jueves, 12 de julio de 2018

El PSOE quiere volver a alimentar a los buitres con las comunidades autónomas

VALENCIA.- Pues parece que todo vuelve a la normalidad en los libros de contabilidad de las administraciones autonómicas. Las comunidades ya parecen estar saneadas y pueden volver a jugar al monopoly de los mercados. O por lo menos eso es lo que se desprende de la decisión por parte del Gobierno y del Ministerio de Hacienda de abrir la puerta a que estas vuelvan a buscar dinero en los mercados financieros, según publica www.elsaltodiario.com

 “Se encuentra en una situación más favorable que cuando los mecanismos extraordinarios de financiación fueron creados en el año 2012”, han argumentado desde Hacienda para abrir la veda a que puedan volver a ponerse a merced de fondos de inversión y bancos. O sea, que el simple hecho de estar mejor que cuando estábamos en la peor fase de la crisis ya es razón suficiente para volver a poner a las administraciones autónomos a buscar dinero por su propio pie. Sin ayuda ni tutela del Gobierno central. Todo esto en un momento en el que se ha confirmado para diciembre la retirada de las políticas expansivas en la Unión Europea por parte del Banco Central Europeo y para verano de 2019 subidas de tipos de interés.

Bajo la bandera de “recuperar la soberanía e independencia” han sido varias las comunidades que han exigido al Gobierno central poder emitir deuda y pedir préstamos a entidades financieras. Razón no les falta si vemos cómo ha sido usado el Fondo de Liquidez Autonómico (FLA) por parte del ministerio que hasta hace poco dirigía Montoro. Esta herramienta, que debería haber servido para rescatar a las comunidades que tenían dificultades para hacer frente a sus pagos y gastos, ha sido utilizada por el Partido Popular para poder estrangular mediante planes de ajuste y restricciones a las comunidades que se adherían y pedían ayuda a la administración central, en un momento en el que los mercados, con los tipos de interés al alza, se estaban cebando con la deuda pública que estas emitían. 

La mayor prueba de los múltiples usos de esta herramienta fue la intervención por parte de Montoro de las cuentas de Catalunya durante el conflicto del referéndum del 1O.
Ahora parece que todo marcha bien y la opción de este gobierno es retirar esa herramienta de financiación autonómica para dar la autonomía de volver a endeudarse frente a unos bancos y fondos de inversión a los que les importa muy poco si esos organismos autonómicos cumplen las funciones públicas para las que fueron creadas. ¿Es esta la mejor opción?

La titular andaluza del Ministerio de Hacienda, María Jesús Montero, siempre ha asegurado que el FLA ha sido un mecanismo de préstamo de dinero con su correspondiente pago de intereses, en un momento en que lo recomendó Bruselas y el Banco Central Europeo, al contrario que el Gobierno central, que describía tal instrumento casi como un regalo a las comunidades que se adherían. De hecho, debemos señalar que esta es una de las propuestas que llegó a formar parte del acuerdo que en el Parlamento de Andalucía alcanzaron formaciones tan dispares como PP, PSOE, PODEMOS e IU para el modelo de financiación de las comunidades.

Proponen explorar salidas a los mercados de deuda pública a través de emisiones conjuntas, de varias comunidades o con la propia Administración estatal. Se trata de ir perdiendo poco a poco la dependencia del FLA por la que el Administración General del Estado tutela la financiación de la deuda pública de las comunidades autónomas y limita su autonomía, mediante un calendario "realista" para su retirada.

Bien es cierto, como ya hemos indicado antes con el ejemplo catalán, que el Gobierno valiéndose del FLA ha instado a las diferentes comunidades a tomar la senda de políticas para liberar los créditos de tal fondo.


¿Por qué no nos planteamos una reconversión del FLA?

Quizás la pregunta que nos debamos hacer al respecto de este hecho es si es verdaderamente interesante que las comunidades autónomas se financien directamente en los mercados, si esto no provocará el efecto contrario al que se defiende, es decir, al no salir de forma conjunta no puede generar una financiación a dos velocidades en la que las comunidades menos poderosas quedarán más supeditadas a los vaivenes de los mercados y al expolio por parte de los buitres que campan a sus anchas en este entorno.

En Andalucía, al no contar con financiación y liquidez suficiente, se optó por una medida que trajo consigo la pérdida de patrimonio de ciertos edificios reseñables que eran utilizados por las consejerías y se utilizó un método de financiación que, si bien no es este que se comenta, puede ser extrapolable, ya que vendió dicho patrimonio a una empresa con capital extranjero pero con sucursal española, pero al requerir su uso lo arrendó por un número de años y coste que eran el mismo que el de su compra. Vendió patrimonio por liquidez, ya que los recursos se agotarían a posteriori en el mismo patrimonio pero sin llegar a tener su titularidad. Una descapitalización de manual.

El FLA, tal y como está concebido, es claramente insuficiente y, además, como ya hemos comentado, tiene un déficit importante: se ve supeditado a la voluntad política del gobierno de turno y a sus intereses. Pero ¿es la salida a los mercados la mejor solución ? ¿Por qué no nos planteamos una reconversión del FLA? Una reconversión en la que las comunidades autónomas no paguen intereses más allá del que al propio Estado se le aplica, dónde el propio FLA no sea politizado, dónde quizás no se vea instrumentado mediante entidades bancarias o financieras que encarezcan de forma artificial el interés del capital. Un FLA que, al contrario de lo que hacen los mercados financieros, funcione como herramienta al servicio de las personas.

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