CARTAGENA.- Restaurante con grandes terrazas al aire libre y preciosas vistas directas a la dársena de Cartagena para sentir la brisa marina. La descripción puede resultar atractiva, pero parece ser que no para los hosteleros, según "La Opinión".Y es que el primer piso del edificio comercial del muelle, situado sobre los bares y cafeterías de la planta baja, está desierto y lo peor es que no ha sido ocupado desde que terminó de construirse allá por el año 2003.
Se había previsto que se instalara un restaurante de lujo con capacidad para unos seiscientos comensales y estaba llamado a ser 'la estrella' de la hostelería en el muelle cartagenero. Sin embargo, se ha transformado en un local abandonado al que el paso del tiempo y el salitre del mar le hacen cada vez más daño.
Además, este establecimiento también se ha convertido en el máximo exponente de una realidad que se ha constatado en Cartagena con el paso de los años y es que la zona comercial del muelle no termina de levantar de cabeza.
Otro claro ejemplo que confirma esta afirmación son los cuatro quioscos o pabellones comerciales que rodean a un quinto quiosco llamado de la música, pero que en realidad se pueden contar con los dedos de una mano los conciertos que ha acogido desde que se construyó hace más de cinco años.
Respecto a los otros cuatro, la situación que han vivido desde entonces no es mucho mejor. Dos de ellos -los más próximos a la sede de la Cámara de Comercio que para muchos debía haberse ubicado en otra zona- llevan cerrados dos años.
Lo cierto es que cuando cerraron la Autoridad Portuaria decidió rebajar el precio de la concesión de los mismos y sólo una hostelera menorquina se presentó el concurso y el Puerto se los adjudicó. De eso hace más de seis meses, pero los quioscos siguen cerrados.
En los otros dos, los más pegados al edificio comercial, se instalaron en un principio una heladería y una cafetería, que cerraron al año de su apertura. Tras muchos meses cerrados, volvieron a ser ocupados.
Los bajos del edificio comercial, que funcionan por la mañana y por la tarde como cafeterías y como pubs por la noche, también han sufrido altibajos, ya que algunos de ellos cerraron y reabrieron con nuevos dueños. De los originales, sólo quedan 'La Biblioteca' y el restaurante 'Burger King'.
Tampoco hay que olvidar la galería del muelle deportivo que, cuando abrió en 2002, acogía varios pubs que actualmente están vacíos. Sólo sobrevive el restaurante 'Porto Novo', que utiliza el antiguo 'Siroco' para que los clientes puedan continuar con las celebraciones después de las cenas o comidas.
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