lunes, 27 de agosto de 2018

Nadie sobra en este planeta (excepto los monstruos) / Guillermo Herrera *

Nos están bombardeando constantement“no cabemos todos en este planeta”, y que sería necesario “reducir la población”, pero esta afirmación es perversa porque esconde intenciones genocidas.
e en películas con la idea de que

Hay gente que tiene peores intenciones que Hitler o Stalin. Yo me quedé de piedra cuando escuché decir al “buen profesor” Jacques Costeau, que se hizo famoso en su día con su serie de “Mundo Submarino” que “para estabilizar la población mundial, debemos eliminar a 350.000 personas por día”. Menos mal que es ecologista.

O el caso de Alberto Giubilini y Francesca Minerva de la Universidad de Melbourne (Australia) quienes escribieron en una “Revista de Ética Médica” que “matar a un recién nacido podría ser éticamente permisible”. Menos mal que son médicos.

Más terrible todavía fue la afirmación del Príncipe Felipe de Edimburgo, esposo de la Reina Isabel II.- “En el caso de que esté reencarnado, me gustaría volver como un virus mortal, con el fin de contribuir con algo para resolver la superpoblación.” Menos mal que es un príncipe. Como dijo Belcebú a su nieto, “mis discípulos me han superado en maldad”.

Cuando dicen que la humanidad se ha convertido en un problema ecológico para el planeta, es una verdad a medias, porque están ocultando tecnologías limpias que permitirían reducir el impacto ambiental, a causa de intereses petroleros bastardos.

EXPLOSIÓN DEMOGRÁFICA
La superpoblación o sobrepoblación es un fenómeno que se produce cuando una elevada densidad de población provoca un empeoramiento del entorno, una disminución en la calidad de vida o situaciones de hambre y conflictos.

La población humana ha estado aumentando continuamente desde el final de la peste negra, alrededor del año 1.350, aunque el aumento más significativo ha sido desde la década de 1.950, principalmente debido a los avances médicos y el aumento de la productividad agrícola.

Detrás de ello se ocultaba la intención de generar mucha masa humana trabajadora, que hiciera posible la revolución industrial, pero la introducción de la inteligencia artificial en los robots industriales ha dejado sin trabajo a muchas personas que ahora estorbamos a la élite.

Las Naciones Unidas han expresado su preocupación por el continuo crecimiento de la población en el África subsahariana. Y es que se da la extraña paradoja de que las familias con menos recursos suelen tener más hijos, cuando debería ser al revés. 

Esto se debe a factores culturales de la religión musulmana, que vienen de muy antiguo, y que tenían su justificación cuando existía una gran mortalidad infantil. La oposición religiosa e ideológica al control de la natalidad contribuye a la superpoblación y a la pobreza.

Se espera que la población alcance entre 8 y 10.500 millones entre los años 2.040 y 2.050. En 2.017, las Naciones Unidas aumentaron las proyecciones de variante media a 9,8 mil millones para 2.050 y 11,2 mil millones para 2.100.

SOLUCIONES
El rápido aumento reciente de la población humana en los últimos tres siglos ha despertado la preocupación de que el planeta no sea capaz de mantener el número presente o futuro de habitantes. Pero esta preocupación se convierte en una falacia cuando se sabe que existen muchas patentes secuestradas por razones de “seguridad nacional” por no decir de intereses petroleros bastardos.

La simple desclasificación de estas tecnologías limpias bastaría para reducir en grado considerable el impacto ambiental de la población mundial sobre el planeta, e incluso convertir en un vergel el desierto del Sahara, porque hasta hay máquinas que pueden sacar agua del aire húmedo.

Esta desclasificación debería ir paralela a una política de control de la natalidad para evitar que la gente se reproduzca como conejos, sin control alguno, y sin tener los medios suficientes para dar una vida digna al ser humano que nazca.

EDUCACIÓN
La opción más válida es centrarse en la educación sobre la superpoblación, la planificación familiar y los métodos anticonceptivos, y hacer que los dispositivos anticonceptivos como los condones masculinos y femeninos, las píldoras anticonceptivas y los dispositivos intrauterinos estén fácilmente disponibles. En todo el mundo, casi el 40% de los embarazos son involuntarios (unos ochenta millones de embarazos no deseados por año).

Se estima que 350 millones de mujeres en los países más pobres del mundo no querían a su último hijo, no querían otro hijo o deseaban espaciar sus embarazos, pero carecían de acceso a información, medios y servicios asequibles para determinar el tamaño y el espaciamiento de los embarazos.

CONTROL AGRESIVO
Lo que no tiene justificación ética de ninguna de las maneras son las llamadas “estrategias de control agresivas”, porque históricamente algunos grupos étnicos, religiosos o ideológicos han intentado ejercer control poblacional por medios violentos: genocidio, guerra, infanticidio o esterilización forzosa. 

Pero el método más perverso de todos sería la guerra biológica, es decir la inoculación oculta de epidemias por medios de vacunas o fumigaciones, porque se afirma que el sida, la gripe aviar o el ébola son enfermedades artificiales creadas en laboratorio para reducir la población africana. El propio doctor Gallo reconoció públicamente, para aliviar su conciencia, que él había ayudado a crear el virus del sida.



(*) Periodista

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