MURCIA.- Ahora Murcia ha preguntado al Gobierno municipal acerca del futuro de los puestos
de churros y gofres en la ciudad, ya que en los planes de las zonas de
protección acústica especial de Murcia centro se señala en su apartado
4.1.1 que "No se permitirá la instalación en la vía pública de puestos
de venta ambulante (churros, gofres, etc.)".
La concejala Angeles Micol
señala que "el Partido Popular debe concretar y detallar esta medida,
que no es baladí, ya que supondría eliminar su sustento a las familias
que viven de esto, a la vez que se erradicaría un negocio de gran
tradición en el municipio y bien acogido socialmente. No se entiende de
ninguna manera la necesidad de fulminarlo".
La edil señala que "no tiene sentido alguno que para luchar contra el
ruido y defender el descanso de los vecinos, objetivos que defendemos a
100%, se opte por matar la ciudad y la vida en la calle. La meta tiene
que ser hacer compatible el modelo de ciudad mediterránea, que vive
abierta a la calle, con el respeto al descanso de los vecinos, sin
necesidad de acudir a medidas drásticas e injustificadas".
En este sentido, Micol destaca la incoherencia de que "el
Ayuntamiento utilice 'food trucks' en muchos de los eventos y
mercadillos que organiza, y en cambio trate de erradicar un sector
tradicional y arraigado en el municipio como es el de la venta de
churros y gofres. La gravedad del asunto radica en que no estamos en el
caso de reducir las mesas de una terraza, sino que al prohibir este
negocio se eliminaría en su totalidad, lo que supondría una medida
tajante e injustificada".
Por ello, Ahora Murcia se ha dirigido a la
concejala de Comercio, Maruja Pelegrín, para obtener por escrito los
informes relativos a esta prohibición.
La edil añade que "en ningún caso se puede perder la perspectiva de
que con los puestos de churros y gofres estamos ante un negocio sujeto,
como cualquier otro negocio de hostelería, a unos horarios, una
legalidad sanitaria y ambiental, etc., y que paga los impuestos
estipulados. Es decir, es un sector perfectamente regulado y legal, que
cumple sus obligaciones como cualquier otro y que no tiene por qué
causar mayores molestias, en caso de haberlas, que los negocios de
hostelería que sí permite el Ayuntamiento".
Micol critica que Ballesta "en lugar de tener un modelo de ciudad, se
dedica a tomar medidas aisladas que no se sabe qué finalidad
persiguen".
Denuncia, además, que la prohibición de puestos de churros y
gofres se apruebe en Junta de Gobierno "en lugar de someterla a debate
con el resto de los grupos municipales que formamos la Corporación".
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