Información de Alicante.

Greenpeace afirma que la Administración Hidráulica y el actual Gobierno «mantienen un ciclo del agua irreal en el Segura, que sostiene el privilegio de los lobbies del agua». Con ello, añade, «se está limitando el bien general». Para el responsable de la campaña de Aguas de la organización, Julio Barea, «este tipo de corrupción ligada al agua se esconde, no pocas veces, detrás de normas injustas dictadas al gusto de ciertos lobbies».

Greenpeace sostiene que «los recursos naturales de agua de la cuenca del Segura están mal evaluados y no se cuenta con la mitad de los recursos naturales de agua subterránea que tiene». Éstos, según la organización, alcanzan «un volumen adicional de entre 500 y 800 hectómetros cúbicos al año».

A eso le suman la cantidad de agua desalada «que prevé su Plan Hidrológico». Con estos caudales, apunta el informe, «la cuenca del Segura no es deficitaria, sino que tiene un superávit de unos 200 hectómetros cúbicos al año incluso sin contar con el agua procedente del Tajo, y dando por buenos los cálculos de demandas actuales y futuras».

Para la entidad ecologista, lograr «un balance hídrico propio y correcto» en la cuenca del Segura, sería el paso previo y decisivo para dejar de «sobreexplotar» la cabecera del Tajo «con un trasvase de agua innecesario». En este sentido, Greenpeace insiste en que hay «recursos propios suficientes para atender todas las demandas» que sean «medioambientalmente sostenibles».

Según aseveró Julio Barea durante la presentación del informe, «la solución al problema que nos han creado en estos últimos 50 años, tanto en el Tajo como en el Segura, está en ese camino». A su juicio, «haciendo bien las cuentas del conjunto de los recursos naturales renovables y desalados, es absolutamente posible el desarrollo sostenible de la cuenca del Segura, sin necesidad de trasvases».

Greenpeace reitera que «es posible» un escenario donde el sur de la provincia de Alicante, Murcia y la costa norte de Almería «sigan creciendo sin depender para ello del río Tajo». Para la organización, «sólo se debe dejar que los técnicos se sienten a las mesas de discusión, excluyendo de éstas a políticos y a representantes de los lobbies de la obra pública y del monopolio del agua».

En este sentido, el hidrogeólogo Francisco Turrión, que participa en el informe y que lo presentó junto con Julio Barea en Toledo, afirmó que la región murciana «puede ser perfectamente autosuficiente con el agua agua subterránea y no necesitar el trasvase Tajo- Segura nunca más».

Turrión aseveró que «nos hicieron creer que la única agua accesible es la fluvial y como es poca vemos que hay un déficit pero es ficticio». Según insistió, «no hemos incluido estos 500-800 hectómetros que van al mar». Arguyó que, según el Instituto Geológico y Minero, la cuenca del Segura acumula 100.000 hectáreas de aguas subterráneas, «cien veces que la que hay en los embalses superficiales».

Añadió que «no hay agua para un pequeño agricultor o ganadero y en cambio sí para grandes extensiones de regadío que no cesan de crecer», al igual que «para urbanizaciones y plantaciones de grandes empresas».

Ilegalidades, ocultación de información, mediciones trucadas, robo de agua, trato de favor a grandes empresas… la gestión del agua en la cuenca del Segura está salpicada de malas prácticas e intereses creados que Greenpeace ha documentado en su informe La trama del agua en la cuenca del Segura, diez años después.

En este estudio, la organización ecologista revisa, una década más tarde, su análisis de los recursos hídricos en una de las zonas donde más conflicto genera su acceso. La organización ecologista ha documentado esta controvertida gestión del agua y las irregularidades a través de testimonios de personas afectadas por esta trama que hace que haya agua para unos pero no para otros, según se dice en http://tercerainformacion.es



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