viernes, 25 de agosto de 2017

Los Mossos y los independentistas ganaron la partida / José Oneto *

“La normalidad es la mejor reacción y la mejor receta ante los atentados terroristas de estos últimos días. Y dentro de esa normalidad está la convocatoria del Referéndum de independencia del 1 de octubre”. Son palabras del conseller de Presidencia y portavoz del Gobierno catalán Jordi Turull, al explicar la actitud que la Generalitat ha decidido adoptar ante el futuro del llamado “proceso” dentro del bucle en que estamos metidos por la ofensiva terrorista del Estado Islámico contra España. Ofensiva que se ha visto reforzada por un vídeo en español, el primero que en este idioma hace el Daesh, en el que anuncia que continuarán los atentados hasta que España deje de participar en ninguna misión en Oriente Medio.

El señor Turull debe pensar que, es normal la celebración de un Referéndum de Independencia que va en contra de la Constitución y que, igualmente, es normal la celebración de ese Referéndum, que tiene dividida a Cataluña y a España, en el actual ambiente de tensión y miedo, por una ofensiva terrorista que debería ser la prioridad para cualquier responsable político. Pero no, la obsesión es la obsesión, y la prioridad para el Gobierno catalán sigue siendo “el proceso” y la celebración del polémico e ilegal Referéndum que divide a la sociedad catalana y española. Por eso, tanto Puigdemont como Oriol Junqueras recuperarán la agenda independentista el próximo lunes, convencidos, además, de que han ganado por lo menos la partida de la imagen.

Y es que, desde el principio, desde que se produjo el Gran Atentado en las Ramblas (15 muertos y 126 heridos) el jueves 17 de marzo, la respuesta de la Generalitat ha sido política, intentado poner de relieve que tenía suficiente capacidad como para hacer frente a esa crisis, sólo con los Mossos d’Esquadra, sin ningún tipo de ayuda o colaboración de la Policía nacional o de la guardia civil. Había que aprovechar la crisis para demostrar al mundo que el futuro Estado catalán, tenía suficiente entidad como para desarticular toda la trama terrorista. Ese mensaje era el mensaje político que había que transmitir al mundo, sin que los Mossos, muchos de los cuales provienen del Ejército, de la Benemérita o de la Policía nacional, tengan nada que ver con él y, al margen del trabajo desarrollado.

“Con el plan de Cataluña de celebrar un referéndum prohibido en octubre sobre la independencia de España, la respuesta a los ataques es fuente de intensos debates entre oponentes políticos en todos los niveles del gobierno, señala el New York Times de hoy que dice que ”es poco probable que el gobierno de Rajoy desaproveche la oportunidad que se le ha presentado con los atentados para expandir el papel del gobierno central en Cataluña, para la frustración de los habitantes de Barcelona y de su región”. El periódico de la ciudad de Nueva York mantiene la tesis muy difundida por The Wall Street Journal que ha venido diciendo que “Catalunya exhibe su capacidad de gobernarse con la investigación de los atentados, que la región secesionista demuestra su competencia semanas antes de un referéndum que Madrid se ha comprometido a bloquear y que ha actuado como si fuera un Estado”.

Es la tesis general también de la prensa belga que destaca los esfuerzos del gobierno por presentar una imagen unida en la investigación de los atentados, algo que, insisten, no responde a la realidad, porque desde el principio aparecieron las tensiones. “Todo apunta- señala Le Soir– a que la cooperación entre las fuerzas de seguridad “nacionales‟ y catalanas dista mucho de ser perfecta. La Guardia Civil se ha sentido descartada desde el inicio de las investigaciones sobre los atentados. Los Mossos rechazaron inmediatamente la cooperación de la Guardia Civil, según la Asociación Unificada de los Guardias Civiles. Por su parte, la Confederación española de la Policía reconoció que los diferentes cuerpos policiales cooperaron tras los atentados pero que dicha cooperación es “perfectible‟, ya que la Guardia Civil y la Policía Nacional acumulan una mayor experiencia que los Mossos en materia de terrorismo yihadista”.

Por último para muchos medios internacionales el verdadero héroe de la situación es el jefe de los Mossos José Luis Trapero presentando, por ejemplo, por el Sudeutche Zeitung como “celebrado cazador de terroristas”. En cada historia de villanos, hay necesariamente también un héroe que se enfrenta a ellos. “El héroe de España es en estos días Josep Lluís Trapero, comisario en jefe de los Mossos d‟Esquadra. Fueron fundados en 1719 y son con ello la unidad de policía más antigua de Europa. Su existencia es una concesión a la autonomía catalana. En su caza a los terroristas, actuaron con extrema seguridad en sí mismos y máxima eficacia. Trapero renunció a la ayuda de sus compañeros de la Guardia Civil en Madrid”.

En política asegura el periódico, Trapero nunca se ha posicionado. Pero eso no es ningún impedimento para que los separatistas le instrumentalicen. ¿Acaso no ha demostrado su tropa que Cataluña es capaz de ser un Estado propio? Su frase “Bueno pues, molt bé, pues adiós” se ha convertido en “trending topic‟. Pero aquí no se trata tanto de separatismo. Más bien se quiere mostrar respeto por Trapero y sus Mossos por haber liberado a todo el país de la pesadilla de estos terroristas que andaban sueltos”.


(*) Periodista y economista


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