GIJÓN.- Miguel Ángel Revilla (Poblaciones, 1943) tiene claro que la financiación
autonómica es una batalla crucial para las comunidades más pequeñas y
que los ciudadanos merecen que las pensiones se blinden para evitar las
pagas «de miseria», ha declarado al diario El Comercio.
-¿Qué perspectivas tiene del nuevo Gobierno?
-Peor
que con el anterior no creo que vaya a ser porque tuve muy mala
relación con Mariano Rajoy a raíz de que me engañó hace dos años cuando
fui a verle a Madrid. No cumplió nada y no me volvió a recibir. A partir
de entonces he sido muy crítico con él porque para mí es un moroso con
Cantabria. El día 30 voy a ver a este (Pedro Sánchez), que me ha
llamado. Por lo menos la ministra de Administración Pública ya me ha
llamado. Veo que hay una mejor disposición, por lo menos se ponen al
teléfono.
-Pedro Sánchez no modificará el sistema de financiación autonómica. ¿Serán suficientes los ajustes territoriales que plantea?
-Hoy
(por ayer) voy a hablar del gran peligro que tenemos los pueblos de
Asturias, Galicia, Cantabria... del abandono de la gente, la
desertización de cantidad de lugares. Tengo muchísimo miedo a la
financiación. Este es uno de los temas que le llevo a Pedro Sánchez y me
da la razón. Pero luego, ¿qué pasa? Que los políticos hacen cosas en
función de los votos y en un pueblo de Madrid viven más personas que en
toda Cantabria. Esta va a ser la clave de la financiación porque, si se
hace en función del número de habitantes, estamos perdidos. Y esto es lo
que piden Madrid, Barcelona, Andalucía... Para los que viven en los
pueblos de aquí sería terrible porque hay que financiar en función del
coste de los servicios. Están intentando que sea así porque tienen
presión de esas poblaciones gigantes. Tiene que hacerse en función de
que cada ciudadano, viva donde viva, tenga médicos, maestros... y eso
más costoso en Cantabria y Asturias que en Andalucía. Nos enfrentamos al
peligro de que los políticos vayan a plegarse a los votos. Es la gran
batalla que tenemos que librar las comunidades autónomas.
-¿Es necesaria la subida de impuestos que plantea el Gobierno?
-El
problema de España no es uno, son dos: es rica, pero no puede sostener
las pensiones porque el 20% es economía sumergida, que no tributa. La
gran iniciativa pendiente de impuestos en España es que pagan los de
siempre: los de la nómina, el que tiene el baruco, el camión, la pequeña
empresuca... Las grandes empresas empiezan a desgravar y las grandes
fortunas utilizan las SICAV, así que el 86% de la recaudación la paga la
gente normal. Tenemos que acostumbrarnos a que los ingresos de la
Seguridad Social no van a cubrir, de ahora en adelante, el poder pagar
las pensiones porque vamos a un país de viejos. Hay que apartar de la
tarta lo que sea, pero no podemos permitir que aquellos que más han
trabajado en este país tengan pensiones de miseria.
-¿Qué medidas habría que tomar entonces?
-No
poner impuestos a los de siempre. Sí por una vez a las grandes empresas
que teóricamente pagan el 25% de impuestos pero la recaudación no llega
al 10% porque tienen instrumentos de desgravación. Habría que poner un
impuesto para que la gente que más tiene más pague. Impuestos nuevos sí,
pero a las entidades financieras y a las grandes fortunas y se podrían
sacar unos dineros. Considero una prioridad que nuestros mayores tengan
unas pensiones dignas y eso supondrá detraer de otros sitios. Que todos
los años suban las pensiones con el IPC a partir de la subida de las
pensiones de miseria y blindarlas por ley.
-¿Qué opina de la postura de la ministra Teresa Ribera sobre la descarbonización?
-Habrá
que ir progresivamente acabando con el sector del carbón del que
depende tanta gente y, sobre todo, en un tiempo que tiene que ser de una
cierta prolongación, de 20 ó 25 años para que se vayan buscando las
alternativas. Pero no se puede cerrar de repente una actividad. Porque
si lo hacemos nosotros y no los demás, tendremos que importar carbón.
Está llamada a ser una energía residual a largo plazo, pero no de manera
traumática y sin que tenga un coste terrible para un sector que sigue
consumiendo carbón e importando.
-Entre Sáenz de Santamaría y Pablo Casado, ¿con quién se queda?
-Bastante
tengo con lo mío para opinar de los demás. Me da lo mismo. Son todos
gaviotas. Ellos sabrán lo que tienen que hacer. Ha sido una votación un
poco ridícula, en la medida que si dicen que tienen 850.000 afiliados
que solo hayan participado 50.000 significa que o no son tantos o tienen
un cierto desinterés por la política. Pero por lo menos hay que
aplaudir que ya no sea el jefe el que nombre a los que le van a
sustituir. Del PSOE hay que decir que hace sus primarias duras, pero
salen fortalecidos los partidos del debate.
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