jueves, 30 de agosto de 2018

Bochorno / Félix de la Fuente *

No ha pasado aún el bochorno climático del verano y ya tenemos encima otro mucho más grave: el bochorno político, que nos promete un otoño calentito, bochorno de nuestro gobierno y bochorno de nuestros políticos. 
 
Pero que nadie se asuste, no pretendo despertar sentimientos nacionalistas trasnochados de ningún tipo, ni nacionales, ni regionales, ni europeos. No es hora de banderas ni de himnos nacionales, que en la mayoría de los casos responden a otras circunstancias del pasado y no contribuyen lo más mínimo al entendimiento entre los pueblos.

Bochorno, porque los problemas sociales los tengamos que resolver a palos o a patadas, cuando no a cuchilladas: crímenes de violencia de género, disputas entre pescadores del canal de la Mancha, disputas ciudadanas en Barcelona.

Bochorno, porque los problemas sociales sólo se intenten resolver cuando hay huelgas (¿Quién sale perdiendo cuando hay huelgas?)

Bochorno, porque en Europa hablemos de derechos humanos y los gobiernos no lleguen a ponerse de acuerdo para encontrar una solución digna al problema de los refugiados, a pesar de que estos derechos se están violando diariamente. 

Bochorno, porque nuestros Parlamentos aprueben muchos millones para instituciones, organismos y cargos públicos que debería estar suprimidos y no piensen en los jóvenes en paro y en las pensiones de hambre.

Bochorno, porque gobierno hoy diga una cosa y mañana lo contrario,

Bochorno, porque los dos grandes partidos no se hayan puesto de acuerdo para resolver los grandes problemas que tenemos los españoles (que se miren en Alemania. ¿No son muy amigos de la señora Merkel tanto Rajoy como Sánchez?)

Bochorno, de los partidos políticos, que lo único que pretenden es que los gobiernos lo hagan mal, para subir ellos al poder (¿quién pierde cuando los gobiernos son malos?)

Bochorno, porque los nuevos partidos aprenden rápidamente las malas prácticas de los antiguos.

Bochorno, porque la solución que nos propone para Cataluña son manifestaciones y contramanifestaciones. Los ciudadanos no estamos para enfrentarnos unos con otros o para barrer la porquería que arrojan los políticos. Si en la sociedad hay odio y enfrentamiento es porque alguien lo ha sembrado y porque alguien está viviendo de este enfrentamiento.

Bochorno, porque estamos pagando el petróleo que no tenemos y estamos desperdiciando el sol que tenemos. El sol produce bochorno, pero podría producir refrigeración y electricidad.

El gobierno y los partidos políticos produce bochorno, pero no son capaces de nada positivo.

Bochorno, porque pretenden que los ciudadanos resolvamos en la calle, lo que se debería solucionar en el Parlamento.

No siento bochorno porque nuestros políticos internacionalmente sean un cero a la izquierda, que lo son, ni porque estén haciendo el ridículo. Siento bochorno de que tengamos que elegir a unas personas tan inútiles.
 
 
 
(*) Ex funcionario de la Comisión Europea

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