sábado, 7 de septiembre de 2019

España como Italia… sin italianos / Fernando G. Urbaneja *

La percepción de la política italiana ha cambiado sustancialmente en el corto plazo de un mes. Ha resucitado la “finura” a la que se refería el viejo y ladino Andreotti respecto a la política española. La forma en la que han descabalgado a Matteo Salvini y recompuesto el gobierno con otro pacto político hacia la izquierda pone de relieve esa finura.

No faltará quien sostenga que la moción de censura a Rajoy, urdida por Pablo Iglesias con Pedro Sánchez de beneficiario sin esfuerzo, fue un caso práctico de “finura” italiana, un acuchillamiento político sin sangre pero con consecuencias. Pero me parece que el caso español tiene mucho de oportunismo con poco guión, mientras que el desplazamiento de Salvini, cuando acariciaba las mejores expectativas electorales, es de mayor calado, aunque están por ver sus consecuencias posteriores.

En el caso italiano hay un protagonista inesperado: el primer ministro Giuseppe Conte que de figurón, mediador sin poder, ha pasado a convertirse en un personaje con autoridad sin militancia de partido. Un abogado poco conocido aunque con buenas credenciales (idiomas, experiencia académica y mercantil…) apareció como solución de compromiso entre los gallos de los nuevos partidos: los estrellas de Grillo y la renacida y descarada Liga de Salvini.

 A Conte no le ha llevado más de una año conseguir apoyos internacionales de primer nivel (de Trump a Merkel) que han apreciado las buenas maneras y la prudencia del italiano. La otra sorpresa para italianos y analistas, fue la somanta que dio Conte a Salvini en el Parlamento cuando éste precipitó la crisis del gobierno de la que salió despedido y derrotado. Los pronósticos de voto para Salvini cayeron varios puntos y a los decaídos “grillinis” la posibilidad de que les encabece Conte les hace ganar media docena de puntos.

¿Hay tipos como Conte en España? Es muy probable que les haya, profesionales con cabeza y buenos modos, capaces de encabezar un gobierno y componer equipos leales; pero los partidos no les van a dar ninguna oportunidad. Tienen que degradarse más el modelo partidista y sus liderazgos para tener que explorar biografías más limpias y abiertas. 

Conte ha compuesto un nuevo gobierno para Italia con giro a la izquierda y al europeísmo tradicional, sin despeinarse; ha obtenido autoridad y ahora es percibido por la opinión pública (y por sus colegas europeos) con otros ojos. 

Más aun con el inexperto ministro de Exteriores Luigi De Maio que es líder del Cinco Estrellas” pero que ni habla idiomas, ni sabe geografía, ni tiene agenda internacional, ni cuenta con nociones geopolíticas. Al primer ministro le corresponderá el gasto en los foros europeos, tendrá que recomponer lo que rompa Di Maio que, como Salvini, empieza a saber que eso de la “finura” cuenta.

España vive como Italia en algunos aspectos, los menos favorables, pero con retardo, sin esa finura italiana que aparece cuando se asoman a los precipicios para arrepentirse a tiempo. Ahora falta asistir al despeñamiento de Boris Johnson y empezará a clarear el panorama en Europa. Pero…: ¿dónde encontrar en España un Giuseppe Conte?


(*) Periodista y politólogo


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