domingo, 11 de febrero de 2018

La ANC mete presión / José Antich *

La Assemblea Nacional Catalana acaba de colocar un petardo de proporciones aún desconocidas en plenas negociaciones entre Junts per Catalunya y Esquerra Republicana, que inicialmente parecían ser para la investidura de Carles Puigdemont como candidato a president de la Generalitat propuesto por el presidente del Parlament, Roger Torrent, y actualmente parecen haber derivado, además, hacia el programa del nuevo Govern y la confección del Ejecutivo catalán. 

El hecho de que la ANC amenace con movilizaciones en la calle si las dos formaciones no cierran un acuerdo de manera inmediata se asemeja mucho a aquella exigencia de Carme Forcadell en septiembre de 2014 cuando, dirigiéndose al entonces president de la Generalitat Artur Mas, le espetó desde el atril en el que hablaba: "President, posi les urnes". Y este acabó poniéndolas.

La petición del secretariado de la ANC ha provocado escozor en Esquerra Republicana, que asegura que hace todo lo posible por no retrasar la investidura de Puigdemont, que quiere efectiva y que incluya una hoja de ruta del Govern

El malestar en ERC viene de lejos, ya que sus portavoces no dejan de asegurar en privado que la candidatura de Puigdemont, que sigue defendiendo en público Junts per Catalunya, pretende llevarlos a un callejón sin salida, habida cuenta de que la investidura del president cesado por el 155 es inviable y el Tribunal Constitucional así lo ha expresado. 

En esta misma dirección, el TC acabará vetando cualquier modificación que el Parlament pueda llevar a cabo, hasta dejar en vía muerta cualquier iniciativa.

Pero lo cierto es que el movimiento de la ANC no es ni mucho menos gratuito dado que cuenta con cientos de miles de asociados y ha sido el protagonista de las multitudinarias manifestaciones que se han celebrado todos los 11 de septiembre desde el año 2012. 

Que el mundo del independentismo está incrementando la presión sobre Esquerra es una evidencia y, además de la ANC y de Junts per Catalunya, mantiene una posición similar en el tema de la investidura la CUP

En su día, cuando la demanda pública de Forcadell, ya señalé que debían mantenerse separadas las decisiones del poder político y la labor de las entidades soberanistas. Cada uno tiene sus funciones y no es bueno confundir los papeles que han de desempeñar. Entre otras cosas porque la unidad y la cohesión son valores a preservar ahora y en los próximos años. Y la pluralidad de la ANC y de Òmnium han de ser tanto una garantía a la hora de impulsar acuerdos, como un ejemplo de fiscalización de su cumplimiento.



(*) Periodista y ex director de La Vanguardia




Mejor ignorar a los valencianos / Salvador Enguix *

Lluís Bertomeu, columnista de nuestra edición digital, suele referirse tildándola de “desleal” a la actitud del Estado respecto a la Comunidad Valenciana. Y ofrece como contrapunto la evidente e histórica “debilidad valenciana” para ubicarse en el tablero político español, con todo lo que eso significa a la hora de captar recursos financieros e inversiones. Pero tras conocer lo sucedido esta semana en el Congreso habría que añadir un tercer concepto, el de la ignorancia, la que practican los partidos de ámbito estatal frente a las necesidades y urgencias de una geografía siempre, a decir verdad, comprometida con el destino de España. 

Viene esta tercera idea a cuento de la decisión de la Mesa del Congreso de aceptar tramitar la reforma del Estatuto de Murcia (región que gobierna el PP), mientras se sigue aplazando la del valenciano. “Nos ha pasado hasta el apuntador” señalaba el diputado de Compromís, Joan Baldoví, no sin razón. Porque no hace mucho también se aceptó tramitar la reforma del Estatuto Canario, región clave a pesar de su marginal presencia en el Congreso para que Mariano Rajoy apruebe los ansiados Presupuestos Generales del Estado, PGE, del 2018. Con un dato interesante: la petición del estatuto valenciano se registró en noviembre del 2011, la del canario en abril del 2015 y la del murciano en mayo del 2017.

No hace falta ser un lince para percibir esa ignorancia, fruto de una clara voluntad por evitar que la Comunidad Valenciana refuerce sus mecanismos legislativos para percibir los recursos justos en proporción a su población. Baldoví apuntaba al PP y a Ciudadanos como los responsables de este bloqueo. Partidos ambos con amplia representación en la Comunidad Valenciana pero que no son percibidos por los valencianos como verdaderos defensores de sus intereses, según refleja el barómetro de opinión hecho público esta semana por la Generalitat Valenciana.  

No fue así siempre en el caso de los populares; hubo un tiempo en el que sí se les consideraba como grandes representantes de un “poder valenciano” (definición abanderada por Eduardo Zaplana) que, sin embargo, con el tiempo se demostró incapaz de encontrar soluciones para equiparar esta autonomía a otras más hábiles en establecer relaciones bilaterales con el Estado. El actual PP valenciano, que lidera Isabel Bonig, parece más preocupado por denunciar una presunta “deriva nacionalista” de la Comunidad Valenciana que por resolver la parálisis estatutaria, la infrafinanciación o la infrainversión. Ese es el relato que Isabel Bonig reitera una y otra vez en cuantos foros es invitada, incluso en el Senado. 

En Ciudadanos las cosas están tan o más claras que en el PP. Partido centralista, jerarquizado, y poco entusiasmado en dotar a las autonomías de mayor capacidad de autogestión. En la Comunidad Valenciana persiguen el relato del PP, con vocación de competir en el discurso anticatalanista y antinacionalista. Un mercado, a tenor del barómetro conocido, que apenas moviliza inquietudes en la opinión pública valenciana, de momento. Pero entusiasmado por las últimas encuestas divulgadas. Creen, y es posible, que pueden deteriorar parte del mercado popular en esta autonomía.

También en el caso del PSOE es fácil encontrar evidentes contradicciones. Los socialistas españoles no se oponen a una reforma del estatuto valenciano, pero no la impulsan; y ello a pesar de la presión del PSPV, fuerza que lidera Ximo Puig. Hay, al respecto, un conflicto de modelos, y de percepciones; en parte a causa del temor de que abrir el melón de la reforma valenciana acabe contagiando a otras autonomías gobernadas por el mismo partido. Existe además en el PSOE también una línea muy española, temerosa de que el caso catalán tenga efectos negativos en las exigencias de otras regiones, pongamos como ejemplo la Comunidad Valenciana. No lo tiene fácil Ximo Puig.  

Esta es la fotografía política, al fin, de un fracaso; pues pocos creen ya que se afronte algún día la reforma del Estatut valenciano con la voluntad y vocación exigida. Hay demasiados síntomas de que esta ignorancia provocada es en sí mismo un elemento sistémico instalado en el Estado, pues basta ver cómo se retrasa el nuevo sistema de financiación y cómo se dan las inversiones a cuentagotas para perder, incluso, la esperanza. O cómo ciertas inversiones rozan lo tragicómico, como ese AVE Madrid-Castellón que circula entre València y Castellón por una vía de cercanías, con cinco retrasos en quince días y sin capacidad para reducir los tiempos entre las capitales de la Comunidad Valenciana. 

La ignorancia, como atributo, integra también cierto desprecio, lo que debería alertar, y mucho, a los partidos que pretenden impulsar cierta valencianidad en sus relatos. Pero de seguir así, el PP y Cs no deberían extrañarse que el PSPV y Compromís vayan creciendo ante la opinión pública como los partidos que mejor defienden los intereses de los valencianos. Mientras el PP logró que su marca fuera percibida así, fue hegemónico en esta sociedad valenciana, y arrasó en las urnas. Deberían tomar nota. Porque ese va ser el elemento que mejor puede dar continuidad al Botànic en el 2019 en la Generalitat Valenciana.


(*) Periodista


Rajoy en amok / Ramón Cotarelo *

Rajoy parece haberse convencido ya de que en España no lo quiere nadie. Ni los suyos. Escasamente su familia y la fiel vicepresidenta. Pero esta ya no le sirve de nada, pues le han aconsejado que no recurra ante el Tribunal Constitucional los sondeos del CIS ni las encuestas de intención de voto, ni las valoraciones de los líderes. 
 
Mire hacia donde mire, todo el mundo le da la espalda. ¡Ingratitud humana! Con lo que él ha hecho por los ricos, los financieros, empresarios, delincuentes, curas y organizaciones fascistas, al tiempo que ha castigado, anulado o reprimido a "los del otro bando". ¡Y ahora quieren prescindir de él, como si fuera una zapatilla vieja!

