Ciudadanos, la formación que pretendía ser la regeneradora de la
cosa pública en España y que sin pudor alguno ha llevado el germen del
odio y la división a la vida política catalana, ha atacado sin mesura
alguna la lengua y la educación catalana y se ha referido al president
de la Generalitat y al resto de líderes independentistas indistintamente
como nazis, golpistas o supremacistas, ha cruzado este 26 de diciembre
una barrera que sus socios europeos tienen marcada en color rojo.
El acuerdo triangular con Vox y el PP
para hacerse con la presidencia del Parlamento andaluz y que en
cuestión de semanas tendrá continuidad en el gobierno de la Junta es ya
una realidad. El cordón sanitario impulsado por Susana Díaz
no ha funcionado y la formación nítidamente franquista tiene una
autopista para entrar en las instituciones. ¡Gracias Rivera! ¡Gracias
Arrimadas!
Se ha acabado definirse como liberales y europeístas y dar lecciones
por allí donde pasan. Ciudadanos es una formación de derechas que
pretende absorber al PP y no hace ascos a los acuerdos con la derecha
más dura, la que se proclama franquista, tiene comportamientos xenófobos
y aboga por derogar las leyes de violencia de género. Son solo algunas
de las medidas estrella de la formación que con su docena de escaños ha
puesto al descubierto el verdadero rostro de la formación naranja.
Andalucía necesita un cambio político que desaloje del gobierno al
partido de Susana Díaz, el PSOE, que ha empobrecido la comunidad con una
política clientelar y la ha situado en una cotas de corrupción
institucional muy elevadas.
Hasta dos expresidentes de la Junta están
procesados —Manuel Chaves y José Antonio Griñán— por
el multimillonario fraude de los ERE y la entrada en prisión, al
menos del segundo, para quien la fiscalía pide seis años de cárcel por
malversación continuada, se da por segura. Pero Vox no debía haber sido
una de las patas del cambio.
Cuando Inés Arrimadas suba a la tribuna de oradores del Parlament de Catalunya y lance todo tipo de improperios a Quim Torra
o a cualquier miembro del Govern, su defensa será a partir de ahora
casi de manual. Pactar con Vox les va a dar poder, va a satisfacer a
José María Aznar y a los sectores más duros del Estado, empezando por la
judicatura. De nazis y supremacistas hablarán, en todo caso, los
independentistas. Los de Ciudadanos, nunca más.
(*) Periodista y ex director de La Vanguardia
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