La presidenta del Banco Santander Ana Botín se ha declarado
públicamente a favor de un Gobierno de centro PSOE-C's. Y por lo tanto
pidiendo a Albert Rivera que rompa su ‘cordón sanitario’ contra Pedro
Sánchez y facilite un gobierno estable que favorezca la recuperación
económica. En un tiempo en el que se vislumbran oscuras nubes (Brexit y
guerras comerciales de Donald Trump) que podrían abrir paso a un temido
inicio de recesión.
La excesiva relación e incluso promiscuidad entre los poderes
públicos y el económico (con el ‘cuarto poder’ de por medio) en España
es un problema real y una asignatura pendiente de superar en nuestro
país desde el inicio de la transición. Y fórmulas se deben de buscar que
‘regulen’ esa relación para que este problema no acabe por dañar y
distorsionar la vida democrática.
Pero lo que nos dice la señora Botín del pacto de Sánchez con Rivera
tiene sentido, sobre todo desde la óptica del poder económico, y también
y visto el resultado del 28-A, lo que garantizaría una clara
estabilidad tanto política como legislativa porque entre PSOE (123
escaños) y C's (57) suman 180 de los 350 escaños del Congreso y superan
con facilidad la mayoría absoluta de los 176 diputados.
Ahora bien, hacer en público propuestas como la de Botín o similares
como las del Presidente de la CEOE Antonio Garamendi, no es eficaz
porque deja en evidencia y como marionetas del poder económico a los
líderes políticos mencionados.
Además tan poderosas señoras y señores deberían saber que, hasta que
pasen las elecciones europeas, municipales y autonómicas del 26-M, nadie
abrirá la Caja de Pandora de los pactos y las negociaciones de
investidura y de gobernabilidad.
Pero en el caso de Ana Botín hay un elemento añadido: su Banco lidera
en la actualidad el control del primer Grupo Editorial de España,
PRISA, que es el propietario del diario El País y de la Cadena SER. Medios de indiscutible influencia que forman parte principal de las campañas electorales de Pedro Sánchez y del PSOE.
A los que publicita de escandalosa manera, mientras dan a Sánchez
como ganador de los debates que pierde y ocultan sin pudor su plan de
indultos a los golpistas catalanes. Lo que dañará el prestigio del
Tribunal Supremo, dará alas a la independencia catalana y sobre todo
liquidará el primer objetivo de toda sentencia penal: la ‘gran
prevención’ para impedir que el delincuente vuelva a delinquir.
También El País
cuida a Podemos, partido desde donde Pablo Iglesias no solo ataca los
Bancos sino que además afirma que en España ‘hay presos y exiliados
políticos’.
Y sobre todo mientras El País y La SER corren a
palos a los partidos PP y C's que son los que mas defienden la unidad de
España y la Constitución frente al temerario discurso de Sánchez, para
justificar su ambición personal, sobre ‘la convivencia en Cataluña’ -lo
que ampara el Grupo PRISA- cuando el gran problema catalán es ante todo:
‘la ausencia de legalidad’.
Y a no perder de vista las continuas descalificaciones de El País
en contra de Rivera y Casado a los que presenta de cómplices de la
‘extrema derecha’ o con palabras despectivas, como cuando en ese
periódico tildó hace poco a Rivera de ‘monaguillo del PP’.
Y si la señora Botín protege y ampara todo esto se convierte en
‘parte’ del debate y carece de credibilidad para hablar de pactos entre
su ‘protegido’ Pedro Sánchez y el ‘monaguillo’ Albert Rivera, al que se
le pide sumisión al amigo de Iglesias, Junqueras y Torra.
Y se dirá que el pacto de Gobierno PSOE-C's dejará fuera a estos tres
de UP, ERC y JxCat. Que son los que llevaron a Sánchez a La Moncloa a
cambio de suculentos regalos, incluido ‘el relator’. Pero antes habría
que exigir a Pedro Sánchez una pública y sonora rectificación.
Naturalmente, cada cual desde su posición puede hacer lo que
considere oportuno y no dudamos que, con lo de su propuesta de Gobierno
PSOE-C's, la señora Botín ofrece algo que considera y parece bueno para
el interés general del país. Pero esas propuestas son más eficaces desde
la discreción y sobre todo desde la imparcialidad y la independencia.
Dos cualidades que brillan por su ausencia en el mencionado Grupo
Editorial.
(*) Pseudónimo de un veterano y prestigioso periodista cordobés
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