domingo, 1 de diciembre de 2019

La Seguridad Social, hacia el precipicio / Primo González *

La demora en la formación de un nuevo Gobierno está provocando expectativas que empiezan a ser inquietantes en algunas vertientes de la economía. La más acuciante puede ser la que tiene que ver con la evolución de la Seguridad Social y con el sistema de pensiones. Hay una sensación ampliamente generalizada según la cual la adopción de medidas en torno a este asunto no puede ni debería ser demorada. Es, en suma, una cuestión que exige medidas urgentes.

El pasado viernes, la Seguridad Social ofreció las últimas cifras sobre su evolución anual, concretamente las del mes de noviembre. La cifra fatídica que  muchos temen y que provocará una aceleración en las alarmas está a la vuelta de la esquina: los 10.000 millones de euros de gastos mensuales, una línea roja que posiblemente se traspase el próximo mes de abril, si los números evolucionan como viene siendo habitual en este año. 

El mes de noviembre, el sistema generó unos gastos totales en el mes de 9.735 millones de euros, un  4,8% más que hace un año. De este importe, unos 7.000 millones de euros corresponden a los pagos a los jubilados que hay en el país.

La  evolución de las cifras está rebasando a estas alturas todas las líneas rojas. A finales de este año de 2019, el Fondo de Reserva  de las Pensiones, creado en el año 2000 y que en el año 2010 llegó a acumular 68.600 millones de reservas para atender a las insuficiencias del sistema, se habrá agotado. No solo eso, los créditos que en estos últimos meses ha ido pidiendo la Seguridad Social para hacer frente a sus gastos ya superan los 50.000 millones de euros.

Es decir, hemos pasado en pocos años de disponer de unas aceptables reservas, generadas por los superávits de años atrás, a un déficit que crece a buen ritmo.  El pasado año, el déficit del ejercicio superó los 18.000 millones de euros. Este año de 2019, el desequilibrio no será muy diferente, de modo que las deudas van a empezar a acumularse sin que nadie proponga soluciones a un problema que nos está conduciendo al borde del precipicio contable, más allá del cual no hay certezas sobre lo que se puede hacer. 

Desde luego, la senda va a ir a peor por diversas razones: se está creando menos empleo, el paro se mantiene elevado, los perceptores de pensiones de jubilación contributiva siguen en aumento y la entrada de cotizantes se debilita por momentos como consecuencia de la debilidad creciente que muestra la economía.

Resulta urgente, por lo tanto, la puesta en marcha de medidas que sean capaces de frenar esta sangría, que puede provocar una auténtica explosión social y  política. Ese es el motivo por el cual la formación de un Gobierno estable y con apoyo suficiente, además de tener muy claras las ideas para hacer frente al deterioro del sistema social,  resulta urgente, más allá de disputas políticas de corto o de medio recorrido.


(*) Periodista y economista


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