Margaret Thatcher, la Iron Lady
de los 80s, era firme seguidora de la escuela austriaca de economía y
sus derivadas neoliberales. Recordaba a veces el lema de todas,
TINSTAFL, There Is No Such a Thing As a Free Lunch, "no existe el
almuerzo gratis".
A menudo recurría a una variación de su cosecha
metodista de estricta observancia que le ha ganado el odio eterno del
gremio de sociólogos, TINSTAS, There Is No Such a Thing As Society, "la sociedad no existe". Según ella solo existen los individuos y las familias.
Individuos o familias, nada es gratis; todo tiene un coste. Almuerzos o alcaldías. El artículo de Jordi Mercader
es una buena guía para orientarse en los meandros de los pactos
municipales en Barcelona, joya de la corona, aunque nadie sepa de qué
corona. Grosso modo las dos opciones más verosímiles son la
independentista y la de izquierdas.
Pero no son equiparables, aunque una
visión superficial así lo entienda. Si el veto recíproco ERC/PSC se
mantiene, y no se ve cómo podría no hacerlo, la opción de izquierda
aparece como segura ganadora ya que los números dan al sumar los
concejales de los comunes, los del PSC y los votos que sean precisos de
Valls/C's.
A la opción independentista no le dan los números de ERC y
JxC y, sin embargo, resulta más verosímil que la de izquierda con el PSC
y los votos de C's, ambos partidos del 155. Verosímil la considera
Maragall que insiste en negociar un acuerdo con los comuns y JxC.
Asombra
la inquina que la alcaldesa muestra a este pacto. El veto de los
comunes a JxC es más fuerte que el recíproco ERC/PSC y más fuerte
también que el de los comuns a C's. Y eso requiere alguna explicación,
dado que el pacto independentista tendría los votos de JxC gratis, en
aparente contradicción del principio TINSTAFL. Pero solo aparente: la
alianza con JxC supondría el coste para los comuns (en cuyo seno alienta
Podem) de tener un alcalde independentista en Barcelona.
Y ese coste
les es inasumible, porque rompería el propósito de cerrar el paso al
independentismo y, además, haría ya definitivamente imposible que los de
Podemos se calzasen algún ministerio en Madrid, de esos que dicen que
no les importan.
Mercader
termina su crónica con filosófico pesimismo juzgando que los
tripartitos municipales "son una entelequia al día de hoy" porque nadie
quiere pagar los costes y, como sabemos, nada es gratuito. No es que no
haya nada gratis; es que el acto gratuito mismo es filosóficamente
imposible, como comprueba el Lafcadio de Las cuevas del Vaticano, de
Gide. Por eso, las partes negociadoras suelen pedir altura de miras a
los demás, capacidad para poner los intereses generales por delante de
los particulares... ajenos.
Al
final, así como la batalla de Catalunya en las europeas se dirimió
entre Carles Puigdemont y Oriol Junqueras, la de Barcelona es entre
Ernest Maragall y Ada Colau. El eje independencia/no independencia, que
es el que importa aquí, va de Puigdemont a Colau. Entre ambos, ERC; en
qué posición exacta es justamente lo que está en debate hoy. La historia
personal de los dos candidatos ilustra mucho sobre su actitud. Pero lo
decisivo son las decisiones que tomen ahora, en las circunstancias
actuales.
En
Maragall, que viene del PSC, pesa el discurso social de izquierda. Pero
pesa más la pertenencia a un partido cuyo presidente es un preso
político. Ese peso se aligeraría si el propio presidente alentara el
entendimiento por lo social/izquierda con los comunes. Sin embargo, en
la medida en que aparezca el PSC en el horizonte o, incluso, se siente a
la mesa de una coalición la cuestión se pondrá más difícil. Y llegará a
imposible si, para hacer realidad su propósito de impedir un alcalde
independentista en Barcelona, Iceta pretende imponer la alcaldía de Ada
Colau.
A
su vez, Ada Colau, tiene que elegir entre dos opciones: el pacto
independentista con JxC o el pacto antiindependentista con el PSC y C's.
Ambas tienen ventajas e inconvenientes para ella. Tantas que puede
ocurrirle como al asno de Buridán, que murió de inanición al no poder
decidirse entre dos montones de heno.
(*) Catedrático emérito de Ciencia Política en la UNED
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