Pues parece haber decidido dar también aquí la batalla. Si hay que luchar por la supervivencia se pasa al ataque sin contemplaciones y, después de robar el fondo de las pensiones, se le dice a la gente que ahorre si quiere tener alguna y también, de paso, para la educación de sus hijos, para la que tampoco hay dinero porque se lo han fundido en robarlo directamente, regalárselo a los bancos, invertirlo en obras faraónicas inútiles o comprar armas a los yankies y voluntades políticas en las cancillerías europeas en contra de Cataluña. 
 
Antes o después del presidente M punto Rajoy, los de su partido preparan el terreno. Villalobos quiere sisar dos eurillos al mes a los suculentos salarios de los trabajadores y no sé qué dama de las aseguradoras ya sugiere a los jubilados que les regalen sus casas a cambio de la pensión de la que el gobierno los ha despojado y sigue despojandolos.

No hay duda: esta unanimidad social en torno a la marcha de Rajoy apunta a una situación de emergencia. Unanimidad que se refleja en la ínfima valoración a lo largo de todo su mandato, siempre como el político peor valorado, aunque a veces décimas por encima de Iglesias. Un presidente del que todos quieren librarse, no solo por incompentente, sino por desvergonzado y aburrido. Y una situación de emergencia porque a la vista está que este hombre ha perdido todo control y corre en amok de un lugar a otro destrozando lo que encuentra. Vamos a ver cuánto tardamos en tener un conflicto diplomático con Bélgica a cuenta de Cataluña.

Catalunya es el nombre del episodio más catástrofico de la catastrófica gestión de Rajoy. Un desastre sin paliativos originado en el autoritarismo y la incapacidad política de un partido y un gobierno más dedicados a esquilmar el país por todas las vías, legales o ilegales, en provecho propio que a gobernar con algo de lo que Rajoy siempre presume porque no sabe lo que es, el "sentido común". Cuando por "sentido común" entiendes solo lo que te beneficia a ti, tu partido y tus amigos, sucede esto, que te quedas sin país.

Junqueras dice que el mejor regalo que puede hacérsele (por los 100 días encarcelados) es que haya un gobierno. Y en ello está el bloque independentista. Habrá govern y sus circunstancias dependerán de lo que decida el bloque indepe y de lo que las circunstancias más tarde vayan aconsejando. Lo primero será pedir la retirada del 155 y lo segundo, la cesación de todas las hostilidades represivas, con la consiguiente liberación de los presos políticos y el retorno de los exiliados. Son las condiciones ideales para iniciar una negociación entre el Estado español y la Generalitat de Catalunya.

Sí, ya sé que decir esto suena a música celestial y que es seguro que no se conseguirá o no se conseguirá todo. Pero eso no es una razón para no plantear la exigencia, pues es justa y debe quedar constancia de ella. Porque, en definitiva, mientras las cosas no cambien, la cuestión es hasta dónde desarrolla su mandato republicano la Generalitat sin entrar en nuevo conflicto constitucional con la Monarquía española, lo que queda de la Monarchia Hispanica.
 
 
 
(*) Catedrático emérito de Ciencia Política en la UNED 

Los españoles, chorizos / José Antonio Zarzalejos *

La admiración que muchos vascos sentimos por el catalanismo de los años 80 y 90 del siglo pasado se debía a que había superado el nacionalismo fundacional, supremacista y excluyente, y desarrollado políticas que suponíamos inclusivas. Nosotros vivíamos el nacionalismo étnico del PNV y el terrorismo separatista de ETA. 

 Catalunya era en aquellos años un paradigma de sociedad. Nadie desconocía los textos fundacionales del nacionalismo catalán en los que se mezclaba la raza con la lengua, pero la acuñación del concepto de "un solo pueblo" y la consideración de los emigrados como "los otros catalanes" creó un nuevo  y ejemplar espíritu social y político en Catalunya.

Pese a las advertencias alarmadas de Josep Tarradellas sobre Jordi Pujol, creímos que el 'president' de la Generalitat de 1980 al 2003 había dejado de ser el hombre que escribió este ominoso párrafo: "Ese hombre andaluz anárquico y destruido, que vive en un estado de ignorancia y de miseria cultural, mental y espiritual (…) y que si por la fuerza del número llegase a dominar, sin haber dominado su propia perplejidad, destruiría Catalunya. Introduciría en ella su mentalidad anárquica y pobrísima, es decir, su falta de mentalidad".

Luego hemos ido descubriendo que nunca dejó de ser el supremacista que fue. El independentismo, en los últimos años, se ha encargado de liquidar el catalanismo, ese magnífico modelo de integración en la sociedad catalana y de proyección colaborativa con el resto de España.

Programación privatizada


El supremacismo -como bien reitera Felipe González- se ha adueñado de la Catalunya independentista. Nadie mejor que  Joan Oliver Fontanet, director que fue de TV-3 del 2002 al 2004 expresó esa falsa superioridad. Dijo: "Los españoles son chorizos por el hecho de ser españoles". La expresión supremacista -una de ellas, la más cualificada- está siendo, justamente, la televisión pública catalana que como escribía con acierto Ferran Monegal el pasado día 7 en este diario es la "mejor televisión privada catalana". Efectivamente: es un medio de comunicación público que privatiza su programación en la endogamia secesionista y desprecia, por tanto, al resto de catalanes de una manera tan clamorosa como hiriente.


 Ya se advirtió que el catalán no independentista era un "súbdito" (Jordi Turull, en agosto del 2017); ya se invitó a Inés Arrimadas a que se fuera de vuelta su Jerez natal (Núria de Gispert, en noviembre de 2017) y ya se proclamó que los españoles damos pena (Pere Soler, en julio del 2017). Se podría elaborar un florilegio de supremacismos, pero no merece la pena. Basta lo escrito para constatar que, por desgracia, el independentismo ha recuperado lo peor de todos los nacionalismos. Y que de aquel catalanismo inclusivo ha pasado a un secesionismo que se jacta de disponer en sus filas -y nunca mejor dicho: en la fila- a cantidad de apellidos de procedencia no catalana.

La importancia del linaje


Lo mismo ocurría en Euskadi: se exhibían apellidos castellanos, extremeños o gallegos en puestos gregarios del nacionalismo para mostrar su receptividad y razonabilidad. Está estudiado que en Catalunya la sobrerrepresentación de apellidos catalanes -el linaje es sustancial en el supremacismo- respecto de  los más numerosos de los ciudadanos de la comunidad es realmente apabullante.


Es cierto que José Montilla, de cuna cordobesa, fue 'president' de la Generalitat (también un López fue lendakari del Gobierno vasco) pero ¿haría falta recordar las frases que le dedicó Marta Ferrusola? Hagámoslo para quienes niegan el carácter supremacista del independentismo. Se preguntó a la dama si le molestaba que el 'president' de la Generalitat fuese andaluz, a lo que contestó: "Un andaluz que tiene el nombre en castellano, sí, mucho". No se cortó un pelo  pese a que Montilla era un ejemplo de integración. Para la esposa de Pujol era como "el Español de Cornellà" de Gerard Piqué.

El proceso soberanista –ese que a Serrat le parece ahora una "feria del disparate"- ha roto todo, ha estropeado todo, ha envenenado todo. Y ha hecho regresar al nacionalismo-separatismo al siglo XIX, a aquel romanticismo malsano de lo propio frente a lo ajeno, a la dialéctica del ellos y el nosotros. Que Felipe González lo subraye es conveniente y responde a una constatación de una realidad que quedó plasmada en el hecho insólito de que en una sociedad hegemonizada por el nacionalismo, haya sido Ciudadanos el primer partido el 21-D. Porque sus electores -y los de los otros partidos no independentistas- tienen la pituitaria muy sensible ante el alarmante complejo de superioridad de los aniquiladores del catalanismo inclusivo. Los súbditos, los chorizos, los que dan pena, parece que se han plantado.


(*) Periodista y ex director de Abc



...y el PNV se cuelga el lazo amarillo / Francisco Rosell *

Juan José Linz, sin duda el sociólogo español más universal, definía como "problema insoluble" aquel que agota a los interlocutores, pero no la cuestión. Dábale la vuelta a lo dicho por Churchill de que una buena conversación debe hacerlo con el tema, no con los escuchas. 

Entre esas cuestiones irresolubles, por el gran componente sentimental e irracional que encierran, figura por derecho propio el nacionalismo al cansar al más pintado. Esa hartura llevó al escritor James Joyce a implorarles a sus compatriotas irlandeses que, ya que no podía cambiarse de país, que cambiaran, por los clavos de Cristo, de conversación. 

