MADRID.- Susana Sarriá ha sido nombrada por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, responsable de Navantia, la filial de SEPI que es líder en astilleros. Aterrizará en una de las compañías públicas más obsoletas y endeudadas del país junto con Correos. La herencia ruinosa que le deja su predecesor en el cargo, Esteban García Vilasánchez, a juicio de El Español.
La firma ha estado siempre politizada. El actual pasivo asciende a
140 millones de euros en el apartado económico. En el moral, Navantia ha
protagonizado uno de los mayores ridículos internacionales para la
Armada española en décadas. Es la responsable del desastre de los nuevos
submarinos S-80 Plus.
Problemas con el peso y el amarre
Primero, eran demasiado pesados para emerger. Tras solucionar su
problema de flotación, sus responsables se han dado cuenta de que eran
demasiado largo para amarrar en los puertos. Los ingenieros de García Vilasánchez
decidieron alargar las naves 10 metros para solucionar su falta de
flotación…pero después tuvieron que ampliar el Puerto de Cartagena.
Al final, ambos arreglos han propiciado que el coste de las naves se
duplicaran. De los 2.132 millones de euros que se habían presupuestado
se han desembolsado la friolera de 4.000 millones por cuatro unidades.
Culpables del fiasco
Fuentes militares aseguran que "la SEPI, el Ministerio de Defensa y
la Armada, aunque menos, son culpable del fiasco”. Afirman que Navantia
“siempre ha demostrado que tenia controlada la situación, quitaban
importancia a los problemas y reaccionaban con soluciones rápidas" a
todos los imprevistos que salían a la luz por los fallos de proyección.
Añaden que la “falta de experiencia en submarinos y la confianza en
que son una empresa estatal con garantías sobre los proyectos” propició
el desastre actual. Los mismos interlocutores aseguran que otra forma de
proceder habitual es que “cuando más se tarde y más se hinche el
presupuesto, mejor”.
Burla internacional
Tanto en Navantia como en la Armada son conscientes de que se han convertido en el hazmerreir.
Y ha ido más allá del sector militar. Las burlas sobre el desastre
milmillonario de los submarinos ha llegado al gran público en España y
más allá de las fronteras del país.
Fue el periódico El País el que arrancaba su crónica con
esta contundencia: “Lo problemas que rodean la rocambolesca historia del
nuevo submarino de la Armada española aún no se han resuelto del todo”.
En el ámbito internacional, destacan las informaciones en el británico The Guardian donde aseguran que “el intento de España de modernizar su flota submarina ha fracasado”.
La BBC dice “ha vuelto a estancar”; La Stampa habla de que "siguen sin tener éxito por un segundo gran error”; el Clarín de “un verdadero dolor de cabeza para la Armada”, y The New York Times: “Ha estado plagado de problemas de ingeniería”.
Malestar en Navantia
Diversas fuentes aseguran que la reputación naval, en ingeniería y en
defensa española está muy dañada y que será difícil resarcirse de esta.
La desmotivación interna en Navantia es palpable en los distintos
departamentos y centros de trabajo de la empresa, donde se critica de
forma abierta el liderazgo y el legado de García Vilasánchez.
Otros expertos aseguran que Sarria tiene casi una misión imposible
con el S-80 Plus. Cuenta con poco más de un año y con un presupuesto
incontrolable para intentar buscar una solución.
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