domingo, 7 de diciembre de 2008

Basura y escombros se acumulan en la carretera del Fuerte de Navidad, playa de El Espalmador

CARTAGENA.- El mayor vertedero urbano de Cartagena se ubica en territorio militar, en la que también es la zona portuaria de mayor uso ciudadano, tras el Muelle de Alfonso XII. Se trata de la carretera del fuerte de Navidad y la playa de El Espalmador, abandonadas pese a que por ellas transitan cada día decenas de aficionados a la pesca, senderistas que queman calorías y muchos deportistas, según revela hoy "La Verdad".

Ser zona de paso para llegar a uno de los principales atractivos del consorcio Cartagena Puerto de Culturas, como es el fuerte de Navidad, tampoco ha servido para mejorar una zona que parece tierra de nadie. La Armada, el Ayuntamiento y la Autoridad Portuaria se reparten distintas competencias en los poco más de dos kilómetros que separan la carretera de La Algameca del faro de Navidad. Pero nadie hace nada.

La zona es propiedad de la Armada, que se desentiende de su limpieza. La Autoridad Portuaria posee el faro, parte de los edificios que hay junto al antiguo Museo Nacional de Arqueología Marítima y su pequeño puerto deportivo. Y allí tiene colocados dos contenedores para basura orgánica y envases ligeros.

El Ayuntamiento mantiene las papeleras que hay a los pies del rehabilitado fuerte de Navidad, ahora lugar de interés turístico. Sin embargo, nadie limpia la carretera ni lo que hace años era playa.

En materia de seguridad, los militares ejercen implacables su control en la zona. Basta con que un senderista se adentre en el monte de Galeras para que aparezcan los vigilantes de Infantería de Marina. Sin embargo, el mantenimiento es otra cosa.

La Verdad
ha sido testigo de cómo pequeñas furgonetas y coches particulares dejan residuos en una escombrera donde incluso hay depositados desde hace un lustro bloques de piedra procedentes del propio Arsenal.

«Parte de culpa de cómo está esa zona la tiene la gente que va por allí, que deja la basura», opinó el portavoz de Anse, Pedro García. Ese grupo ecologista lleva más de una década intentando concienciar a las administraciones de la importancia de recuperar esa zona de la ciudad y vincularla al parque natural de La Muela-Cabo Tiñoso.

«El Espalmador tiene gran vocación de uso público y de espacio natural protegido. Podría ser, por ejemplo, una zona preparque de La Muela y Cabo Tiñoso. Yo diría que es incluso la zona portuaria con más uso ciudadano, por encima de Cala Cortina», añadió.

Para los ecologistas y para muchas de las personas que acuden a pescar a esa zona, la primera solución al problema sería colocar carteles y contenedores. «Y con sanciones ejemplares», reclamó el portavoz de Anse, quien mantiene que, aun siendo zona militar, el Ayuntamiento debería limpiarla y vigilarla para impedir los vertidos.

Entre los montones de porquería de El Espalmador destaca la situación del desguace de barcos militares. Se trata de una concesión de la Armada a un empresario gaditano, que en el 2001 llegó a ser denunciado cuatro veces en un mismo día por el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil debido a irregularidades medioambientales.

La Armada contestó unos días más tarde a la Guardia Civil y a la Consejería de Medio Ambiente que las deficiencias estaban subsanadas. «Nosotros creemos que es hasta ilegal», dice Pedro García, de Anse.

La Armada no ha contestado a las peticiones de información realizadas por La Verdad sobre la legalidad del desguace de barcos y el tiempo de concesión que tiene su gestor.

Hace un mes, Defensa depositó frente a los túneles de los submarinos un viejo patrullero para despedazarlo. La actividad del cementerio de barcos continúa, aunque sus garantías medioambientales estén en entredicho.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Rehabilitación del conjunto "Cornish" de Mina Blanca, en La Unión.

Durante nuestra visita al distrito La Unión - Cartagena,
visitamos el conjunto "cornish" de Mina Blanca, en el que se están
realizando obras de restauración para adecuarlo al uso turístico.
Estos trabajos están subvencionados con fondos de la Comunidad
Autónoma de Murcia y habían despertado nuestro interés, pues podían
suponer un antecedente de recuperación patrimonial muy significativo.
Sin embargo, nuestra sorpresa fue mayúscula cuando visitamos la mina y
comprobamos que se está empleando más de un millón de euros en obras
que dañan gravemente la integridad y la autenticidad de las
edificaciones y que, de continuar, impedirán que los visitantes puedan
comprender la función que cumplían en el trabajo de la mina. Se ha
ignorado la identidad de la casa de máquina de bombeo, modificando sus
características, y se ha destruido todo vestigio de la casa de
calderas. Por si fuera poco, se están empleando malas prácticas
constructivas, que pueden influir en la seguridad y durabilidad de los
elementos estructurales añadidos a los edificios. Y todo esto por no
aceptar el asesoramiento que, sin duda, podía ofrecer la Fundación
Sierra Minera, que tan buen trabajo realizó en la recuperación y
rehabilitación de la Mina Las Matildes, que hoy es un excelente centro
de interpretación. ¡Una pena que se esté perdiendo esta gran
oportunidad de poner en valor un conjunto tan singular!.