martes, 29 de enero de 2019

K.O técnico a los Presupuestos 2019… ¿y qué? / Fernando G. Urbaneja *

Los Presupuestos 2019 van a ser los más citados, comentados, trasteados de la historia reciente, y también los más inconsistentes. En realidad parecen un trampantojo del gobierno a la oposición y a la opinión pública.

 Aparentan que son una apuesta importante para el gobierno, incluso que su rechazo puede llevar a la disolución de las Cámaras, pero puede que no sea cierto, que simplemente son una muleta, un elemento de agitación, que Sánchez tomará la decisión de convocar elecciones al margen de la suerte del presupuesto: En realidad puede seguir con un presupuesto anterior prorrogado y estirar la legislatura hasta junio de 2020.

Mientras tanto el proyecto de ley pasará por la comision correspondiente, tramitarán las enmiendas a la totalidad y, si pasa, seguirá su lento e inútil trámite hasta el agotamiento. Puede que salga (en privado Sánchez dice que lo tiene arreglado) o puede que No, pero la agenda de Sánchez no depende de eso.

Las dos primeras comparecencias de expertos ante la Comisión para valorar el proyecto e informar a los diputados no pueden haber sido más claras. Los dos informes técnicos más importantes, el del banco de España y el de la AIREF, son educada y claramente desfavorables. En terminología escolar podemos decir que los profesores han suspendido al alumno, lo han mandado a repasar y a septiembre.

El gobernador del banco de España resume con una de esas frases peculiares delos banqueros centrales “riesgos muy significativos a la baja”, que quiere decir que los cálculos no están bien, que quizá los gastos son posibles, pero no los ingresos, y, por tanto, el déficit está infravalorado. 

Y eso tiene consecuencias. Algo semejante dijeron los de Bruselas, que no quieren ir mucho más lejos porque bastante tienen con las cuentas de italianos y franceses que están también contagiadas de fantasía.

Si este fuera un gobierno serio y responsable se hubiera puesto rojo y plegado velas; hubiera replanteado las cuentas. Pero eso requiere una rectificación que va más allá de sus posibilidades. Pasaría por rectificar su lista de logros y hacer propuestas más serias y severas a la ciudadanía. Nada de eso encaja en los objetivos electorales inmediatos. 

De manera que el suspenso de los técnicos quedará en un apunte en las actas parlamentarias y a otra cosa. Los diputados del gobierno votarán a favor, los de la oposición en contra y los intermedios que deciden pasarán sus facturas y harán lo que convenga a sus intereses y objetivos en cada momento.

El gobierno ni siquiera ha intentado disimular, presionara los responsables de las dos instituciones que preceptivamente tienen que informar a las cámaras. En realidad les importa una higa lo que digan.


(*) Periodista y politólogo


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