Lejos de ser un mal de época, el nacionalismo sobrevive. Todo ello pese a la falsa creencia que hizo pensar que fenecería con la Primera Guerra Mundial y que actuaría de antídoto. El presidente norteamericano Woodrow Wilson, en su optimismo ciego, pronosticaría que sería la última conflagración mundial. No en vano, como explicó Linz, la fuente básica de esos problemas insolubles radica en que los líderes políticos fijan objetivos para los cuales no pueden procurar los medios necesarios y, no obstante lo cual, se niegan a renunciar a ellos. 

Lo cierto es que España, en la hora presente, por medio de la confluencia de los nacionalismos catalán y vasco, asiste al resurgir del neocarlismo, como si quisieran emprender la cuarta guerra carlista. Esta vez, afortunadamente, por medio de la política, poniendo del revés el viejo adagio de Von Clausewitz de que "la guerra es la continuación de la política por otros medios". Todos los tiempos parecen uno, aunque al pretérito legitimismo dinástico reemplace hoy el legitimismo neoforal. 

En medio de la liza catalana, a nadie debiera sorprender que los herederos directos de aquellos que, según Indalecio Prieto, querían convertir el País Vasco en "un Gibraltar reaccionario y un reducto clerical", se hayan sumado esta semana a la procesión independentista. Contrariamente a lo que decía Prieto, que se las tuvo igualmente tiesas con ERC por su deslealtad, de que el separatismo supone el suicidio por asfixia "y los pueblos no se suicidan", éstos suelen sentir una irrefrenable atracción fatal por el abismo, arrastrando a los que acompañan a estos flautistas de Hamelín.

Visto lo visto, el presidente Rajoy debió pensar el miércoles que «éramos pocos y parió la abuela» cuando apareció en escena el portavoz del PNV, Joseba Egibar, con un lazo amarillo en la solapa y una carpeta con 17 folios que artillaban una propuesta de reforma del Estatuto del País Vasco que entrañaría, de facto, su independencia cuando lo disponga. Con la estética del independentismo catalán -sólo le faltó vestir camisa negra, junto al lazo- e iguales propósitos, el PNV se echaba de nuevo al monte. 

Como tres lustros atrás (octubre de 2003) por medio del denominado plan Ibarretxe, cuyo fiasco se saldó con el cadáver político de su promotor y la pérdida del Gobierno vasco por primera vez desde la restauración de la democracia. Si el lehendakari Ibarretxe formulaba una especie de Estado libre asociado, al modo del establecido en Puerto Rico en 1952, el nuevo artefacto nacionalista proclama que el País Vasco goza de un derecho a la autodeterminación prevalente sobre la Constitución. 

Paradójicamente, el pendulazo del PNV se registra cuando atesora las mayores cotas de poder de toda su historia, pues manda en el Gobierno, las diputaciones, las grandes alcaldías, al tiempo que es cortejado hasta el arrobo por La Moncloa, lo que hace aparentemente inexplicable que trate de ajustar su hora al reloj averiado al secesionismo catalán. Este concierto político se promueve, además, cuando el Gobierno acaba de dispensarle un fructífero cuponazo. 

En Grandeza y decadencia de los romanos, Montesquieu ya refiere que la paz no se puede comprar porque quien te la ha vendido se encuentra después en mejores condiciones para hacerlo las veces que estime oportuno. Sentada esta premisa, resulta absurdo reprochar a los nacionalistas una conducta oportunista y desleal (por definición, lo son), cuando se limitan a aprovecharse de lo que otros le sirven en bandeja. 

Lo cierto es que Rajoy tiene la legislatura en el aire cuando ya parecía tener los Presupuestos rumbo al BOE con el apoyo de PNV y Ciudadanos. Pero ambos avales se han devaluado por mor de la crisis catalana: los primeros se reservan su voto -eso arguyen- hasta que se levante el artículo 155, y los segundos, impulsados por su éxito en los comicios catalanes, afrontan una guerra sin cuartel con el PP que puede que no ceje hasta la múltiple cita del 2019. 

En esas vicisitudes, un presidente que vive al día, lo que le ha hecho el gobernante más perdurable desde el restablecimiento de la democracia, siente el desasosiego del ganado atosigado por los tábanos. Diríase que Rajoy ve cómo sus adversarios le achican los espacios y reducen su maniobrabilidad, atendiendo al sistema que popularizó Menotti cuando llegó a entrenar al Barcelona de Maradona y Schuster, a base de presionar al rival adelantando la defensa. Ante ello, Rajoy busca no achicarse con la ofensiva lanzada hace semanas con una batería de leyes para cuya aprobación no cuenta con los votos imprescindibles. 

Junto a ello, busca consuelo cavilando -de ahí que no diga esta boca mía cuando se le inquiere sobre el destape peneuvista- que, en el conflicto entre las dos almas del PNV, se impondrá el pragmatismo para no correr la suerte de la extinta Convergencia, si bien entiende que haga alardes para no dejarse desbordar por el separatismo abertzale. Pero la contienda catalana lo que columbra es que, cuando se pone en marcha un proceso de esa guisa, su control escapa a sus promotores y termina arrollándolos. Incluso, aunque parezca una piedra cuadrada, termina rodando. 

Al maldito damero catalán y esta complicación añadida en el País Vasco, se suman las divergencias, camino de lo irreconciliable, con Cs. Aun sabiendo lo volubles y tornadizas que son las relaciones entre políticos, donde lo que hoy es no, mañana es sí, y viceversa. No parecen, desde luego, de cura pronta sus encontronazos con Cs. Más que marcar diferencias por adueñarse de un espacio electoral común, cavan trincheras entre sí. 

Esto hace imposible que PP y Cs se pongan de acuerdo ni en la hora. En el PP, dicen estar hartos de poner la mejilla, y se han embarcado en una guerra de mandobles en constante escalada. No entienden cómo a Cs, para aprobar los Presupuestos en Andalucía, no le supone inconveniente que esté imputado un diputado socialista en Cortes, el sevillano Antonio Gutiérrez Limones, mientras hace casus belli con la senadora del PP, Pilar Barreiro, diez años alcaldesa de Cartagena. 

Pero, como bien sabe el PP, pero también Pedro Sánchez, la relación de Susana Díaz con Cs va más allá de la lógica partidista y lleva al punto estrambótico de que su opinión valga más para decidir quién será el candidato de Cs a las próximas elecciones autonómicas que la de conspicuos dirigentes de esta agrupación. A ello contribuye que Díaz amigue más con Albert Rivera que con su secretario general, al reinar entre ellos una frialdad rayana a de la época de la Guerra Fría. 

En el PP confían en que los raptos de ansiedad que suelen jugarle malas pasadas a Rivera, junto a los fracasos que acumula en el terreno de los padrinazgos algún facedor de entuertos que presume de ser su Pigmalión, devolverán a Cs a la casilla que ocupaba en el parchís antes de que, en el tablero catalán, Inés Arrimadas saltara de oca en oca y tiro porque me toca. 

De momento, Rivera contiene el aliento y la euforia etílica de las encuestas en alza mayúscula, al tiempo que evita ser recogedor de cargos del PP que llaman a su puerta para acceder por la entrada vip. Éstos chocan, por lo demás, con los derechos de primogenitura que esgrimen sus militantes de primera hora. Súmese a ello los recelos lógicos derivados de no aparecer como un grupo de mercenarios. Ello envejecería prematuramente a una formación que pretende preservar su virginidad y arribar inmaculada a las elecciones del año venidero. 

En esas circunstancias tan adversas, Rajoy puede caer en esa honda enfermedad que nuestros mayores llamaban pasión de ánimo. Acaecerá si no reacciona y no conduce a su Gobierno y a su partido por derroteros más ciertos de los que los hunden en los sondeos. Por eso, en vez de cruzarse de brazos, consumiéndose en la impotencia, debe tomar la iniciativa y dotarse de un plan que le permita cambiar las tornas, si no quiere quedar encajonado en el callejón sin salida donde ahora se encuentra. 

Le urge despabilar cavando con pico y pala en la dirección adecuada, en vez de hundirse retirando tierra bajo sus pies. Además de responder a los principios a los que un partido se debe, el PP tiene que desgastar suela del zapato y sacudir moqueta, en lugar de deslizarse por ella para bailar valses a deshora, si es que los problemas del PP no se han hecho insolubles, en la línea de lo conceptuado por el maestro Linz.


 (*) Periodista y director de El Mundo


Historia de una enemistad / Pedro J. Ramírez *

Si fuera cierto que, como decía Oscar Wilde, "se elige a los enemigos por su inteligencia", yo debería sentirme doblemente halagado, tras leer que Felipe González ha declarado a El Mundo que me considera uno de sus "cuatro o cinco enemigos" y que ha llevado esa enemistad al extremo de no conceder entrevistas al diario que yo fundé hace 29 años, hasta que ha quedado descontaminado de mi influencia: "Ahora el periódico es otra cosa".

