MADRID.- Entre la sierra de Grazalema, en Cádiz, y Águilas (Murcia) apenas hay
400 kilómetros en línea recta, poco más de la mitad que entre
Pontevedra y San Sebastián. Pero están separados por un muro invisible e
impermeable, plantea hoy El Mundo.
En la húmeda sierra gaditana, el pasado mes de
marzo, ha llovido más que nunca en su historia. A pesar de ser uno de
los puntos más lluviosos de España, lo de este año no se había visto
jamás: sólo en el mes pasado han caído casi 1.500 litros por metro cuadrado.
Nunca desde que se comenzaron a recoger datos en ese punto en el año
1913 se había registrado algo igual para el mes de marzo. La media
histórica es de cerca de 150 litros y, durante todo el año, no se suelen
recoger más de 2.000 litros en esos bosques de alcornoques.
En Murcia la primavera ha llegado en una situación muy diferente. En el Mar Menor no han caído más de 10 litros por metro cuadrado en todo el mes de marzo.
En Águilas, apenas se han recogido 46 litros desde el pasado mes de
octubre, y ya han pasado seis meses. Y esa miseria cae en un terreno
azotado por cinco años seguidos de sequía en una cuenca hidrográfica que
parece no poder salir nunca del estado de emergencia.
Fernando
Giménez vive -«sobrevive», dice él- en el corazón de una de las zonas
agrícolas más duras de Europa: el «secano rabioso» murciano. Cultiva,
desde que comenzó a trabajar casi de niño, 13 hectáreas de almendros y
300 de cereal en Zarcilla de Ramos, una pedanía de la
zona de montaña de Lorca.
Durante los últimos cinco años, ha visto cómo
se secaban cerca de 1.200 de sus almendros, más del 30%, y sólo ha
podido recoger una cosecha de cereal. El resto se ha echado a perder,
como la de este año, que se plantó en enero y, a falta de que llegue lo
más duro del verano, ya se ha secado. Otro año más en blanco.
SECANO RABIOSO
La
sequía estructural penetra sus raíces hasta el mismo tuétano de este
rincón olvidado de España. Fernando tiene sus almendros en cultivo
ecológico. Pero las mismas almendras que se pueden llegar a comprar en
las más modernas tiendas madrileñas a cerca de 20 euros el kilo, a
Fernando se las pagaron el año pasado a 1,30 euros el kilo.
Si no
fuese por las ayudas que se recuperaron hace pocos meses para zonas
desfavorecidas de alta montaña en Murcia (entre 6.000 y 10.000 euros por
familia y año) y por las subvenciones para reponer los arboles que se
secan y evitar así el avance del desierto, miles de familias como la de
Fernando no podrían vivir del campo.
«Aquí los meses menos secos son marzo, abril y mayo, y aún no hemos visto una gota de agua este año», cuenta desde el tractor mientras trabaja sus tierras. «Si no llueve algo en mayo, esto tiene muy mala pinta», dice.
Y los datos que maneja la Confederación Hidrográfica del Segura no contradicen a Fernando. Las reservas de los embalses murcianos tienen hoy 312 hectómetros cúbicos, es decir, el 27% de su capacidad.
Y se supone que estamos en la época más lluviosa para la región.
El año
pasado en estas mismas fechas contaban con 370 hectómetros cúbicos (el
32%) y la media de los últimos 10 años es de 622. A modo de ejemplo, en
el año 2014 la cuenca contaba con 878 hectómetros cúbicos en esta época
del año.
Y las previsiones no ayudan demasiado al secano rabioso.
«Los modelos no se ponen muy de acuerdo, pero de igual modo que no se
puede tener una señal clara de lo que ocurrirá en la mitad norte y
centro del país en la primavera e inicio del verano, todo indica que en
Canarias y la mitad suroeste lloverá menos de lo normal durante los
próximos meses», vaticina Rubén del Campo, portavoz de
la Agencia Española de Meteorología (Aemet).
«En el sur del Mediterráneo
las precipitaciones no suelen ser muy abundantes, así que con el
déficit que ya acumulan esas zonas, no se va a arreglar demasiado la
situación».
Sin embargo, la percepción del problema de la sequía
es muy diferente en otros puntos de España. Las intensas lluvias de los
últimos meses no sólo han regado más de la mitad del territorio sacando a
algunas cuencas de una situación delicada, como al Tajo o al
Guadalquivir.
También han dejado récords e imágenes para los anales en
algunos puntos del Ebro, por ejemplo, donde se dan la mano máximos
históricos de acumulación de nieve para esta época del año en la
cabecera y en los Pirineos con récords de lluvias en la margen derecha,
lo que ha desbordado el río en puntos como Quinto de Ebro anegando y
echando a perder cosechas enteras.
«El mes de marzo ha sido
impresionante en precipitaciones, pero la apertura de grifo la ha
provocado el paso continuo de borrascas atlánticas. Eso hace que se
riegue mucho la mitad occidental de España, pero mucho menos o nada la
oriental», explica el portavoz de Aemet. «Ha habido más lluvias
de lo normal en todo el país, excepto en las zonas más cercanas al
Mediterráneo. Allí este año no ha habido temporales. En el levante no han visto lo que ellos llaman la gota fría».
Eso vale para la España peninsular, pero en Canarias también ha sido un año muy seco. En algunas zonas de Tenerife, Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura
no ha llovido ni la mitad de lo normal desde que comenzó el año
hidrológico (1 de octubre). Y apenas ha caído un litro por metro
cuadrado durante todo el lluvioso mes de marzo.
Desde el
Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente,
responsable de las políticas de lucha contra la sequía, indicen en que
es importante trasladar a la ciudadanía un mensaje de cautela con
respecto a la situación.
En la actualidad, las reservas totales
en España están al 68,6% -con 38.461 hectómetros cúbicos-, un poco por
encima de la cantidad que se acumulaba el año pasado por estas fechas,
pero aún lejos de los 41.799 que ha habido de media en los últimos
cienco años.
Sin embargo, si se pone el foco en las cuencas
individuales, salen a la luz las dos Españas hidrológicas:
las cuencas internas del País Vasco o el Cantábrico Oriental están
rozando o por encima del 95%; mientras que el Júcar y el Segura no
llegan o superan por poco el 30%.
«Aunque está lloviendo
considerablemente y acumulamos más agua en nuestros embalses, hay que
recordar que estamos aún lejos de alcanzar la media de los últimos años
tras acumular varios años de sequía en muchas zonas... y en Segura y el
Júcar cinco seguidos ya», afirma un portavoz.
En el secano rabioso no
dejan de mirar al cielo. Pero en la España seca, igual que en el resto
del país, ya han llegado el sol de pleno y los cielos claros. En
Almería, Murcia y el sur de Alicante los termómetros ya rozan los 30ºC
esta semana, al igual que en Grazalema, para eso no funciona el muro.
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