sábado, 2 de junio de 2007

Para Greenpeace, los ciudadanos de Murcia ven lejanos los problemas derivados del urbanismo

MURCIA.- El responsable de la campaña de aguas de Greenpeace, Julio Barea, opina que los resultados electorales del pasado domingo podrían deberse en parte a que el ciudadano haya visto como lejanos los problemas derivados del urbanismo y su repercusión en el medio ambiente.

Barea, que hizo estas declaraciones en la presentación de una exposición fotográfica en el campus universitario de Espinardo (Murcia) sobre el tema del agua en la cuenca del Segura, reconoció que "puede ser que no hayamos sabido transmitir que es lo que está ocurriendo".

La exposición, que estará en el centro social de la universidad hasta el 8 de junio, está compuesta por doce instantáneas, desde cabecera a la desembocadura del río, donde se ve la cara y la cruz del Segura, desde el barranco del Pilón (Albacete) con una cascada hasta Guardamar (Alicante), en que sólo el 4% del caudal alcanza el mar Mediterráneo.

En su trayecto se ve el efecto de la actividad humana, con ejemplos positivos como el Puntal de Rodas, en la sierra del Segura, donde es compatible con un río en buen estado, o negativo, como el caso de Rojales (Alicante), donde se ven dispositivos que inyectan oxígeno al agua bajo el histórico puente de Carlos III por el mal estado del río en ese punto.

Asimismo se ve espuma en la rambla de San Roque, que desemboca en el azud de Ojós, donde, según el experto de Greenpeace, se deriva al abastecimiento humano a pesar de vertidos tóxicos que han sido denunciados por esta organización ecologista.

Además se muestra una tubería que, según Barea, supuestamente transporta de forma ilegal agua en Mazarrón, con contadores y válvulas que demostrarían que alguien cobra fraudulentamente el recurso, y hay otra foto en la exposición de la urbanización Camposol, con otra tubería ilegal.

Según Barea, la expansión de los regadíos intensivos son los causantes del déficit estructural de la cuenca, y así se muestra una fotografía de invernaderos en Lorca regados con aguas del trasvase.

A los visitantes de la exposición se les entrega un tríptico bajo el título "Agua ¿para quien?", donde se incluyen las propuestas de Greenpeace para alcanzar los objetivos de la Directiva Marco del Agua, una guía para visitar la exposición, y un resumen del informe 2007 sobre el Segura.

El tríptico incluye lo que Greenpeace denomina "El juego de las desmentiras", en el que vienen reflejadas una docena de frases que para esta organización son tópicos que va desmintiendo uno a uno, entre ellos que "las demás regiones son insolidarias con la cuenca" o que "el agua de los ríos se pierde en el mar".

Para Greenpeace, el desarrollo de una zona debe adaptarse a los recursos naturales disponibles, y con el agua viajan sedimentos y nutrientes que constituyen el material básico para el mantenimiento de playas y costas, indispensables para el mantenimiento del ecosistema marino.

Otras frases desmentidas por Greenpease con que los regadíos sirven para frenar la desertificación, que los campos de golf no consumen tanto, y además se riegan con aguas residuales, que todos los ayuntamientos tienen depuradoras, que no hay pozos ilegales, o que los regadíos no han crecido desde 1986.

Greenpeace mantiene que el problema de la desertificación deriva de la pérdida de manantiales, humedales y acuíferos, que hay 23 campos de golf en la cuenca que consumen lo que una población de 265.000 personas, que más del 60% de los ayuntamientos de la cabecera del Segura no tienen depuración (Albacete), que hay un mercado negro del agua y que el regadío ha crecido en 65.000 hectáreas desde 1996 en el Segura.

Por otra parte, el secretario general para el Territorio y la Diversidad, Antonio Serrano, aseguró que la agricultura que más ingresos genera es la que usa un porcentaje reducido del total de agua empleada, ya que con sólo el 9% de este recurso que se usa en España se obtiene el 75% del Valor Añadido Bruto del todo el regadío del país.

Por el contrario, otro 58% del agua consumida por la agricultura sólo produce el 5% del Valor Añadido Bruto del regadío, lo que demuestra que «una parte importante del agua que se utiliza en el conjunto de España se usa en cultivos de escasa rentabilidad desde un punto de vista estrictamente económico», dijo Serrano en Zaragoza, durante la jornada "Políticas para la recuperación de costes de los servicios del agua".

Serrano explicó que dos tercios del agua que se utiliza en España se destinan a la agricultura, el 25% al industrial, el 8% al doméstico y el 4% a otros usos, aunque hay importantes diferencias entre cuencas. La prestación del servicio de agua para regadíos cuesta, en este sentido, 1.600 millones al año.- (EFE)

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