A muchos lectores jóvenes les habrá sorprendido que un elder statesman como González, al cabo de tantas peripecias nacionales e internacionales, otorgue a un periodista uno de esos exclusivos "cuatro o cinco" asientos en el proscenio de su odio. Y debo reconocer que, al coincidir este dicterio con mi comparecencia ante la comisión Bárcenas, en la que el portavoz del PP me reprochó haber escrito "973 artículos" llamando a Rajoy desde "hombre sin cualidades", hasta, por supuesto, "estafermo", pasando por "papamoscas" y "títere de cachiporra", puede que algunos de esos lectores jóvenes piensen que he dedicado mi vida a ofender gratuitamente a nuestros más excelsos próceres.

Pero ha querido el destino que esta misma semana haya visto la luz un libro editado por Fragua, dentro de su Biblioteca de Ciencias de la Comunicación, que, desde su misma portada, ayuda a entender el porqué de esa fobia con la que me distingue González. Tanto su título -"El controvertido Diario 16 de Pedro J. Ramírez"-, como su subtítulo -"De la transición al felipismo 1980-1989"-, nos sitúan en un tiempo a la vez remoto y decisivo para la forja de nuestra cultura democrática.

Los autores, Raquel Ramos y Carlos Barrera, cuentan mi aprendizaje como director de periódico, desde mi nombramiento con 28 años, y mi decepción con el "gobierno del cambio", encarnado por Felipe González. Y, como compendio de todo ello, aparece en la cubierta una brillante ilustración, inspirada, con gran fidelidad, en la foto que el ya veterano José Pastor tomó el 7 de diciembre de 1987, mientras el entonces presidente me abroncaba en los pasillos del Congreso, blandiendo amenazadoramente su mano derecha con el dedo índice extendido.

Ese día quedé atragantado para siempre en su garganta política, al cabo de más de diez años -quien lo diría hoy- de relación no buena, sino excelente. Desde que en aquel terrible enero de 1977 le entrevisté para ABC y, con la intermediación de mi antiguo amigo Enrique Múgica, se creó entre el joven líder del PSOE y yo la suficiente confianza como para que, tanto en la primaveral campaña de ese año como en la del 79, le acompañara varios días en su avioneta, compartiendo vivencias, como una singular partida de petanca en un olivar de Andújar, o recibiendo confidencias suyas que se convirtieron en impactantes exclusivas: desde una reunión intempestiva de tenientes generales franquistas con Suárez, a la cena clandestina que él mantuvo con Fernández Ordóñez y García Díez, cuando aun eran ministros de UCD.

Esta última revelación -Suárez se enteró por mi segundo libro- puso patas arriba la vida política."Pedro J. nos acompañó a Granada en la campaña... Yo tuve un momento de esos y se lo conté todo", reconoció Felipe en El Periódico.

Era el Felipe González de las chaquetas de pana, que cebaba la adrenalina de su arrollador carisma con estimulantes suministrados por su médico y contaba chistes machistas que hoy nos avergonzarían a todos. Cuando, tras superar con habilidad y audacia el debate sobre el marxismo en el PSOE y sobrevivir incólume a los rumores sobre su inteligencia bajo cuerda con el golpe blando de Armada, llegó al poder a lomos de la mayoría absoluta, yo ya llevaba más de dos años como director de Diario 16.

Como explican los autores de ese libro, era "un periódico progresista, a favor de las libertades individuales". O sea, un medio centrista, como luego lo sería El Mundo y ahora lo es El Español. Por eso, aunque Diario 16 pidió el voto para la UCD, su apuesta por el cambio fue inequívoca y ahí están las imágenes con nuestra portada como emblema de la victoria socialista en la mítica fiesta del Palace.

Pocos días después, entrevistado por Mercedes Milá en TVE, dije que si bien yo no había votado al PSOE, tocaba dar un margen de confianza al nuevo Gobierno: "Este joven presidente merece el apoyo de todos los sectores progresistas de la nación". A la mañana siguiente me llamó Felipe y tomé nota de sus palabras: "El apoyo de quienes no me han votado, es el que más deseo, en estos momentos. Te prometo que no defraudaré tu confianza, que el PSOE no monopolizará el cambio político y que nuestro proyecto estará abierto a cualquier demócrata, aunque no tenga nada que ver con el partido".

Podría decirse que, a partir de entonces, vivimos una corta luna de miel y un largo y progresivo distanciamiento, fruto del desencanto. Lo habitual entre la prensa y el poder, cuando ambos cumplen su función social. Pero, a pesar de que aquel periódico y aquel gobierno eran dos toros bravos en la plaza, y no faltaron los exabruptos del entonces portavoz Eduardo Sotillos, la relación se mantuvo dentro de los límites asumibles durante todo un lustro. Prueba de ello es la entrevista de cuatro horas -cualquiera diría que esta es la unidad de tiempo de mis exclusivas- que me concedió en la Moncloa, a mediados de octubre del 86.

Ya era un González con traje a medida, gemelos de oro y corbata de seda que, ante mi estupefacción, proclamó –y ese fue el principal titular- que "la dosis de cambio es suficiente". Pero, al margen de las referentes a esa rápida metamorfosis de la revolución al conformismo, todas mis preguntas incómodas giraron sobre su creciente tendencia al caudillismo. Nada menos, pero nada más porque la bomba de relojería aun no hacía tic-tac entre nosotros.

Todo cambió cuando pocos meses después Melchor Miralles descubrió el zulo de los GAL en el sur de Francia, con pruebas que ligaban de forma indubitable a los autores de dos docenas de asesinatos con el Ministerio del Interior. Ya no estábamos ante errores políticos y abusos de poder, como los de tantos otros gobiernos, sino ante gravísimos delitos. Diario 16 fue reconstruyendo pacientemente el rompecabezas de la trama y todo empezó a ser evidente para quien no se obstinara en cerrar los ojos. En ese contexto, es en el que González perdió los nervios durante la recepción de aquel Día de la Constitución de 1987.

Me abordó, empleando de entrada la ironía –"¡Qué buen artículo has escrito!"- para contestar, con el mismo lenguaje, al doble sentido del título de mi última Carta del domingo: "Un presidente que no nos merecemos". Pero enseguida rompió los diques de su impostada contención y me acusó de estar haciendo el juego a ETA, con las revelaciones sobre los GAL: "Lo que estáis publicando es terrible, lo que está publicando Miralles es horrible…".

Yo me rebelé y él endureció el ademán. Su rostro comenzó a congestionarse, entre rojo y amarillo, como el estroncio que se usa en pirotecnia, en el momento en que está a punto de entrar en ignición. Fue entonces, cuando Pastor captó su serie de imágenes entre crispadas y amenazantes y cuando varias colegas se acercaron alarmadas. También, cuando él pronunció las palabras que marcaron mi juicio moral para siempre: "Lo único que tenemos que negociar con ETA es que si ellos dejan de matarnos a nosotros, nosotros dejaremos de matarles a ellos".

Desde entonces, ya no hubo tregua ni cuartel contra nuestra barquichuela: el Gobierno, sobre todo a través de la llamada beautiful people, presionó al editor de Diario 16, Juan Tomás de Salas; él me presionó a mí para que apartara a Miralles de la investigación de los GAL; yo me negué y, tal y como pronosticó el ministro Corcuera al final de una sonada discusión televisiva –"puedes dejar de ser director muy pronto"- fui destituido, en medio de un gran escándalo político y social.

El Mundo nació, así, como fruto de la obstinación del grupo de periodistas que yo lideraba en seguir publicando lo que el presidente del Gobierno trataba de impedir que se divulgara. Y lo extraordinario es que, en contra de lo que sucede casi siempre, tras años y años de titánico esfuerzo e implacable confrontación, esta vez se produjo el triunfo de la información sobre el encubrimiento. No pudieron taparnos la boca, ni con las querellas del fiscal general del Estado, ni con el boicot informativo, ni con el cerco publicitario, ni siquiera con un montaje tan infame como el que hace veinte años llevó a prisión a un asistente personal de Felipe González y un exgobernador civil de Guipuzcoa.

Decidimos publicar, aun a riesgo de perecer, y prevalecimos. Una y otra vez probamos nuestras terribles denuncias, una y otra vez los tribunales nos dieron la razón. Sin el trabajo de El Mundo, es decir sin el trabajo de periodistas, intelectuales y escritores como Miralles, Fernando Lázaro, Manuel Cerdán, Antonio Rubio, Javier Ortiz, García-Abadillo, Umbral, Raul del Pozo, Jiménez Losantos, Albiac, Gimbernat o Cuartango, ni Barrionuevo, ni Vera, ni Sancristóbal, ni Alvárez, ni Amedo, ni Domínguez, ni Galindo, ni Elorriaga, ni Alonso Manglano habrían sido condenados. Sin el trabajo de El Mundo, nadie identificaría a Felipe González con la X de los GAL.

