En la Región no se habla de otra cosa de un tiempo a esta parte. Lo he oído estos días más intensamente en Lorca, en Cartagena, en Murcia... El ex presidente y ahora diputado regional parece muy liberado y se dice que aspira a liberarse mucho más todavía. No se descarta, crecidos los tres que ya tiene, que quiera volver a ser padre como una manera de iniciar una nueva vida lejos de aquí. Aunque pueda parecer un disparate no lo es tanto porque antes de llover chispea y te puede pillar sin gabardina. ¡Dichosa tanta agua para todos!
Los 19 años en el cargo, más antes los acumulados de concejal, pueden haber sido toda una penitencia y por eso se dice que va a aprovechar el tiempo de estar en forma que le quede para volver a ser lo espontáneo y libre que era en su juventud política. Por eso se va a poner el mundo por montera y a dar el cante. Los cuatro años en el Comité de las Regiones le han hecho ver todo con mucha más claridad... y relatividad.
Si alguna vez Valcárcel se escribió con C y con esa letra hizo tantas y tantas cosas ahora parece dispuesto a sacar partido al abecedario y cambiar de camiseta vital para sentirse rejuvenecido. Ser eurodiputado a razón de 8.000 euros al mes es toda una tentación para las moscas pero mucho más para las larvas. En Bélgica nunca ví insectos pero seguro que muchos padres de la Unión Europea los sufren, por siempre lejos de casa, al llevarlos en la maleta.
La aburrida capital política continental es bastante fría, triste e inhóspita a partir de media tarde y, mucho más, sin no hablas francés o flamón. Tienes que buscarte la vida con un único idioma y el nuestro, desde lo del Duque de Alba, no invita a confraternizar con los aborígenes. Por eso que la cabra tire al monte resulta lo más fácil y de ahí que sólo se relacione con compatriotas y, a ser posible, mejor de Castilla que de Aragón. Porque nuestro hombre es muy español y aquel invierno es muy duro.
Está dispuesto, pues, sin retorno a dar los pasos que tiene que dar para poder llegar a disfrutar plenamente de la vida pese a los reproches domésticos que viene oyendo desde que confesó sus intenciones de cambiar de vida y de parroquia. La cosa viene de lejos pero su táctica era, y es, aprovechar el cambio de coyuntura política para salir cortando encima de su caballo blanco hacia los verdes campos de Flandes y volver a sentir las emociones perdidas, tanto por la edad como por la magistratura ejercida tan cerca de casa, de su colegio, de su universidad, de su cofradía... Por eso, ahora o nunca. Y parece que va a ser ahora.
Puede que muchos no lo entiendan y otras tantas se lo reprochen pero sabe que si no le da un giro absoluto a su vida aprovechando el cambio de residencia de aquí a Bruselas/Estrasburgo, otra oportunidad quizás no tenga y se arrepienta luego de haberle faltado valor para vivir su vida después de tanto escaparate, sonrisa forzada y mentiras no tan piadosas; hipocresía al fín y al cabo. Sus críticos y críticas apuntan a temas de intendencia para apostar que no lo hará mientras sus amigos lo entienden después de tanto empalago y de mantener solidariamente el tipo en la larga adversidad interna reciente y felizmente superada.
Recuerdo ahora una excusa conveniente hace años al entonces presidente de Baleares, Jaume Matas, tras una conferencia en el Club Siglo XXI, de Madrid, para ausentarse de la cena que seguía. Le vino una crisis y cuando todos pensaban que regresaba esa noche a casa, a 390 kilómetros, se marchó a un hotel inhabitual para afrontar una primera crisis de rebeldía contra tanto compromiso y tener que estar de cara al público. Aquello no trascendió pero encendió una clara señal de alerta frente a la apariencia aunque las cosas en la vida nunca son lo que parecen. Ni los personajes bíblicos, ni los claveles ni siquiera las sesiones de fisioterapia, por poner ejemplos tan dispares.
Así que preparado todo el mundo porque nuestro ex presidente va a comenzar pronto a escribir su apellido con B de Bruselas después de tanto tiempo con la C del Comité de las Regiones. Aunque para mí que, sin dejar la C, ha hecho ya sus incursiones en la B porque he visto fotografías que alaban su buen gusto y sus propios méritos pese a la sonrisa de conejo que exhibe en ocasiones. Que tenga suerte en su nueva singladura aunque sé de expertos marinos que pronto volvieron a puerto por temor a las procelosas aguas de mares que creían dominar y casi les hacen zozobrar. ¿Será este el mismo caso? Lo veremos.