El primer ministro, Mario Draghi, se ha reunido por la mañana con algunos miembros del Ejecutivo para pactar el marco general de restricciones que estará en vigor en Navidades, en un momento en el que los contagios siguen subiendo en Italia.

En primer lugar se decidió imponer la mascarilla al aire libre en todo el país independientemente de la categoría de riesgo de cada región y además se reforzará en cines, teatros, eventos deportivos y en los medios de transporte, donde habrá que usar la FFP2.

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En relación a las mascarillas, volverán a ser obligatorias en el exterior, mientras que se exigirá una FFP2 en lugares cerrados como cines, teatros e instalaciones deportivas, así como en el transporte. 

El Ejecutivo debate también si limitar los precios de las mascarillas FFP2 ahora que quiere fomentar su uso, según la televisión pública.

Las grandes celebraciones públicas quedarán prohibidas hasta el 31 de enero, mientras que la asistencia a fiestas de Nochevieja en discotecas estará condicionada a que la persona haya recibido una dosis de refuerzo de la vacuna contra el covid-19 o presente un test negativo.

El Ejecutivo que dirige Draghi también quiere acelerar la campaña de vacunación y para recibir la dosis de refuerzo bastará con que hayan pasado cuatro meses desde la inyección anterior, en lugar de cinco. 

El pasaporte sanitario, clave para acceder a un gran número de sitios en Italia, será válido únicamente durante seis meses, tres menos que hasta ahora.

A partir del 1 de febrero de 2022, el certificado sanitario que demuestra la vacunación tendrá una validez más breve, de seis meses

El decreto del Gobierno prolonga asimismo hasta el 31 de enero la obligación de presentar la versión "reforzada" del certificado sanitario, es decir, solo otorgado a vacunados o curados, para entrar a bares y restaurantes y para consumir en la barra. 

Este tipo de pase será un requisito para entrar también en museos, parques temáticos, centros recreativos, salas de juego o bingos. 

Lo que finalmente no se consensuó, aunque se barajó, fue la vacuna obligatoria a todo el personal de la Administración Pública, como ya ocurre en otras categorías como los médicos, los profesores, el personal administrativo de escuelas o policías y militares. 

Draghi reconoció el miércoles que la pandemia está en una "nueva fase", aunque descartó la adopción de medidas tan drásticas como en la primera ola de contagios, cuando se aprobó un confinamiento masivo. Tampoco se contemplan límites en las reuniones familiares de estas fiestas, como sí ocurrió en 2020.