sábado, 2 de junio de 2007

El arroz de Calasparra inaugura su museo en lo que fue residencia de los Condes de Valle San Juan

CALASPARRA.- El arroz de Calasparra, el primero del mundo que ha contado con Denominación de Origen, tiene ya un museo, que contará el pasado y el presente de este cereal con elementos tan dispares como un arado romano o una pantalla táctil.

El Museo se ubica en la "Casa Granero", un edificio del siglo XIX, que fue residencia de los Condes del Valle de San Juan, más tarde almacén de grano y cereales, y en la actualidad acoge también la escuela municipal de música y concejalía de Turismo.

El proyecto, que ha requerido una inversión de 90.000 euros, forma parte de las iniciativas del Consorcio de Servicios Turísticos de la comarca murciana del Noroeste, y se ha incorporado también a la ruta gastronómica del Noroeste de la institución Murcia Turística.

El museo muestra mediante paneles descriptivos la Vega Arrocera, enclavada en una zona montañosa, soleada y quebrada a lo largo del río Segura y de su afluente, el río Mundo, y con cotos en las localidades murcianas de Calasparra y Moratalla así como en Hellín (Albacete).

El proceso de preparación de la tierra, cultivo y recolección, tanto el de antaño como el actual se muestran en el museo a través de herramientas y utillajes antiguos así como de las nuevas tecnologías que suponen las pantallas táctiles en las que, a través de juegos, se sigue el proceso tal y como se realiza en la actualidad.

Al tiempo que se dan a conocer sus posibilidades gastronómicas, mediante recetarios o su valor energético y nutritivo, se muestran fotografías antiguas relacionadas con los hombres y las herramientas y maquinarias tanto del campo como de molinos con las que aquellos se ayudaban en su proceso.

Piezas históricas como arados romanos, "voltadores" (complemento del arado que volteaba la tierra para la siembra), aparatos de medida como el celemín o la romana, con sus pesos o aparejos de los animales como albardas o la "anrría".

La pieza más destacada del museo es una "sembraera" de esparto, especie del bolsa que se colgaba del cuello y con la que los agricultores esparcían la semilla en la antigüedad, y que ahora ha sido sustituida por capazos de goma, aunque el grano se sigue lanzando al agua a mano, "tirando a voleo".

Esta parte se complementa con juegos en pantallas táctiles, donde los visitantes pueden conocer cuál de las variedades del arroz de Calasparra es el preciso para cocinar cada planto, otro en el que se busca poner los ingredientes para determinados platos, y un tercero en el que se debe ordenar el proceso de cultivo desde la preparación de la tierra hasta la cosecha.

En Calasparra el cultivo del arroz se conoce desde la antigüedad, y se tiene constancia documental del mismo a través de Actas Capitulares del siglo XV así como en documentos que dan testimonio de los sistemas de cultivo, y en varios "Heredamientos" de acequias fechados en 1785, donde se regulan los cultivos y el aprovechamiento de las aguas.

En escritos datados en 1907 se refiere también la existencia de una Real Orden de San Juan de Malta, a la que pertenecía la población, y que autorizaba el cultivo del arroz en sus tierras.
Ya en el siglo XX, desde el 1 de enero de 1908, un Real Decreto del Ministerio de Fomento declara coto arrocero determinados terrenos de los términos municipales de las vegas de Calasparra y Moratalla.

El arroz de Calasparra ha sido el primero del mundo en contar con Denominación de Origen, ya que cuenta con esta acreditación desde 1986, y sus productores, cerca de 200 cultivan unas 450 hectáreas en las que se producen de 3.000 a 3.500 toneladas al año, están agrupados en la Cooperativa Virgen de la Esperanza.

En su producción no se utilizan productos químicos insecticidas, y sus variedades "Balillax Sollana" y "Bomba", además del integral y semi-integral, se destacan por la dureza del grano elaborado y su resistencia al empastado.- (EFE)

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