jueves, 9 de septiembre de 2021

El Govern se arriesga a otro 8M para salvar la Diada / Salvador Sostres *


En un intento por salvar la participación en la manifestación de la Diada, el Govern anunció el martes que justo un día antes de la jornada reivindicativa decaerá la limitación de reuniones con un máximo de diez personas y se permitirán las manifestaciones en marcha. Presionado por la ANC y Ómnium, el consejero de Salud, Josep Maria Argimon, expone a los catalanes a otro 8-M, con la explosión de contagios que registró Madrid cuando se autorizó la demostración feminista a sabiendas de las funestas consecuencias epidemiológicas que tendría.

El mismo consejero se había reunido el lunes con los empresarios del ocio nocturno y la restauración, negándoles a los primeros la reapertura y a los segundos una ampliación de los horarios.

 El argumento de Argimon fue que tales medidas se aplicarán cuando las UCIS catalanas estén por debajo de los 100 hospitalizados, habiendo en la actualidad 400. Al día siguiente, para reanimar una Diada que los organizadores preveían de muy pobre asistencia, se plegó a las peticiones de los más exaltados sabiendo que claramente pone en riesgo la salud de los catalanes. 

Si el 8-M de Irene Montero supuso que España entrara de cabeza en la pandemia, liderando las cifras europeas de contagiados y muertos, el 11-S de Argimon, ANC y Omnium amenaza con ser el causante de la sexta ola, con la economía paralizada por extemporáneas medidas restrictivas, cuya eficacia no ha sido aún demostrada; y fomentando la muchedumbre descontrolada, que es lo que sí está demostrado que más enfermos y fallecidos provoca.

Si de un lado restaurantes, bares, y discotecas han acreditado en este tiempo de pandemia que son capaces de desarrollar su actividad sin propagar la enfermedad; las infestaciones masivas se han producido en el descontrol de botellones y fiestas callejeras, precisamente surgidas de la circunstancia de que la restauración tiene que cerrar pronto y los locales de ocio nocturno están prohibidos. 

Tanto es así que, pese a su urgencia por reabrir, pubs y discotecas piden poderlo hacer después de las populares fiestas de la Mercè (23-25 de septiembre) para que no les achaquen el seguro rebrote de contagios que con toda seguridad va a provocar la fiesta descontrolada, sin discotecas ni bares abiertos que la encaucen, y dada la incomprensible voluntad política (y por lo tanto policial) de no usar la fuerza para imponer el orden.

ANC y Omnium, que han perdido cualquier protagonismo en el nuevo proceder más dialogante y pactista del independentismo que la ERC de Pere Aragonès encarna, no tienen reparos en poner en peligro la vida de los catalanes. Y ni siquiera a cambio de ganar la independencia, sino de salvar su chiringuito particular y muchas veces personal. Ésta ha sido una de las constantes del proceso independentista, sin la que no se entendería su apabullante derrota: sacrificar lo que existe y funciona, a cambio de los más grotescos delirios, que además no tienen ninguna posibilidad de darse en la realidad.

 

(*) Columnista

 

https://www.abc.es/espana/catalunya/abci-salvador-sostres-govern-arriesga-otro-para-salvar-diada-202109090122_noticia_amp.html


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