Las consecuencias políticas de nuestras revelaciones, a través de la "amarga victoria" de Aznar en el 96, son de todos conocidas. Si el Tribunal Supremo tuvo que apelar a la "doctrina de los estigmas" para no perseguir penalmente a González, es precisamente porque salió del poder marcado por el crimen de Estado. Eso es lo que él no me perdonará nunca: haber sido el espejo que desearía romper.

El reconocimiento internacional a nuestro empeño fue enorme. Sirva para botón de muestra lo que Ben Bradlee me dijo desayunando en Washington: "Cuando veo lo que habéis descubierto vosotros, es cuando me doy cuenta de que, en términos comparativos, Nixon tenía razón cuando decía que Watergate había sido una ratería de tercera".

Eso es lo que hace tan incómoda, exasperante incluso, para buena parte de la redacción del periódico y sus lectores más fieles, no la entrevista a González -personajes de mucha peor catadura han pasado por sus páginas- sino la omisión de todas las preguntas que él tiene pendientes de contestar sobre la guerra sucia. ¿Se imaginan, los que acaban de ver la última película de Spielberg, que The New York Times hubiera entrevistado alguna vez a Nixon, sin preguntarle por los 'Papeles del Pentágono'? ¿O que lo hubiera hecho The Washington Post, dedicándole cuatro páginas, sin incluir la palabra 'Watergate'?

Aunque sus propios firmantes no sean conscientes, la publicación de esa entrevista en sus términos es, no tanto un parricidio, que yo ya fui asesinado cuatro años ha, camino del Foro, y disfruto de un par de saludables vidas posteriores, como a la vista está, sino una especie de infanticidio retrospectivo. Supone renegar atolondradamente de la fe bautismal que hizo que, de todos los periódicos que nacieron entonces, sólo uno sobreviviera, sólo uno se ganara la confianza de los lectores, sólo uno llegara a ser lo que fue durante un cuarto de siglo y sólo uno mantenga la suficiente inercia para continuar en pie.

Este acto de apostasía, a mitad de camino entre lo frívolo y lo torpe, entre la inanidad y el colegueo –hubiera bastado un par de pares de preguntas, con sus largas cambiadas de respuesta, para enmascarar el vasallaje- no es sino la culminación de una deriva, compartida por otros medios tradicionales, desde que la rentable actividad de entregar poder, o sea información, a los lectores ha sido sustituida por la, a la larga ruinosa, de entregar lectores al poder. Desde que el control de los contenidos ha pasado de depender de los directores, a depender de los comisarios políticos en los que, por su docilidad en la interlocución,viene delegando la propiedad sus responsabilidades.

En el caso de El Mundo, este renegar de sus orígenes resulta doblemente chocante, en la medida en que fue la empresa editora la que nació al servicio del proyecto periodístico -o, si se quiere, intelectual- y no al revés, como suele ser costumbre. En la persona de Alfonso de Salas encontramos al presidente ejecutivo comprometido con unos valores fundacionales, capaz de poner a su servicio los medios materiales y de gestión que iban siendo necesarios.

El problema es que allí donde se precisa gestión, siempre que pintan bastos y toca camuflar fracasos, termina engallándose el gerente. A veces hasta alcanzar y perpetuar la apoteosis del principio de Peter. Y se me viene a la memoria el caso del auxiliar administrativo, contratado como contable por un partido político que, a base de encender y apagar la luz, tejer sus conexiones con las alturas y apuñalar a unos y otros, se encaramó a la Presidencia de la Comunidad Autónoma correspondiente y no había quien le bajara del machito.

Pero no nos desviemos de la reconstrucción de los acontecimientos. Aunque ningún joven tribulete lo recuerde, además de los GAL, existieron Juan Guerra y los fondos reservados, Filesa y el caso Ferraz, las escuchas ilegales del Cesid y la huida de Roldán, Ibercorp y el búnquer de Palomino... Habría bastado repasar la colección del periódico, para que esa entrevista hubiera sido un festival.

González replicó a cada uno de esos envites como si sus problemas fueran culpa mía y no suya. Unas veces me llamaba "amoral", otras decía que yo era "la misma mierda" que Aznar y Anguita -nunca soportó la buena sintonía entre dos hombres honrados tan distantes-y llegó a jalear el "¡Muera Ramírez!", difundido por uno de sus sicarios como prolegómeno al intento de asesinato civil ya aludido. Incluso le reprochó a Adolfo Suárez que asistiera a la presentación de uno de mis libros. Tales llegaron a ser su obsesión y su neurosis que, cuando Zapatero fue elegido secretario general del PSOE, comenzó a reunirse clandestinamente conmigo, en casa de su secretaria, para que él no se enterara.

En realidad, haciendo balance de más de cuarenta años de periodismo en primera línea, puedo decir que he conocido a fondo a los seis presidentes de la democracia. Que he tenido buenas relaciones personales con todos ellos, gratamente perpetuadas en cuatro de los casos tras su salida del poder. Y que, habiendo criticado con brío a los seis, sólo los otros dos han utilizado los resortes de su poder para intentar taparme la boca y se han jactado de su animadversión hacia mí. ¿Será casualidad que se trate de los únicos dos que, al margen de aciertos y errores, se han visto implicados durante sus mandatos en graves tramas delictivas, imposibles de entender sin su consentimiento y supervisión, imposibles de aceptar sin unas tragaderas de las que carezco?

Pese a ello, siempre he tratado de seguir, con mayor o menor éxito, el ejemplo de Montaigne cuando proclamaba su ansia de ecuanimidad: "No me domina pasión alguna ni de odio ni de amor hacia los grandes, ni tengo mi voluntad comprometida por ofensa o agravio particular". Cuando Rajoy ha plantado cara a los separatistas, ha tenido el apoyo de El Español y no me duelen prendas -todo lo contrario- en dar la razón a González siempre que acierta, sea sobre Cataluña o sobre Venezuela.

Claro, que una cosa es acariciar la superioridad moral que tendrá en la memoria colectiva quien sea capaz de reconocer la parte de verdad que atesora su adversario; y otra que, como ser humano, no musite, de vez en cuando, esa "única oración" que solía pronunciar Voltaire: "Oh Dios, que (quienes se consideran) mis enemigos, hagan el ridículo". Y que, como él, me sienta escuchado con cierta frecuencia.


 (*) Periodista y editor de El Español


La liturgia del diálogo / Gregorio Morán *

La primera vez que fui consciente de que había una parte importante de la sociedad catalana que, por decirlo de buenos modos, no respiraba realidad fue con ocasión del entierro-manifestación de Ernest Lluch. Ante muchos miles de ciudadanos que cubrían el paseo de Gràcia barcelonés, la periodista radiofónica Gemma Nierga lanzó una proclama de actualidad aún rabiosa: exigió a los políticos que negociaran. Grandes aplausos.

Tengo viva en mi memoria la indignación que me causó entonces y la que se fue acumulando a lo largo del tiempo. Una periodista, ejerciendo de poder político teñido de civilismo "buenista" --cuando aún no se usaba esta palabra-- les pedía a los presentes que "dialogaran" con ETA. Luego vino lo que vino, y de haber seguido la consigna aún estaríamos con los muertos y los atentados​, y las almas buenas seguirían con las mismas sugerencias, siempre y cuando no afectaran a su tribu. 

Porque si algo hemos aprendido es que hasta en las sociedades más desarrolladas la vinculación a la tribu sigue siendo algo intangible, de tan arraigado. ¿Acaso han olvidado que mientras Carod-Rovira, amén de líder de Esquerra Republicana, ejercía de vicepresidente de la Generalitat del Tripartito, pidió a ETA en vivo y en directo que no hubiera atentados en Cataluña? Como los de fuera no eran de la tribu, la cosa no debía entrar en sus inquietudes. Quizá sea esto a lo que se denomina "dialogar" en términos políticos.

Lo que está ocurriendo en Cataluña no tiene nada que ver con ETA pero tampoco con esa falacia de "la revolución de las sonrisas", porque hasta los graciosos de turno se han vuelto agresivos. Una disidencia en la Cataluña de hoy tiene un precio de violencia, y ahí están las agresiones a personas, a medios de comunicación, o los despidos. ¿Se acuerdan de cómo empezó el caso Palau? ¿Acaso fue la ciudadanía, o los partidos, no digamos ya los medios de comunicación, los que sacaron a la luz la estafa? Punto por punto, como el PP, con la diferencia de considerarnos la tribu preferida de los dioses. La salud democrática de una sociedad se mide por sus silencios tanto como por sus mentiras; aquí y en Sicilia.

