MURCIA.- Once adultos procedentes de diferentes parroquias de
la Diócesis de Cartagena recibieron los sacramentos de iniciación
cristiana en la celebración que tuvo lugar en la
Catedral de Murcia. De los once, siete recibieron los tres sacramentos
(Bautismo, Confirmación y Comunión) y los cuatro restantes únicamente la
Confirmación.
Los catecúmenos pertenecían a siete parroquias de la
Diócesis: Nuestra Señora de la Asunción de Alcantarilla; Nuestra Señora
de las Lágrimas de Cabezo de Torres; Sagrado Corazón de Jesús de
Cartagena; Santiago Apóstol de Pliego; San Basilio y San Lorenzo de
Murcia; y El Niño Jesús de Yecla;
Los sacramentos
de iniciación cristiana se administran de una manera progresiva en el
caso de los niños mientras que, para los adultos, la Iglesia Católica
los administra juntos en la misma celebración.
El
Obispo de Cartagena, Mons. José Manuel Lorca Planes, presidió la
celebración en la solemnidad de la Ascensión del Señor, y durante la
homilía manifestó su alegría y explicó a los catecúmenos que, al recibir
los sacramentos de iniciación cristiana, también recibirían “el don de
la presencia de Dios, demostrando que el Señor, en la Ascensión, no se
desentiende de nosotros, sino que continúa presente en nuestra vida”.
Antes
de administrar el sacramento del Bautismo, Mons. Lorca explicó lo que
suponía: “el Bautismo es la puerta de la vida, a través de él, Dios os
hace hijos suyos con plenitud, os ha perdonado los pecados y os hace
miembros de una familia mucho más grande que la que tenéis, mucho más
grande que la que os da la sangre: la Iglesia”.
A continuación, el
Pastor diocesano administró el sacramento de la Confirmación a los once
adultos, de tal manera que los catecúmenos, ahora con pleno derecho,
pudieron participar en la Eucaristía recibiendo la Comunión (por primera
vez, siete de ellos) como tercer sacramento y consumando, así, su
iniciación cristiana.
Tras esto, Mons. Lorca animó
a los presentes a estar atentos a la voluntad de Dios y a las
necesidades de la sociedad.
“Oyendo a Dios le podréis decir a los que
están alrededor cuál es su voluntad. Y si vais por la vida con los ojos
abiertos, podréis ver las necesidades de los hermanos y decírselas a
Dios”, explicó el obispo.
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