viernes, 10 de enero de 2020

Un Gobierno a la deriva / Miguel Hernández *

La Región de Murcia necesita urgentemente un cambio de dirección política. De seguir así, con estos mimbres, iremos inexorablemente al abismo económico, social y laboral.

Analicen objetivamente la situación que vive este rincón del Sureste español, y verán como los datos, como el algodón, no engaña.

Por un lado, tenemos un Gobierno de perdedores ‘inmaduro’, que viene heredado de un expresidente que sigue deambulando entre Miami y los juzgados, con un Consejo de Gobierno que se insulta entre sus miembros, se envían cartas y se piden dimisiones. 

Tenemos un consejero de Agricultura con la Dirección General del Mar Menor como el que tenía antes una bailaora o un toro encima de la televisión, de adorno, y que se pliega hasta límites vergonzosos ante el SCRATS.

Un Gobierno formado por un Partido Popular que miente más que habla, ¿el Decreto Ley del Mar Menor es fruto del consenso social, económico, político y científico?, un poco de respeto por favor. Y a Ciudadanos quien, definitivamente, ha saltado por la borda de su prestigio, sigue autolesionándose cada día y tratando a la sociedad como si fueran alumnos de escuelas infantiles. La última ha sido volver a dejar en ridículo al Gobierno regional y al consejero Luengo. Esta crisis de gobierno no es la primera ni será la última.

¿Qué dirían el Partido Popular y Ciudadanos si el Gobierno de España acordara un Decreto Ley y a los cuatro días saliera Pablo Iglesias con Unidas Podemos diciendo que no están de acuerdo con lo que ellos mismos han aprobado? Sin comentarios.

Por otro lado, tenemos los devastadores datos económicos que nos ponen frente a la cruda realidad, con una deuda y un déficit que hace tiempo hubiera provocado en cualquier empresa una declaración de bancarrota. 

Incluso hasta el punto de tener problemas de liquidez para pagar las nóminas de sus trabajadores. Seguimos echando la culpa a la financiación, pero ese paraguas hace tiempo que se lo llevó el viento aunque algunos siguen usándolo como ejemplo de su ineptitud.

Pero los peores datos los ofrece tanto el informe de Cáritas, con cerca de un 20% de personas en la Región en situación de exclusión social, como los de abandono y fracaso escolar, donde somos líderes destacados mientras continúa el desembarco de la educación privada a costa de los presupuestos públicos.

Por si nos faltaba algún dato más negativo, el cambio climático sigue siendo visto por nuestros dirigentes como algo ajeno a nuestras responsabilidades. Los miles de peces muertos y puestos encima de la mesa de momento solo ha servido para que la sociedad se movilice, al mismo tiempo que Vox, el grupo ultraconservador que niega el cambio climático, ganara las elecciones en la Región. 

De esta forma nos hemos convertido en los cimientos de un partido que, entre mentiras y xenofobia, quiere privatizar las pensiones, acabar con la descentralización autonómica, y convertirse en la particular ‘guardia suiza’ de su Majestad el Rey Felipe VI. Curiosamente, en aquellas comunidades donde el fracaso escolar es menor, como País Vasco, Navarra y Cataluña, la implantación de los chicos de Abascal también es menor.

Vivimos en una Región donde los problemas estructurales los arreglamos pintando barrios y plantado flores. La ciudad de Murcia supera de manera permanente y constante sus límites de contaminación atmosférica y, en vez de luchar contra ella, ponemos en marcha protocolos que apenas inciden en su solución y nos presentamos a la candidatura de ‘Ciudad Verde Europea’, con un par. Por cierto, Lisboa ha sido quien ha obtenido dicho galardón.

Nuestra inexistente política turística se basa en gastar millones de euros en lavar la imagen del Mar Menor, empeñarnos en meter con calzador el eslogan Murcia Costa Cálida, de modo que despreciamos todo el potencial turístico de interior, patrimonial e histórico, comercial, de congresos y de ciudad.  

Seguimos empeñados en convertir la Vía Verde del Noroeste en un atractivo turístico cada siete años -lleva ya tres ediciones (2003, 2010 y 2017)- demostrando que no genera empleo, ni riqueza, ni infraestructuras y, encima, mintiendo con los datos de visitantes, que no turistas, que llegan hasta su espectacular Basílica Menor.

El descaro y la incompetencia es tal que incluso se decidió vender y engañar a los cartageneros y cartageneras con la imberbe, simple y descafeinada propuesta de Cartagena Patrimonio de la Humanidad y que por no saber, no sabían ni el proceso a seguir. Vender humo tiene un problema, que luego se te queda cara de idiota y terminas llamando a los técnicos a que te saquen las castañas del fuego.

Si seguimos así, con los ‘señores del agua’ amenazando con manifestaciones virulentas, con un Gobierno regional rehén de la ultraderecha y acomplejado, con Ciudadanos manejando Direcciones Generales sin trabajadores, sin una política pública en materia educativa, sanitaria, con Vox pidiendo que se quiten a los sindicatos las subvenciones, que representan apenas un 0’000001% del presupuesto autonómico y que se emplea en atender a trabajadores y trabajadoras, con el personal del IMIDA, SEF, IMAS o de Escuelas Infantiles, permanentemente en la cuerda flora de la precariedad y la temporalidad, y sin una política económica seria, rigurosa y sujeta a nuestra realidad, seguiremos siendo una Región de insultos, amenazas y panderetas.

Por cierto, mientras, la insostenibilidad de nuestro sistema sanitario hace aguas por todos lados. Los altos cargos de las nueve áreas de salud de la Región cobran a final de año más que muchos trabajadores en todo el año. Madrid, con más de cuatro millones de habitantes, tiene una única área.

Me niego a creer que en mi Región no haya luz al final del túnel, no haya esperanza, no haya unas gotas de lucidez que nos hagan cambiar nuestro destino.

P.D. ¿De verdad alguien cree que este gobierno regional durará mucho tiempo?


(*) Funcionario de la Comunidad Autónoma de Murcia y de la Tesorería Territorial. 


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