Nosotros estamos viviendo las secuelas de un golpe de Estado fallido. La cesada Generalitat se saltó la legalidad, no sólo la del Estado sino la suya. Causa pasmo la desvergüenza del detenido y subvencionado presidente de la ANC, Jordi Sànchez, cuando a preguntas del juez admite que era consciente de que incluso la pantomima de referéndum en cajas chinas era ilegal y que esperaba que sus consecuencias fueran las de todas las actuaciones ilegales anteriores, es decir, ninguna.

Lo que mucha alma cándida del diálogo y las sonrisas con lacito no capta es que de triunfar los talibanes del independentismo tendríamos que ir al exilio. Lograron echarnos de nuestros trabajos con un eco social nulo. No éramos de la tribu y ellos respetaban la omertà. En definitiva consideraban que estábamos ante una demanda social, la de la exclusión y el reparto entre los jefes de la manada. Nada hay más diferente a un político en la cárcel que la figura del preso político. ¿O se creen que iban a tener piedad alguna hacia el adversario doméstico?

Volvamos pues al punto clave. ¿A qué llamamos ahora dialogar? A conseguir una tregua en una pelea que ellos iniciaron y en la que se sienten perdidos y derrotados. Vivimos en el Estado más corrrupto de Europa occidental, con una clase política que parece haber hecho un casting de incompetencia --cada vez que escucho a Zoido, supuesto ministro de Interior, me tiemblan las carnes o me da el vómito-- ¿pero qué decir de los sórdidos Turull, los Tardà y sus trabalenguas, o Puigdemont, el hombre que ha soñado ser emperador de Barataria? No me ensaño con Junqueras y su apelación a la Virgen María como argumento de bondad ante la marrullería de cómo preparó el golpe fallido. Ni siquiera alcanzan a jefes mafiosos de la tribu, sólo sicarios crecidos en el oasis pujoliano, del que esperaban salir exitosos y con patrimonio.

¡Cuánto mejor hubiera sido una campaña! ¡Amnistía para Pujol y familia! Seguida de una coda, "¡a ninguno le cabía imaginarlo y eso que llevaban años trabajándolo!". El pueblo, digan lo que digan los libros que escriben los amanuenses, no tiene casi nunca razón cuando elige a sus líderes, pero los soporta muy bien si saben repartir las prebendas entre la tribu.

No hay otra alternativa que volver a empezar, limpiar lo más llamativo y taparse la nariz por los olores que desprenden las barretinas y el Estado. Nunca tuvimos suerte en esto de la política; siempre nos tocó movernos entre basuras.


(*) Escritor e historiador


sábado, 10 de febrero de 2018

El proyecto 'África vive en Murcia' trabaja para hacer más visible al colectivo africano en el municipio de la capital


MURCIA.- Con el objetivo de "hacer más visible al colectivo africano a la ciudadanía en el municipio de Murcia a través de la celebración de encuentros y jornadas", el Ayuntamiento de Murcia colabora mediante la convocatoria de proyectos de Educación y Sensibilización para el Desarrollo con la Federación de Asociaciones Africanas de Murcia. Un trabajo que se realiza desde la Concejalía de Juventud y Cooperación al Desarrollo y que permite la gestión del proyecto "África vive en Murcia" con el impulso de actividades como la celebración pública del Día de la Mujer Africana y la del Día de África en Murcia.

La FAAM es un espacio de comunicación, donde se comparte información y expectativas, que forma parte de las redes asociativas y quiere participar en las políticas públicas que le afectan, tanto en el ámbito municipal como regional, nacional e internacional.
En la actualidad, los retos a los que se enfrenta la FAAM como representante de la comunidad africana en Murcia son la necesidad de crear una organización de la comunidad negra así como la consolidación de las asociaciones y de la propia federación.
Como parte de esta comunidad, "lo más importante es luchar contra la explotación laboral, por la regularización de las personas que aun residen y trabajan sin documentación y por tanto, sin poder cotizar al sistema de la seguridad social y sin ser visibles pese al esfuerzo realizado, además de la solidaridad con la grave situación de las personas demandantes de asilo y refugio", ha explicado la concejala Rebeca Pérez.
La Federación de Asociaciones Africanas de Murcia (FAAM) se fundó el 26 de enero de 2013 en la ciudad de Murcia y, en la actualidad, están federadas las siguientes asociaciones:
  • Asociación de senegaleses en la Región de Murcia.
  • Asociación Nigeria Unida.
  • Centro de Estudios de la Unión de Naciones Africana (CEUNA).
  • Asociación FASOTON de Malí.
  • Asociación Mundo de Culturas.
  • Asociación de Residentes de Gambia en España.
  • Unión de Marfileños de la Región de Murcia.
  • Asociación Ciudadanos de Burkina Faso de la Región de Murcia.
  • Asociación de Inmigrantes Ghaneses Unidos de Murcia (AIGU).
  • Asociación de Mujeres con África (AMÁFRICA).
Fruto de esta colaboración, la celebración del Día de África en la ciudad de Murcia 2017, bajo el lema ¡África Unida!, contó con la financiación y asesoramiento de la Concejalía de Juventud y Cooperación al Desarrollo del Ayuntamiento de Murcia y de las organizaciones sociales que trabajan estrechamente con las personas inmigrantes en el municipio: ACCEM, CEPAIM, CONGDE, Cruz Roja, Fundación Diagrama, Murcia Acoge y Rasinet
También han colaborado las más importantes empresas de trabajo temporal de la Región.
La celebración del Día de la Mujer Africana ha contado con el apoyo financiero y organizativo del Ayuntamiento de Murcia, tanto de la concejalía de Derechos Sociales como de la de Juventud y Cooperación al Desarrollo. 
La participación ha sido muy importante, unas 100 personas han asistido a cada una de las mesa-conferencias y unas 300 a la convivencia. 
Se ha celebrado en dos jornadas, el miércoles 8 y sábado 11 de marzo de 2017, en las dependencias del Museo de la Ciudad, sirviendo de punto de encuentro de las culturas y puntos de vista de las mujeres de África y de Murcia.

La producción de la industria regional crece más del triple que la media nacional


MURCIA.- La industria regional cerró el año pasado con un incremento del índice de producción del 9,2 por ciento, lo que convierte a la Región de Murcia en la comunidad autónoma que más aumentó su producción, multiplicando por 3,5 el ritmo de crecimiento medio de la industria nacional (2,6 por ciento). La Región, además, también es líder en otros indicadores de la evolución industrial, como el índice de la cifra de negocios, que mide la facturación de este sector, o el de entrada de pedidos.

En concreto, y a falta de conocer los datos del último mes de 2017, la industria regional era también la comunidad autónoma que registraba un mayor incremento en su volumen de ingresos durante esos once meses, con un incremento acumulado de la cifra de negocios del 14,2 por ciento que prácticamente duplicaba la tasa registrada en el conjunto nacional (7,9 por ciento).
En cuanto al índice de entrada de pedidos, que mide en este caso la demanda registrada por este sector, el aumento acumulado entre los meses de enero y noviembre alcanzaba igualmente el 14,2 por ciento, muy por encima también de la media nacional (8,6 por ciento) y que situaba a la Región como la tercera comunidad autónoma que más crece, solo superada por Andalucía (16,5 por ciento) y Asturias (14,8 por ciento).
En la actualidad el sector industrial se ha convertido en uno de los más productivos de la Región. En los últimos años, de hecho, se ha multiplicado por dos hasta situarse en 67.435 euros, muy por encima de los 44.859 euros que registra la media de la economía regional.
Este crecimiento de la producción industrial se sustenta en la buena marcha de aquellos sectores que presentan un mayor grado de tecnificación y un elevado valor añadido, como el del suministro de energía y refino de petróleo (55,7 por ciento); el químico y farmacéutico (7,1 por ciento); el metalúrgico (13,1 por ciento); el del plástico (10,1 por ciento); la fabricación de material y equipamiento eléctrico o la industria de la madera (19,2 por ciento).
Otros sectores estratégicos se mantienen en niveles similares a los del ejercicio anterior, como es el caso de la industria agroalimentaria, que registra un incremento en su índice de producción del 0,5 por ciento, o el de la fabricación de muebles, que cae levemente un 1,1 por ciento.
La evolución positiva de la industria regional durante los últimos años ha elevado el peso de esta área estratégica hasta un 19,4 por ciento del Producto Interior Bruto regional (PIB), muy cerca ya del objetivo del 20 por ciento marcado por el Gobierno regional y por encima del 18 por ciento que refleja la media nacional.

