domingo, 29 de diciembre de 2019

Lágrimas de los abogados del Estado / José Antich *

Nunca siete rallas en una investidura de un presidente del Gobierno español se han hecho tan famosas como las del comunicado que han emitido este domingo la Asociación de Abogados del Estado y que dice así: “Ante las recientes informaciones publicadas, el consejo directivo de la Asociación de Abogados del Estado rechaza cualquier intento de injerencia o presión y especialmente de amenaza que tenga por finalidad desvirtuar o condicionar el ejercicio de las funciones de la Abogacía del Estado. Los abogados del Estado debemos actuar en nuestros escritos procesales e informes con estricta sujeción a criterios técnico-jurídicos. Somos profesionales del derecho y servidores públicos por oposición que garantizamos desde 1881 el sometimiento a la ley y al derecho. Eso es lo que nos une”.

Injerencias, presiones y amenazas, señala este cuerpo de élite de la administración española. Un observador curioso no puede menos que extrañarse y sorprenderse en un Estado en que, como hemos visto las injerencias, presiones y amenazas están a la orden del día. Será que, a lo mejor, a este cuerpo de letrados de élite que copó hasta hace cuatro días el poder de manos de dos abogadas del Estado tan ilustres como Soraya Sáenz de Santamaría —al frente de aquella promoción de 1996 conocida como la gloriosa— o María Dolores de Cospedal, lo que en realidad le molesta es que sean utilizados para un acuerdo entre el PSOE y ERC.
Cuando los dictámenes de la Abogacía del Estado eran para encerrar, juzgar y culpar a los líderes independentistas nada o casi nada sabíamos colegiadamente, más allá de alguna retirada sonora para hacer política. Eran los tiempos en que PP, PSOE y Ciudadanos iban de la mano. Ahora, las mayorías políticas son otras y el Estado, sus estructuras más profundas, chirrían de lo lindo como estamos viendo estos días. 

Cumplir la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea acaba siendo una montaña demasiado alta de escalar para quienes hacen y deshacen sin que nadie les corrija desde una instancia superior.

Veremos qué acaba diciendo el informe de la Abogacía y si es cierto, como se ha filtrado, que es suficiente para Esquerra que, en última instancia, tiene la paella por el mango ya que sin ellos no hay investidura. Por más prisas que tenga Pedro Sánchez y por más experto que sea en crear espejos falsos para forzar a su negociador.


(*) Periodista y director de El Nacional


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