El desorden público, el riesgo de violencia mortal y el
incumplimiento de la legalidad campan a sus anchas en Cataluña mientras
el Presidente Sánchez se niega a tomar medidas inmediatas.
Como el control de los Mossos y la aplicación del artículo 155 en
Cataluña, lo que está generando una creciente inquietud entre primeros
dirigentes del PSOE de toda España. Y lo que, por otra parte, también ha
provocado una clara fisura en las relaciones de ERC con Torra y
Puigdemont.
La amenaza de violentas manifestaciones de los CDR de Torra contra la
celebración el día 21 en Barcelona del Consejo de Ministros de España
que la Generalitat, por boca de su portavoz Artadi, ha calificado de
‘provocación’ constituye un paso más hacia la vía violenta y militar
eslovena que Torra ha lanzado en Cataluña.
Y ello obliga al Gobierno de Sánchez, asustado y desarbolado, a
adoptar de manera inmediatas medidas para intervenir y garantizar el
orden público y la legalidad en Cataluña. De lo contrario Sánchez, su
Gobierno y el PSOE van a ser máximos responsables de lo que ocurra en
Barcelona y en Cataluña en los próximos días. Que, vistos los
antecedentes de los CDR y sus nuevas amenazas, puede ser muy grave y
hasta en algún caso letal.
¿Y que dice Sánchez ante semejante situación? Pues que piensa
intentar una negociación con los partidos golpistas para que le aprueben
los Presupuestos de 2019. Lo que da una idea de la ceguera de Sánchez
ante este grave momento catalán y constituye una débil pantalla para no
tener que anunciar el inmediato adelanto electoral en España.
Tan grave es la situación que Oriol Junqueras, desde la cárcel, ha
ordenado a su portavoz en el Congreso Joan Tardá anunciar su pleno
desacuerdo con Puigdemont y con Torra (el reciente ayunador) afirmando
que ve ‘innecesaria la huelga de hambre’ de los presos golpistas de
JxSi, y que ‘la República no se hace con pasamontañas’, en alusión a la
violencia callejera de los CDR.
De todo ello se deduce una crítica y la ruptura política de ERC
contra Torra y Puigdemont (a quien Junqueras considera un cobarde por
huir de España), y a la que recientemente se sumó el Presidente del
Parlament Roger Torrent cuando afirmó que ERC apuesta por la vía
escocesa para la independencia de Cataluña y no por la violenta vía
eslovena de Torra.
Esta ruptura entre Junqueras y Puigdemont afecta a la unidad de
defensa de los procesados golpistas en el Juicio por el golpe de Estado
que el martes 18 se va a iniciar en el Tribunal Supremo. Y explicita la
fractura de la unidad de acción en el bando del procés, del que se están
distanciando numerosos colectivos catalanes (médicos, Mossos, bomberos,
etc) por el desastre de gestión de la Generalitat y el deterioro
generalizado de la convivencia y de la situación económica y social.
(*) Periodista
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