Guerra a la procesionaria en más de 2.500 pinos de Murcia y sus pedanías


MURCIA.- La Concejalía de Modernización de la Administración, Calidad Urbana y Participación del Ayuntamiento de Murcia, que dirige José Guillén, a través del Servicio de Parques y Jardines, ya trabaja en las tareas de eliminación de la conocida como oruga de la ‘procesionaria' (Thaumetopea pityocamba) en los pinos de las zonas verdes municipales.

Esto se debe a que este año se han producido unos meses de diciembre y enero atípicos en cuanto a altas temperaturas, lo que ha supuesto una aparición temprana de estos insectos.
"Nuestro objetivo se basa en una premisa: hay que actuar ante la presencia de este insecto de forma prioritaria. Para ello usamos varios métodos de actuación. 
Si se trata de una bolsa aislada, en las zonas verdes municipales, se elimina de forma manual por los miembros de parques y jardines. Si el árbol tiene una cantidad considerable de estas orugas lo que hacemos es una pulverización de una sustancia específica, biológica, que lo erradique sin suponer daño alguno al ejemplar", explica el edil de Modernización, Calidad Urbana y Participación, José Guillén.
Asimismo, Guillén ha indicado que "estamos también implantando un método novedoso que consiste en realizar tratamientos de endoterapia en ejemplares de pinos, para atajar así el problema".
Durante el mes de octubre se realizan tareas preventivas mientras que en esta época se llevan a cabo el tratamiento de los más de 2.500 pinos existentes, que se den en Murcia y pedanías.

Invitan al Pirineo catalán a los murcianos de Santiago el Mayor reprimidos por la Policía por exigir soterramiento


BARCELONA.- La plataforma e iniciativa ciudadana "Pirineus con ellos" invita los murcianos que hayan sido víctimas de la represión y violencia policial por sus protestas contra el muro del AVE a pasar unos días en el Pirineo catalán, según la Agencia Catalana de Noticias (ACN).

Los ideólogos de la plataforma han propuesto a los hoteleros del territorio, Alt Urgell y Cerdanya, que inviten a sus establecimientos a los ciudadanos de Murcia que se manifestaron contra la construcción de un muro que tenía que permitir la llegada del AVE pero que supondría que la ciudad se dividiera en dos; los manifestantes proponían que el tren se soterrara.
Pirineus "cono ellos" ha nacido con el objetivo de promover acciones de solidaridad con grupos sociales, entidades y personas de toda España que hayan sido víctimas de represión policial por el solo hecho de defender los derechos colectivos.
La primera iniciativa que se ha emprendido ha sido ponerse en contacto con los hoteleros de las dos comarcas para proponerles una campaña que consista en el ofrecimiento, de forma gratuita, de alojamiento, menús, actividades deportivas, lúdicas o culturales a las personas de la plataforma Pro-Soterramiento de la Vías de Murcia.
Después de recibir las propuestas por parte de los empresarios del sector turístico los promotores de la iniciativa trasladarán los programas de las visitas a la entidad murciana a fin de que personas afectadas por la violencia policial puedan ocupar estas plazas. Las primeras respuestas positivas ya han empezado a llegar a la plataforma.
Con esta acción, la plataforma "busca dar una respuesta en positivo como pueblo solidario también con España, que no busca el enfrentamiento ni el rencor sino simplemente luchar por nuestros derechos como pueblo".
Esta iniciativa nace como reacción y réplica al ofrecimiento de estancias y actividades gratuitas que una cadena hotelera de Murcia a hecho a los policías y guardias civiles que vinieron a Catalunya en motivo del referéndum del 1 de octubre.
Por otra parte, el militante del PSOE de Murcia Miguel Company Manjón se ha disculpado públicamente por la invitación que ha hecho la Asociación de Empresarios de Hostelería de la Costa Cálida (Hostetur) a los agentes de Policía Nacional y Guardia Civil, y a sus familias, desplazados a Cataluña por el operativo contra el referéndum del 1 de octubre.
"Muchos murcianos sentimos vergüenza por la lamentable imagen que Hostetur ha dado a la región. Pido disculpas en nombre de todos. Por cierto hay otra Murcia que los sufre y que lucha por su dignidad cada noche", ha indicado en Twitter. Y adjunta imágenes de protestas sociales.

Tejerina pasa del reportaje sobre 'El Pozo' y Évole se pregunta "para quién trabaja” la ministra


MADRID.- Isabel García Tejerina es la ministra ciega, sorda y muda respecto a todas las crisis que afectan a su cartera. Lo ha sido con el problema de la sequía y lo es ahora, en medio de la polémica por los problemas para la salud y el maltrato animal desvelado por Jordi Évole en Salvados, el pasado domingo, en su reportaje sobre una granja de El Pozo, según recoge https://www.elplural.com.

El periodista ha mostrado este jueves su indignación, en Al rojo vivo, de La Sexta, después de las declaraciones, el martes, de García Tejerina en Los Desayunos de TVE, en las que negó el problema y salió en defensa de la empresa El Pozo.
Al ser preguntada por la problemática de las granjas, la ministra empezó admitiendo que ella no vio el reportaje, pero añadió que el programa de Jordi Évole “no hace justicia porque ponía como una explotación lo que realmente es un centro -por lo que me han contado- donde a los animales enfermos se les separa precisamente para dar garantía a los consumidores”.
García Tejerina añadió que las explotaciones de porcino españolas son “líderes a nivel mundial”, y que se trata de “un sector puntero” que cumple con todos los estándares europeos.
La defensa de Tejerina iba en la línea de la versión de El Pozo, que como la ministra, se negó a dar su valoración para el programa. La empresa negó todo y aseguró que  “los animales que aparecen en las imágenes grabadas fueron sacrificados sanitariamente en la propia granja, conforme a la legislación, y no han entrado en la cadena de producción de El Pozo, como el programa deja entrever”.

La MINISTRA de TODOS:
Hace suya la versión de ELPOZO
NO exige investigar lo que enseñamos.
Y todo, SIN ver el programa.
¿Para quién trabaja? pic.twitter.com/dOLNhSowce

La Comisión de Seguimiento del Plan de Mejora de la Calidad del Aire analiza el marco de los planes municipales


MURCIA.- El director general de Medio Ambiente, Juan Madrigal, presidió la reunión del Grupo IV de la Comisión de Seguimiento del Plan de Mejora de la Calidad del Aire en la que se analizó la propuesta de protocolo marco de actuación municipal ante episodios ambientales de dióxido de nitrógeno y de partículas PM10 y para asegurar la calidad del aire.

Este documento fue elaborado por la Comunidad Autónoma con el objeto de servir de texto base para la adopción de Planes de Actuación de Ámbito Municipal por parte de los ayuntamientos. Su objetivo es facilitar la mejora de la calidad del aire atendiendo a la singularidad de cada municipio, en especial ante condiciones anticiclónicas típicas de invierno y otoño, caracterizados por el estancamiento y la baja renovación de las masas de aire.
Este protocolo marco define tres niveles de actuación, a determinar en función de los niveles de dióxido de nitrógeno y de partículas PM10 basados en umbrales más restrictivos que los establecidos por la normativa vigente, lo que garantiza mayor protección, y a los que se asocia de manera orientativa una selección de medidas con el objeto de mejorar la calidad del aire.
Entre las medidas propuestas y que deben ser adaptadas por los ayuntamientos a las características de sus municipios están restricciones temporales del tráfico en los centros urbanos, reducciones de la velocidad, puesta en marcha de aparcamientos disuasorios o fomento del uso de transporte público.

Izquierda Unida exige a PSOE y C's acabar ya con el caciquismo del PP en el Ayuntamiento de Murcia


MURCIA.- Una asamblea de Izquierda Unida - Verdes Murcia se ha propuesto esta mañana trasladar a la sociedad el debate y la elaboración del programa de Gobierno del Cambio para la moción de censura con la que sacar al Partido Popular de la Glorieta.

“Hay que acabar ya con las prácticas caciquiles y con el sistema institucional favorecedor de la corrupción que ha instaurado el PP, que no se extinguen por la salida de Roque Ortiz.
No habrá más oportunidades”, ha advertido el coordinador municipal de la coalición, Sergio Ramos.
IU ha llamado a la participación en la asamblea abierta de Cambiemos Murcia que este miércoles por la  tarde definirá en el centro cultural de San Pío las propuestas del grupo municipal para un año de Gobierno del Cambio si sale adelante la moción de censura.
“Quiénes no se sumen a la moción serán cómplices de un Gobierno ilegítimo, pues se presentó  a las  elecciones dopado por prácticas caciquiles como las que revelaban los audios de Roque Ortiz”, añadió la también concejal de Cambiemos Margarita Guerrero.
Durante la reunión de IU también se informó de la creación de un Ateneo Republicano en Murcia, un Movimiento Cívico por las Pensiones, así como de la campaña Cambia de Bando con la que IU promueve sustituir a las compañías eléctricas de las puertas giratorias por cooperativas de energía verde.

