domingo, 3 de junio de 2018

Interior oculta la foto de la ficha carcelaria de Zaplana para evitar filtraciones

VALENCIA.- «Es un preso más, se le trata como a cualquiera. Hasta se le ha cacheado y revisado sus pertenencias». Cuando Eduardo Zaplana ingresó hace una semana en la cárcel de Picassent, acusado de blanqueo de capitales en el 'caso Erial', un funcionario de la cárcel valenciana aseguró que el ilustre recluso no iba a tener un trato preferencial, que se le tomaría por un interno más. Y aunque así es, en el día a día, desde la cúpula de Interior sí se le presta cierta deferencia. Según ha podido saber Las Provincias, la fotografía de la ficha carcelaria del expresidente de la Generalitat ha sido retirada de la intranet informática que manejan los funcionarios de la prisión de Picassent.

La medida se ha tomado por indicación de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, con el objetivo de evitar filtraciones y que la fotografía que le tomaron a Zaplana cuando llegó a la cárcel en la madrugada del 25 de mayo acabe publicada en los medios de comunicación.
Las mismas fuentes penitenciarias indicaron que este protocolo se sigue con todos los internos que tienen cierta popularidad pública desde que apareció en un periódico nacional la instantánea carcelaria de Luis Bárcenas tras ser privado de libertad por el caso Gürtel. Los funcionarios sí que pueden acceder a la fotografía y delitos cometidos por los demás presos comunes.
«Se le ve muy demacrado», son las palabras calcadas de dos funcionarios después de tratar al expresidente
Después de sus primeros siete días preso, la normalidad es la tónica que se mantiene en el ingreso de Eduardo Zaplana en el ala B-1 de la enfermería, la zona que ocupan los reclusos con una dolencia de cierta gravedad o crónicos (él padece leucemia). Hasta dos funcionarios que han coincidido esta semana con el que fuera ministro de Trabajo calcan sus palabras a la hora de referirse al aspecto que presenta: «Se le ve muy demacrado». 
Tras la petición de su defensa de dejarlo en libertad o ponerlo en arresto domiciliario por motivos de salud, la Fiscalía Anticorrupción se ha opuesto a la solicitud.
Zaplana comparte una celda de la unidad B-1 con otros dos presos, uno de ellos acusado de una causa de violencia doméstica. En la misma enfermería, en la unidad B-3, se encuentra su exconseller Rafael Blasco, cumpliendo condena por el 'caso Cooperación' y destinado como ordenanza de sanitarios. No ha trascendido si ambos han coincidido ya entre los muros del centro Antoni Asunción.

Sin talleres

El horario de Zaplana entre rejas, detallado en la ficha que acompaña a estas líneas, se asemeja casi más a la de un hospital que a la de un establecimiento penitenciario, algo lógico en el módulo de enfermería. La vida de Zaplana en prisión transcurre entre tres tomas de medicación por jornada, cuatro comidas al día, dos bajadas al patio (específico de la enfermería, no se mezcla con otros presos, y acude sólo si así lo desea) y algo más de dos horas a mediodía con cierre de celdas en el que cada preso sí tiene que estar en sus dependencias.
La Fiscalía Anticorrupción se opone a dejarlo en libertad por motivos de salud, como pidió su abogado
En el módulo en el que se encuentra no tienen lugar talleres u otras actividades, así como tampoco llevan a cabo horas de trabajos carcelarios, una de las modalidades por la que los internos acumulan un salario para cuando llegue su puesta en libertad y pueden acelerar su acceso a permisos. El expresidente sí tiene acceso a libros, juegos de mesa y otras distracciones.
Zaplana deja también cada cierto tiempo la enfermería para acudir a la llamada 'sala de curas', donde recibe atención médica. Su trato con todos los funcionarios e internos es «muy correcto y educado», tal y como señalan las citadas fuentes penitenciarias.
Durante esta semana, el que fuera ministro de Trabajo ha recibido la visita de su abogado en varias ocasiones. El reglamento procesal no limita el número de entrevistas que puede mantener un acusado con su letrado, así como tampoco acota la duración de las mismas.

Su horario

8 horas.
Apertura de celda, desayuno, reparto de medicación y consulta médica.
Patio.
A las 10 de la mañana, Zaplana tiene posibilidad de bajar al patio durante más de dos horas.
Comida.
De 12.30 a 13.30 suben del patio y llega la hora de comer. Nuevo reparto de medicación.
Encerrado.
A las dos de la tarde, otra vez cierre de celdas, cada uno en la suya hasta las 16.30. Zaplana convive con otros dos internos.
Merienda.
A las 16.30 se produce el reparto de la merienda y nueva bajada al patio.
Dos horas.
Hasta las 18.30 puede Zaplana estirar las piernas; luego, de vuelta a la enfermería.
Cena.
A las 19 horas, llega la cena y última dosis de medicinas.
Llave echada.
A las nueve de la noche se vuelven a cerrar las celdas y acaba el día en Picassent.

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