No le ha salido bien a Pedro Sánchez su entrevista con Antonio García Ferreras en La Sexta TV
porque los silencios de Sánchez lo han dejado en evidencia. Sobre todo
cuando se negó a pronunciarse sobre los indultos a los golpistas, y pasó
de puntillas sobre el ‘relator’ que aceptó para que Torra le aprobara
los Presupuestos con Torra, y sobre las graves palabras de Iceta sobre
el referéndum.
Al tiempo que Sánchez se negó a responder sobre la posibilidad de que Pablo Iglesias entre su pretendido nuevo Gobierno.
Sánchez no dijo nada sobre todo ello y el que calla otorga. Y calla
porque quiere dejarse abierta la puerta para poder pactar tras las
elecciones del 28-A con Podemos y ERC, y ello no será posible si
Iglesias no entra en el nuevo Gobierno y no hay indultos a los golpistas
como lo espera Oriol Junqueras.
La cuestión catalana es el talón de Aquiles de Sánchez quien todavía
no se ha enterado que el problema de Cataluña no es, como dice, la
‘convivencia’ -para justificar sus regalos a los golpistas- sino la
ausencia de legalidad. Una cuestión que continúa vigente y que aflora de
manera permanente y hasta con la violencia de los CDR amparada por
Torra.
Sánchez sigue adulando a ERC y Podemos porque sabe que él no puede
pactar la investidura ni con Albert Rivera ni con Pablo Casado. Un líder
del PP que, con sus colaboradores, no para de meterse en todos los
charcos posibles. Ayer Casado habló de una rebaja del salario de 900
euros a 850 euros, lo que luego intentó rectificar.
Y hace unos días su experto fiscal, Lacalle, habló de rebajar las
pensiones, mientras que su número dos en la lista por Madrid, Adolfito
Suárez se lució hablando del aborto en el tiempo de los neandertales y
ahora anda diciendo idioteces sobre la fiesta taurina.
Y hay que ser bastante tontos para meterse a chapotear en esos
charcos en plena campaña electoral y en los que el PP chapotea
alegremente haciendo regalos a sus competidores. Y subiendo el tono de
sus discursos para frenar a Vox cuando, al contrario de lo que pretenden, es
el PP el que impulsa al partido de Santiago Abascal.
Partido Vox que se ha convertido en la estrella y en la mayor
incógnita de la precampaña electoral, mientras por Madrid circulan
rumores que anuncian que Vox podría conseguir un resultado espectacular.
De manera que Sánchez regresa al horizonte de sus pactos con Podemos y
ERC y Casado pierde los nervios y la centralidad. Todo ello cuando se
sabe que el número de los votantes indecisos es del 40 %. Lo que
significa que los silencios calculados de Sánchez y los errores de
Casado pueden dar un vuelco inesperado al resultado electoral.
(*) Periodista
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