'Fecoam' defiende el mantenimiento de ayudas a las frutas y hortalizas ante la reforma de la PAC


MURCIA.- La Comisión Europea está preparando la reforma de las ayudas de Política Agraria Comunitaria (PAC) para después de 2020. Así, en un comunicado preliminar destaca el desarrollo de "una política agrícola común, flexible, equitativa y sostenible".

Entre las organizaciones del sector como la Federación de Cooperativas Agrarias de la Región (Fecoam), existen "preocupaciones como el riesgo de reducción del presupuesto, o el desmantelamiento o nacionalización de la PAC en caso de que se dejase a los estados miembros la responsabilidad de elegir las medidas financiables, dentro de unos parámetros básicos comunitarios".
Asimismo, la Comisión europea asegura que mantendrá los pagos directos, aunque, a juicio de Fecoam, "esto imposibilita el desarrollo de otros instrumentos más modernos y adaptados a las necesidades de cada momento".
Además, desde el sector hortofrutícola señalan la ausencia de referencias al sector más allá de los programas operativos (PO) de las organizaciones de productores (OPFH), "un sistema de ayudas que además está cofinanciado por los productores y cuya aportación en materia de creación de riqueza y empleo supera ampliamente las inversiones recibidas", remarcan desde Fecoam.
Por ello, organizaciones de los principales países productores, como Bélgica, Alemania, Francia, Grecia, España, Italia y Polonia, ha fijado una posición conjunta, con el objetivo de "mejorar la competitividad y la posición del productor en la cadena; concentrar la oferta y mejorar la comercialización; adecuarse a las demandas de la sociedad y promover prácticas respetuosas con el medio ambiente".
En este sentido, piden una definición específica y empresarial de OPFH, la continuación del apoyo a nivel comunitario y la financiación de los Programas Operativos de esas OPFH, "con una ayuda finalista y cofinanciada adecuadamente".
Para ello, proponen mejorar la dotación de los programas operativos, establecer un "nivel mínimo de reconocimiento más elevado a nivel comunitario", así como "reducir la burocracia y dar seguridad jurídica a los sistemas de control y de auditorías".
En definitiva, para Fecoam "las ayudas comunitarias a las frutas y hortalizas para después de 2020 basadas en los programas operativos deberían mantenerse y salir reforzadas", ya que consideran que "es un sistema de ayudas bien adaptado a nuestro colectivo de cooperativas y a nuestro sector hortofrutícola".

C's se reúne con 'Asepucar' con motivo del recurso vecinal contra la prórroga del contrato municipal de 'Hidrogea'


CARTAGENA.- El portavoz de Ciudadanos en Cartagena, Manuel Padín, ha recibido en sus dependencias municipales del Palacio Consistorial a los representantes de la Asociación de Afectados por los Servicios Públicos de Cartagena (Asepucar), para tratar el recurso presentado por un grupo de vecinos en 2004 contra la prórroga del contrato a la empresa concesionaria del servicio municipal de abastecimiento de agua potable. 

El encuentro fue solicitado por Asepucar durante la charla informativa sobre la gestión del agua en los municipios que esta asociación organizó en Torreciega y que contó con la presencia del portavoz de Ciudadanos en Lorca, Antonio Meca.
Con respecto al recurso de los vecinos, el portavoz de C's Cartagena, manifestó que "es extraño que este recurso haya sido rescatado ahora, después de tantos años, durante los cuales nadie dio respuesta, ni el PP ni el exalcalde, José López, cuando gobernaban". 
Manuel Padín recordó que López ni siquiera quiso responder a su propio recurso en el mismo sentido cuando ostentó la Alcaldía. El portavoz local también ha recordado que la alcaldesa de Cartagena, según se ha publicado hoy, ya ha contestado de manera negativa a ese recurso.
Manuel Padín explicó a los miembros de Asepucar la postura de Ciudadanos en este asunto, "no seremos nosotros los que condenemos a los cartageneros a pagar millones de euros en concepto de indemnizaciones si precipitamos la anulación de la prórroga, sobre todo cuando eso es lo que aconsejan los servicios jurídicos y económicos del Ayuntamiento, y cuando sabemos además que una auditoría externa ha concluido que, en general, la concesionaria del servicio municipal de agua, Hidrogea, no incumple las condiciones del contrato, tal y como informó el diario La Verdad hace unos días".
El portavoz ha asegurado que "C's es el partido que más desea echar abajo la prórroga hasta 2042 y probablemente sea el que más autoridad moral tiene para pedirlo, pero lo hará en el momento oportuno, es decir, cuando exista una sentencia firme que vincule la decisión del Pleno de 2004 con los hechos delictivos que estudia la juez de Lugo en el caso Pokémon, en ese preciso momento la prórroga será nula de pleno derecho y el Ayuntamiento podrá tomar las medidas necesarias sin riesgo a ninguna reclamación por parte de Hidrogea".
Para Manuel Padín, "la supuesta trama del agua ya ha sido denunciada y está judicializada, ahora toca esperar y respetar los tiempos de la justicia que estoy seguro pondrá a cada uno donde merece, pero es importante que mientras tanto, trabajemos y tratemos de mejorar el servicio que ofrece esta empresa, controlar que cumple escrupulosamente sus obligaciones y que baje el precio del agua para aliviar el bolsillo de los vecinos, cuestión ésta que ya ha sido aprobada en Junta de Gobierno pero que todavía no se ha aplicado".
Ciudadanos tiene claro que "el Ayuntamiento debe fiscalizar cada euro y cada servicio de las concesionarias, tanto la que gestiona el agua y otras, como la que gestiona la limpieza y el tratamiento de residuos en el municipio; y por eso nos parece positivo, oportuno y necesario que nazca cuanto antes el Observatorio de Contratos".

Mejora en la estaciones de control de la calidad del aire de Cartagena


CARTAGENA.- Las estaciones de control de la calidad del aire, existentes en el municipio de Cartagena, se mejorarán, con actuaciones La Aljorra, Alumbres, Valle de Escombreras, y en la Plaza de Mompeán.

Estás decisiones se han tomado en la reunión de la Comisión de Seguimiento del Plan de Mejora de la Calidad del Aire de la Región de Murcia que se ha celebrado en la sede de la Consejería en Murcia y a la que ha asistido la concejala del Área de Calidad de Vida y Bienestar del Ayuntamiento de Cartagena, Obdulia Gómez.
En dicha reunión, se han presentado las mejoras que se van a llevar a cabo en las estaciones de control de la calidad del aire existentes en el municipio de Cartagena. 
Así, en La Aljorra está previsto instalar un analizador de BTX (benceno-tolueno-xileno), sustituir la cabina en la que se encuentran instalados los equipos y colocar una torre meteorológica; en Alumbres, se va a sustituir el analizador de SO2 existente por uno nuevo; en el Valle de Escombreras, está previsto colocar un analizador de ozono y sustituir el existente para óxidos de nitrógeno; y en la Plaza de Mompeán se va a sustituir el analizador de SO2 existente y se va a colocar un captador de partículas PM2,5 para la determinación de benzo(a)pireno.
Además, han sido presentados el 'Protocolo marco de actuación municipal en episodios ambientales de contaminación de NO2 y PM10', destinado fundamentalmente a situaciones episódicas de contaminación producidas por el tráfico rodado, que va a ser aprobado en los próximos días, así como el 'Protocolo para Benceno, Tolueno y Xileno en zonas sensibles', que va a ser a aplicado por la Dirección General para controlas las emisiones de dichos contaminantes.
Otros trabajos que se van a llevar a cabo en este ámbito son el estudio de la idoneidad de las ubicaciones de las estaciones de control de calidad del aire, una campaña de mediciones de metales pesados en el Llano del Beal, un estudio sobre la contribución del tráfico rodado a la contaminación atmosférica de las ciudades, y otro estudio destinado a analizar la contribución de las emisiones asociadas al tráfico de cruceros en la calidad del aire en Cartagena.
También se ha estado tratando el estudio de los niveles de inmisión de BPA que se va a realizar en La Aljorra, el cual comenzará el próximo lunes, 12 de febrero, con la instalación de un equipo de toma de muestras, en el Centro de Salud de Pozo Estrecho, para determinar el nivel de fondo de dicho contaminante en la atmósfera.