lunes, 18 de junio de 2018

La profunda división del PP anula su labor de oposición / José Hervás *

El Partido Popular ha en­trado en un pro­fundo pro­ceso de di­vi­sión in­terna que les debe llevar a una nueva con­fi­gu­ra­ción de la di­rec­ción del par­tido. Por pri­mera vez los mi­li­tantes van a par­ti­cipar en la elec­ción di­recta de su nuevo lí­der. 

El proceso comienza este mismo lunes en que se abre el plazo para presentar las candidaturas a la presidencia de la formación conservadora. El plazo se cierra el miércoles a las dos de la tarde. Los candidatos solo necesitan 100 avales.

El proceso se inicia con una profunda división entre los partidarios de la exvicepresidenta del Gobierno Soraya Sáenz de Santamaría y la secretaria general del partido, María Dolores de Cospedal. Ninguna de las dos ha desvelado si se presentarán en la contienda o no.

Los partidarios de esta última, que responsabilizan a Sáenz de Santamaría de haber perdido el Gobierno por una mala negociación con el PNV con ocasión de los Presupuestos Generales del Estado, lideran una “revuelta” interna en la que defienden que quienes les han llevado hasta la situación actual de pérdida del Gobierno y dimisión de su presidente, no pueden hacerse cargo del futuro del Partido Popular.

Añaden que quien se haga cargo del partido a partir del próximo día 21 de julio tiene que cambiar de arriba abajo los equipos de dirección y debe vender la sede de Génova, ahora convertida en símbolo de la corrupción que les ha desbancado del poder y de los cargos de representación.

El proceso debe durar todavía un mes. Si no hay una candidatura única, el día 5 de julio se celebrará por primera vez en el partido la votación de los precandidatos por parte de los militantes que dará lugar a la selección de los dos más votados. Los militantes también votarán ese mismo día, en una segunda urna, a los compromisarios encargados de elegir definitivamente al líder del partido en el congreso extraordinario que se celebrará los días 20 y 21 de julio.

Según fuentes del partido, hasta entonces el partido no estará para hacer mucha oposición, de lo que ha sido un ejemplo lo sucedido la pasada semana. Quienes han salido al ruedo son figuras de muy tercera o cuarta línea. Y los que todavía están en la primera línea de la dirección del partido no logran que sus mensajes pasen más allá del “canutazo” del momento o de unas líneas en un despacho de agencias.

Así, mientras las distintas familias del PP van tomando posiciones no se espera que la primera sesión de control al Gobierno, solo dos semanas después de que tomara posesión el Ejecutivo de Pedro Sánchez, no parece que vaya a pasar a la historia por lo que se debata en ambas cámaras.

En el Senado el martes Pedro Sánchez responderá a los portavoces del PP, PNV y Coalición Canaria. Un día más tarde en el Congreso responderá de nuevo al portavoz del Partido Popular, al de Unidos Podemos, Pablo Iglesias y al de Compromís, Joan Baldoví.

Rafael Hernando quiere insistir en indagar qué compromisos que adquirió con los grupos políticos para que le apoyaran para sacar adelante la moción de censura contra Mariano Rajoy.

El líder de Unidos Podemos, Pablo Iglesias, quiere que se comprometa con la actualización de las pensiones según el encarecimiento de la vida y que iguale los permisos de paternidad a los de maternidad.

Joan Baldoví, el líder de Compromís busca compromisos del presidente del Gobierno para compensar la infrafinanciación a la que están sometidos los valencianos.

Más allá de que se trata de la primera sesión de control el nuevo presidente del Gobierno no es de esperar que de mucho de sí. 


(*) Periodista

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