El ministro de Asuntos Exteriores Josep Borrell, el miembro del
Gobierno de Pedro Sánchez que mejor conoce la situación en Cataluña y el
que más se ha comprometido en la defensa de la unidad nacional, acaba
de hacer un pronóstico sobre la evolución de los próximos
acontecimientos y ha pronosticado que “lo peor, todavía, puede estar
por llegar”. El pronóstico está en el Epilogo del libro “Anatomía del
Procés” (Editorial Debate), que se pone hoy a la venta, y que son una
serie de reflexiones en torno al proceso soberanista catalán, sus causas
y sus consecuencias.
Según Borrell, Catalunya tiene un President vicario de Carles
Puigdemont que pretende dar continuidad al proceso independentista; el
Govern está en manos de un nacionalista esencialista con tintes
xenófobos que considera que Catalunya es una colonia de España sumida en
una “crisis humanitaria” y para la que la única solución es aplicar
aquí lo que ocurrió en Kosovo.
“Lamentablemente, y a pesar del indudable
cambio de talante que representa la llegada del nuevo Gobierno a La
Moncloa, -cree Borrell-, que no hay razones poderosas para el
optimismo en el plano político e institucional. Tampoco las hay en el
plano social, en el que cada día que pasa se agudiza la creciente
división que se está produciendo en la sociedad catalana”.
“Este clima de fraccionamiento civil propicia el surgimiento de
escenas de enfrentamiento en el espacio público – las últimas, en las
playas- que anuncian que lo peor, todavía puede estar por llegar. En
cualquier momento puede saltar una chispa que haga el juego a los
partidarios de la “solución Kosovo” para Catalunya“. Quizás por esto,
Borrell, ha sido de los pocos ministros de Exteriores europeos, que se
resiste a que la reconciliación entre Serbia y la antigua provincia de
Kosovo, pase por el reconocimiento de la independencia de Kosovo que se
declaro en el año 2008.
Temiendo que, efectivamente, lo peor esté por llegar, el presidente
del Gobierno Pedro Sánchez se ha querido adelantar a la intervención de
este martes del Presidente de la Generalitat en el Teatre Nacional de
Catalunya (el mismo escenario que utilizó Puigdemont para anunciar los
primeros pasos del Referéndum de independencia del 1 de Octubre) para
dejar claro, en una entrevista en la Cadena Ser, que el único Referéndum
posible en Cataluña, es un Referéndum de un futuro Estatuto de
Autonomía y ninguno relacionado con el derecho de autodeterminación.
Igualmente Sánchez ha negado la posibilidad de intervenir ante la
Fiscalía y la Abogacía del Estado para acomodar los delitos por los que
van a ser juzgados, los próximos meses, una quincena de “políticos
presos”. Hoy Torra ha vuelto a repetir en TV3 que Cataluña no aceptará
una condena de estos presos y que, a partir de ahora se inicia, como en
la América de los años 60, una lucha a favor de “los derechos civiles”.
En este sentido, ha confirmado que, efectivamente, se producirá en
los próximos días y, entre la Diada y el aniversario del Referéndum del 1
de Octubre, movilizaciones y paros y ha aprovechado para hacer un
llamamiento para que se sumen todos los que puedan. Como han anunciado
la Asamblea Nacional de Cataluña, Omnium Cultural y los Comités de
Defensa de la Republica (CDR), el plan de movilizaciones pasa por la
posible paralización de Barcelona, incluyendo ocupación de vías
públicas, puertos, estaciones de tren, y aeropuertos, en lo que será una
prueba de fuerza que recuerda a Ucrania, y a la plaza de Maidan.
El Real Instituto Elcano desde hace meses ha venido insistiendo en un
análisis pormenorizado de la cuestión catalana en la que contextualiza
el auge del independentismo y traza los escenarios de futuro en el
escenario europeo. Un documento en el que los expertos del think tank
con sede en Madrid, no descartan que pueda llegar a desembocar en un
“Maidan catalán”, con lo que estaríamos, efectivamente, en una
situación en la que, todavía, lo peor estaría por llegar.
(*) Periodista y economista
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